Martin Parr posa durante una sesión de fotos en París, el 31 de octubre de 2025.Martin Parr posa durante una sesión de fotos en París, el 31 de octubre de 2025. (Joel SAGET | AFP)

El fotógrafo británico Martin Parr, reconocido por sus imágenes de colores saturados y su perspectiva irónica sobre la sociedad de consumo, ha fallecido a los 73 años, según ha anunciado este domingo su fundación.

«Con gran pesar anunciamos que Martin Parr falleció [el sábado] en su casa de Bristol», han informado tanto la fundación como la agencia Magnum Photos, para la que trabajó durante muchos años. No se ha especificado la causa de su muerte, pero al fotógrafo se le había diagnosticado en mayo de 2021 mieloma, un cáncer de la sangre.

Parr alcanzó el estrellato gracias a su estética de inspiración publicitaria, con primeros planos y colores saturados, su toque británico y sus temas recurrentes, como el turismo de masas y el consumismo.

Su reputación como observador de la vida británica se extiende mucho más allá del círculo de los aficionados a la fotografía, y su obra, a veces etiquetada como ‘kitsch’, le ha granjeado tantos admiradores como detractores.

Nacido en Surrey el 23 de mayo de 1952, Parr se inició en la fotografía gracias a su abuelo. Al comenzar su carrera en la década de 1970, tras estudiar en la Universidad de Manchester, tomó fotografías en blanco y negro, siguiendo los pasos de los grandes maestros de la época, como Henri Cartier-Bresson. Sin embargo, la atracción que sentía por objetos inusuales lo llevó a probar con el color y nunca volvió atrás.

Fue a mediados de la década de 1980 cuando alcanzó el reconocimiento con ‘Last Resort’, una serie de fotografías de turistas de clase media en Brighton, que incluían el típico ‘fish and chips’, bañistas bronceados y parques de atracciones infantiles.

Entre el buen y el mal gusto

Esta serie anticipa el resto de su obra, con el uso del flash incluso en exteriores, y marcó un punto de inflexión en el estilo de la fotografía documental británica, a pesar de que algunos criticaron su perspectiva sobre la clase trabajadora.

«Amo y odio Inglaterra al mismo tiempo», declaró tras el Brexit en 2016, al que se opuso. «Lo que hago en mi fotografía es capturar esta ambigüedad… Quiero poder expresar las contradicciones inglesas: hay buen gusto y mal gusto, y trato de fusionarlos en mis fotografías», señaló entonces.

Tras un camino plagado de obstáculos, Martin Parr se convirtió en miembro de pleno derecho de la cooperativa de fotografía Magnum en 1994. Henri Cartier-Bresson se opuso inicialmente a su admisión, pero luego revirtió su decisión. «Pertenecemos a dos sistemas solares diferentes, ¿y por qué no?», le escribiría finalmente a Parr, quien acabó dirigiendo Magnum de 2013 a 2017.

Prefería capturar la vida cotidiana a las frecuentes zonas de guerra y era conocido por llevar sandalias con calcetines; además, desarrolló la costumbre de tomarse selfis mucho antes de la llegada de las redes sociales.

El turismo de masas fue, sin duda, el tema central de su carrera, y sus fotografías de turistas fingiendo sostener la Torre Inclinada de Pisa o de japoneses apiñados en una playa artificial se hicieron mundialmente famosas.

«Somos demasiado ricos y consumimos demasiado», observó el fotógrafo en una entrevista con AFP a principios de noviembre, con motivo de la publicación de su autobiografía visual de 150 fotografías, titulada ‘Completamente perezoso y aturdido’.