Pese a ser festivo, en la noche de este lunes ‘First dates’ regresó a la pantalla de Cuatro para regalar a los telespectadores divertidas y curiosas historias de solteros y solteras que acuden en busca del amor. Una velada en la que destacó la presencia de Isabel, de 68 años y peluquera jubilada procedente de Gijón.
Así se presentó esta asturiana que durante tres décadas fue emigrante en Bélgica: «Me gusta vestir juvenil, soy coqueta. Me cambio todos los días de ropa y me arreglo».
No tardó en aflorar el capítulo más llamativo de su biografía y que está vinculado con la Familia Real belga. Así se lo contó a Carlos Sobera: «Mi mamá trabajaba para la Familia Real de Bélgica, con el hermano de Balduino, Alejandro. Cuando supieron que yo trabajaba en una buena peluquería, me contrataron y me hice peluquera de ellos. Pagaban muy bien. Estuve 30 años allí».
De regreso de Bruselas en 1991, Isabel no ha tenido suerte con el amor: «He tenido dos parejas. La primera ha fallecido y de la segunda me separé por un problema de infidelidad».
A su encuentro acudió Ignacio, de 69 años, quien también fue emigrante en el país centroeuropeo. «He nacido español y quiero seguir siendo español, español de la bandera republicana. Yo me he criado en Bélgica, en Lieja. Allí estudié y allí me casé», señaló.
A primera vista, Isabel no quedó prendada: «Me gustan los hombres más altos, con facciones más gruesas. Tiene muy poco labio. Y no es barrigudo, eso está bien».
La sintonía no mejoró cuando ambos compartieron el ágape. Sus formas de pensar y de sentir eran radicalmente diferentes. Sobre todo cuando la asturiana confesó que llevaba 10 años sin mantener relaciones sexuales: «Mi madre tenía Alzheimer y estuve muy pendiente de ella durante cuatro años». «Me parece absurdo. Que cuide de su madre es maravilloso. Pero que se olvide de su vida y no viva, eso no me parece bien. A nuestra edad, hay que disfrutar de lo que nos queda de vida. ¿Quién sabe si nos vamos a seguir conociendo?», replicó él.
Ignacio prosiguió con su intervención: «Yo no podría pasar diez días sin tener sexo. Si ella ha estado diez años, sin, me parece lamentable. Seguro que ha tenido ocasiones y hay que aprovecharlas».
Con estos antecedentes, estaba claro que ambos no optarían por seguir conociéndose más allá del programa. Y así fue. «No es mi prototipo de hombre, me gustan más altos. No hubo la chispa», dijo ella. «Visto y lo visto, no tendría una segunda cita. No creo que sea una persona para ella. Lleva diez años sin un tío. Tardará en encontrar a uno», cerró él.