La trompetista altoaragonesa Milena Casado vivirá el próximo 1 de febrero uno de los capítulos más relevantes de su trayectoria. El álbum We Insist 2025!, en el que participa como intérprete destacada, es uno de los cinco candidatos al Grammy 2026 al Mejor Álbum de Jazz Vocal, una categoría que distingue trabajos que contienen más del 75 % de su duración en nuevas grabaciones de jazz vocal. La artista reconoce a este periódico que la noticia la ha llenado de ilusión: “Es mi primera nominación a los Grammy y estoy muy emocionada”, afirma.

La candidatura sitúa a Casado en una competición de enorme nivel. El disco comparte nominación con proyectos de figuras de referencia como Dee Dee Bridgewater & Bill Charlap (Elemental), Samara Joy (Portrait), Michael Mayo (Fly) o el directo de Nicole Zuraitis junto a su grupo. En ese escenario tan exigente, la presencia de We Insist 2025! no solo destaca la visión artística de sus líderes, Terri Lyne Carrington y Christie Dashiell, sino también la solidez del equipo que las acompaña, entre quienes figuran Weedie Braimah, Morgan Guerin, Simon Moullier, Matthew Stevens y la propia Casado.

Para la trompetista, la grabación del álbum supuso un proceso casi revelador. El proyecto nace como una relectura contemporánea del mítico We Insist! (1960) de Max Roach y Abbey Lincoln, un trabajo clave en la banda sonora política del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Por ello, Casado explica que el tiempo en el estudio fue, sobre todo, fuente de motivación y aprendizaje. “El proceso de grabación fue superinspirador”, recuerda.

La oportunidad de revisitar un repertorio tan cargado de historia, añade, les obligó a explorar desde la propia experiencia. Terri Lyne Carrington, líder del proyecto, llegó al estudio con una serie de ideas y arreglos muy definidos, pero abiertos a la experimentación colectiva. “En el momento en que estábamos allí también encontramos diferentes ideas que podíamos seguir. Fue increíble poder estar todos juntos y crear este álbum”, relata.

La altoaragonesa reconoce que lo que más le interpela del proyecto no es solo su magnitud musical, sino su dimensión social. Considera que We Insist 2025! llega en un momento en el que el arte vuelve a tener un papel clave en la crítica y la conciencia colectiva. “Este álbum es súper importante y plantea cuestiones que son necesarias: hay que cambiar, hay que mejorar, políticamente y socialmente”, sostiene. En lo estrictamente musical, cada pieza conlleva su propio reto: desde la reinterpretación de los himnos más emblemáticos del disco original hasta los nuevos enfoques rítmicos y texturales. Casado destaca que no hubo un único tema especialmente complejo, sino un desafío continuo: “Todas las canciones tenían su propio desafío”, explica.

La colaboración entre Milena Casado y Terri Lyne Carrington ya forma parte natural de su carrera. La trompetista habla de la batería como una figura crucial tanto en su desarrollo artístico como personal.

“Terry es una persona súper importante para mí… una gran inspiración tanto musicalmente como personalmente”, afirma. La considera una auténtica mentora, una presencia determinante que no solo dirige proyectos de una enorme relevancia internacional, sino que además impulsa a las nuevas generaciones de creadoras dentro del jazz.

La conexión con Christie Dashiell, vocalista principal del disco, también fue inmediata. La sesión de grabación de We Insist 2025! fue de hecho la primera ocasión en la que trabajaron juntas, pero Casado describe el encuentro como sorprendentemente natural: “La conexión fue instantánea. Es una artista increíble y una persona increíble también”, menciona.

Con la vista puesta en la ceremonia, que tendrá lugar el 1 de febrero en Los Ángeles, Casado reconoce que afronta la experiencia con la mezcla exacta de ilusión y nervios que acompaña a los grandes saltos en una carrera artística. “Voy con mucha ilusión, con nervios también, y a disfrutarlo”, confiesa.

Dos álbumes, un mismo grito

We Insist! (1960), de Max Roach y Abbey Lincoln, nació en plena lucha por los derechos civiles. Su música combinaba jazz moderno, percusión africana y dramatismo vocal para denunciar el racismo estructural en Estados Unidos. Fue un disco militante, directo y concebido como una banda sonora de protesta. We Insist 2025! retoma ese legado desde otro tiempo histórico, pero sin diluir la carga política. Terri Lyne Carrington y Christie Dashiell reinterpretan la suite con una mirada contemporánea, incorporando nuevas texturas, influencias del góspel, el hip hop y el jazz actual, y un enfoque coral impulsado por una generación diversa de músicos entre los que se incluye Casado. Mientras el original era un grito urgente, la versión de 2025 aborda desigualdades persistentes.