Jorge Pastor Arrizabalo
Cada día se detectan 3.500 casos de VIH en todo el mundo y más de ocho en España. Una infección que puede controlarse hasta hacer al virus indetectable y que nunca se desarrolle sida. Pero no está todo ganado frente al VIH. Para los pacientes que viven con este diagnóstico «el VIH no duele, lo que realmente duele es el estigma y pensar que no te quieran o que te van a rechazar por tu condición«. Así lo contaba hace unos días Carmen Martín, presidenta de Cesida y paciente de VIH. Esta es la realidad que Gilead Sciences quiere visibilizar con the moVIHe, una serie de cortometrajes dirigidos por la Dra. Inmaculada Jarrín y con la colaboración de la Asociación RIS.
Esta estigmatización afecta a la vida de los pacientes, porque «la gente te señala, hay mucho rechazo, y hasta a mí me falta normalizar un poco», confesó la presidenta de Cesida, que también reveló que en «los primeros años no se lo conté a nadie». Una situación que comparte otro de los participantes que optó por mantener su anonimato y que también padece VIH. «Yo no me siento capaz de visualizarme ante el mundo diciendo que tengo VIH positivo, tengo un poco de miedo al rechazo», admitió.
Los profesionales sanitarios destacan que el miedo a ser estigmatizado es un factor que influye «enormemente» en que se diagnostique tarde la enfermedad
Los profesionales sanitarios destacan que el miedo a ser estigmatizado es un factor que influye «enormemente» en que se diagnostique tarde la enfermedad. Esto se debe a que muchas personas evitan hacerse la prueba por temor al resultado y a las posibles consecuencias. Además, señalan que una de las ventajas de la detección temprana del VIH no es únicamente para la persona que lo padece, sino también para evitar más contagios en su entorno.
Otra de las principales barreras respecto al VIH son la desinformación y las falsas creencias que «no solo alimentan el miedo y la discriminación, sino que dificultan la prevención, retrasan el diagnóstico y alejan a muchas personas de la atención sanitaria», declaró la Dra. Concha Amador, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Marina Baixa.
Este cortometraje mostró un experimento que juntaba a personas sin VIH con personas que padecen VIH y profesionales sanitarios para averiguar los conocimientos de la población general sobre la enfermedad y todo lo que la rodea. También, para que conociesen en primera persona el testimonio de quienes lo padecen así como poder preguntar sus dudas a los expertos médicos.
La desinformación y las falsas creencias «no solo alimentan el miedo y la discriminación, sino que dificultan la prevención, retrasan el diagnóstico y alejan a muchas personas de la atención sanitaria», declaró la Dra. Concha Amador
En este experimento, se mostró el desconocimiento de la población general sobre el fácil acceso a la prueba del VIH, sobre no saber qué es la profilaxis preexposición (PrEP) o no tener claros cuáles son los mecanismos de transmisión. Por ello, uno de los participantes declaró sentir miedo ante el VIH porque no estaban «bien informados» de la realidad de la enfermedad.
Tampoco sobre que una persona con una carga viral indetectable no transmite el virus por vía sexual. Esto se conoce como I=I (indetectable = intransmisible), y es una herramienta eficaz para frenar la expansión del virus y para reducir el estigma, pero no es suficientemente conocido para la población general.
La presidenta de Cesida reclama que «es fundamental que entre todos contribuyamos a sensibilizar sobre el respeto a los derechos de las personas con VIH: a ser, a vivir y a construir nuestras vidas libres de estigma». Una opinión que comparten los expertos, que insisten en que se debe normalizar la prueba.
«Es fundamental que entre todos contribuyamos a sensibilizar sobre el respeto a los derechos de las personas con VIH», reclama la presidenta de Cesida
A su vez, recomiendan que cualquier persona con vida sexual activa se realice la prueba al menos una vez en la vida, sobre todo si ha mantenido relaciones sin protección o presenta algunos factores de riesgo. Además, recuerdan que la prueba es accesible y rápida.
«Las personas que viven con VIH y reciben un tratamiento eficaz no transmiten el virus y pueden llevar una vida plena comparable al resto de la población general. Por este motivo, combatir el estigma es tan importante como el tratamiento antirretroviral para conseguir una buena calidad de vida relacionada con la salud», ha concluido la Dra. Amador.