El 5 de diciembre, la investigación sobre el origen del brote de peste porcina africana en Barcelona dio un giro. El Ministerio de Agricultura (MAPA) por primera vez no excluía que “su origen pueda estar en una instalación de confinamiento biológico”. Es decir, prácticamente enterraba la hipótesis del bocadillo contaminado –hasta el viernes, la más plausible para Generalitat de Cataluña y varios expertos– y entraba en escena la posible fuga de un laboratorio (como se hipotetizó con el coronavirus en Wuhán) de una cepa usada en vacunas. Pero, ¿qué ha provocado este viraje?
El análisis genético de las muestras del virus tomadas en jabalíes muertos en Collserola descartaba que fueran de mismo parentesco (grupo, en términos técnicos) que el de lo que circula por Europa de forma endémica o puntual. En concreto, el MAPA informó en una nota de que en la UE, las muestras del virus tomadas habitualmente en brotes “pertenecen a los grupos genéticos 2-28 y no al nuevo grupo genético 29”. Las muestras de Barcelona analizadas en el laboratorio del CSIC de referencia de la UE, en Valdeolmos, son de una genética similar a “la cepa del virus Georgia 2007, un virus de referencia que se utiliza con frecuencia en infecciones experimentales en instalaciones de confinamiento”.
Pero, ¿cuál es el origen de esta cepa georgiana? ¿Tiene algo que ver con lo que circula ahora en aquella región y especialmente en Rusia, donde es sur en varias zonas del sur de la Federación? ¿Por qué la usan en laboratorios? ¿Qué es eso de grupo 2-28? Todo esto se explica siguiendo el camino que ha recorrido el virus de la peste porcina africana desde su primera detección, hace más de un siglo.
¿Por qué el Ministerio habló en un primer momento de que la cepa era del mismo genotipo que circulaba por Europa?
La primera secuenciación genética realizada por el Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) del MAPA, en Algete, confirmó el 1 de diciembre que el virus pertenecía al “genotipo 2, el mismo que circula actualmente en otras regiones de Europa”, en palabras de la nota informativa del Ministerio. Esto es cierto, ya que todo lo que circula en nuestro continente desde la introducción de la variante ‘Georgia’ en 2007 se considera genotipo 2.
Sin embargo, dentro de este genotipo, hay varios grupos de clados o variantes del virus. Y es en el informe de genotipado, realizado en el laboratorio del CSIC de Valdeolmos y publicado el día 5, donde se han revelado las diferencias. Las muestras de Barcelona corresponden a ese llamado grupo 29 frente a otros más típicos como el 28.
El grupo 29 tiene unas características genéticas muy similares al virus que dio origen en Europa a ese genotipo 2 en su introducción en Georgia en 2007. Y es esa cepa la que se suele usar en laboratorios de experimentación, no el virus más evolucionado que circula en los brotes que registra el este de Europa en la actualidad.
La zona cero de la PPA
¿Es tan fácil que un virus escape de un laboratorio?
Ha ocurrido antes, pero no es ni habitual ni esperable en cualquiera de los que operan en España. Para el catedrático en Sanidad Animal de la UCM José Manuel Sánchez-Vizcaíno, la opción de que el virus haya salido de un laboratorio es una posibilidad que ha ganado peso y ”no se puede descartar”, aunque también “parece difícil”.
- “Del edificio no sale nada vivo”: Desde el centro del CReSA-IRTA que experimenta con esta cepa del tipo Georgia/1, el más cercano a los primeros jabalíes muertos, defienden sus medidas de contención. El pasado 4 de diciembre explicaron a Newtral.es que cuentan con seis laboratorios de bioseguridad nivel 3. Están en un edificio con estructuras de hormigón armado. Cuentan con “un filtrado permanente” y una “gestión exhaustiva de residuos”. Lo que sale del edificio, “no contiene ningún microorganismo vivo”. Esto incluye la higiene del personal.
- Ha pasado antes: Hay un puñado de casos, la mayoría, antiguos, sobre fugas accidentales de patógenos de laboratorios. Entre los más destacados en el mundo anila, el brote de fiebre aftosa en Escocia en 2007. Una tubería de drenaje defectuosa de un laboratorio de vacunas de Pirbright desbordó tras un episodio de fuertes lluvias. Los camiones de obra en la zona esparcieron el lodo contaminado hacia el exterior.
Para Sánchez-Vízcaino, el hecho de que sea similar no excluye que haya otras posibilidades: ”Cuando dicen similar significa que hay un porcentaje que es común, pero ahora están haciendo más estudios para ver realmente si es ese o hay otros similares”. O sea, que aún no hay seguridad al 100% de que lo analizado sea propio de una cepa de laboratorio.
Un comité científico decidirá qué laboratorios se investigan
El conseller de Agricultura Òscar Ordeig ha presentado este lunes al comité de personas expertas que auditará el posible origen de este brote de peste porcina africana. Será este quien decida los laboratorios a investigar y qué muestras o qué flujos de material se han de analizar. “No descartamos nada y tampoco confirmamos nada“.
Además de la investigación en curso de la Guardia Civil y los Mossos, la Generalitat ha abierto un expediente para auditar todos los centros que investigan la peste porcina y revisar sus protocolos de actuación.
Ha reiterado la conveniencia de que esa labor la lidere el propio IRTA-CReSA, lo que supone “una defensa de nuestros centros de investigación, de nuestros investigadores, de nuestro sistema de conocimiento” y del propio laboratorio público catalán.