Sergio Dalma (61 años) vuelve a los clásicos italianos entre más que ‘fundados’ rumore, rumore y la felicitá de haber completado otro proyecto ilusionante, para el que su voz suena con la misma fuerza que cuando tenía 40 años menos y medio mundo se enamoró con su Bailar pegados. El cantante catalán acaba de lanzar su reedición de Via Dalma, esto es, Ritorno a Via Dalma, que contiene doce temas italianos mundialmente conocidos. Han pasado quince años entre un álbum y otro y muchas cosas en la vida y obra del cantante catalán. Con el cabello blanco pero el estilo inconfundible de quien conquistó a varias generaciones, Sergio Dalma (Josep para los íntimos) revive las voces de Franco Battiato, Raffaella Carrà, Al Bano, Laura Pausini, Lucio Battisti, Pino D’Angiò, Mina, Nek y Zucchero en su ronco acento musical. En pocas semanas, Ritorno a Via Dalma se ha situado el segundo álbum en ventas. Listo para una nueva gira, que comenzará en marzo, el cantante habla de sus anhelos y del futuro, incluso de una cercana jubilación. Aunque Sergio Dalma es uno e inconfundible, sus respuestas siempre hablan de ‘nosotros’ y de ‘equipo’. Porque Dalma es mucho Josep. Parole, parole de artista.
¿Por qué este regreso a un camino ya transitado? En la música no hay que hacer cosas nuevas?
Cuando nos juntamos todo el equipo para decidir qué hacemos como nuevo proyecto, hablamos de que habían pasado 15 años de aquel Vía Dalma. Pensamos que era una forma de festejar otra vez, el poder pasear por aquella ‘vía’ y ofrecer canciones que se habían quedado escondidas, de aquellos años italianos. Era enfrentarte a canciones tan icónicas de Raffaella Carrà, de Mina o de Battiato. Un reto, un desafío más.
¿Qué autores son sus preferidos, si tuviera que salvar a uno del fin del mundo? ¿Por qué no ha cantado nunca en francés?
Cada músico tiene unas influencias. En aquella época, la mía, sonaban canciones italianas y francesas por la radio. Mis padres eran fanáticos de la música italiana, por lo que es lo que yo viví de pequeño. Autores como Cocciante, Adriano Celentano, Claudio Baglionni… era muy normal que sonaran en mi casa. Ganaban esos San Remo y a los pocos días cantaban en español aquí. De Franco Battiato no habíamos hecho nada, porque para mí, era un reto muy grande y al final, en este disco hemos incluido dos temas suyos. Es difícil quedarse solo con un autor. Son canciones que están en la mente de mucha gente.
La industria de la música ha cambiado para bien, aunque a veces hay que detenerse un poco y desconectar
En la presentación del disco ha protagonizado algunos ‘sketches’, en plan actor. ¿Se lo ha pasado bien ‘interpretando’ a Sergio Dalma?
Hay un equipo creativo que tiene grandes ideas. Y cuando me lo propusieron me parecía un buen aperitivo para dar a conocer estas canciones, con una vis cómica, por los resultados y por los comentarios en redes sociales, parece ser que ha gustado. Creo que aprovechando las redes sociales, es una buena herramienta para dar a conocer un trabajo como este, de una forma un poco más divertida.
En quince años desde ese primer Via Dalma, ¿cómo ha cambiado la industria?
Ha cambiado para bien, porque la sociedad ha está cambiando permanentemente. Va todo muy deprisa. A veces pillamos una velocidad que es bueno detenerse, como yo hago entre trabajo y trabajo, y desconectar un poco. También hay que entender que es lo que ha decidido en este momento la sociedad, y sobre todo, la gente joven. Hay que saber utilizar las redes, de las que no podemos prescindir porque son buenas para nuestro trabajo.
¿Y cómo ha cambiado Sergio Dalma, o la persona, Josep Sergi Capdevilla? ¿Se reconoce en el joven que aturdía a las adolescentes?
Hombre algo queda, hay una esencia, pero uno va madurando. Me ha gustado mucho lo que has dicho: primero está la persona y luego el artista. Por eso es por lo que he luchado siempre, que el artista no se comiera a la persona, cosa que al principio parecía que podía pasar. También he intentado luchar y la gente que he tenido a mi alrededor me ha permitido que, al final, la persona a persona controlara su espacio y que convivieran ambas facetas de buena manera.
Cuando llega ‘Bailar pegados’ en un concierto, es un momento mágico que tienes con el público y eso no se puede perder
¿Se arrepiente de algo que no ha hecho o que ha hecho mal?
Yo soy de los que dicen que lo que ya se ha hecho está hecho. Y de alguna forma, casi siempre he tenido esa libertad de trabajar como he querido. Y he podido trabajar con ese equipo en el que todos opinamos. La cabeza visible es Sergio Dalma, pero detrás hay mucha gente que tiene mucho mérito y que también es protagonista de este camino.
¿En cuántas entrevistas NO le han preguntado por su tema Bailar pegados, como yo estoy haciendo ahora de manera vaga?
(Risas). Yo creo que si ahora sales a la calle y dices el nombre de Sergio Dalma, automáticamente lo primero que se viene a la cabeza es Bailar pegados. Y que hayan pasado tantos años y que eso siga existiendo te convierte en un clásico para lo bueno y para lo malo. Por Bailar pegados han pasado los años, la siento cada vez de una manera distinta de aquella original. La hemos actualizado para no prescindir nunca de ella. Cuando llega la canción en el concierto, es un momento mágico que tienes con el público y eso no se puede perder.
No me habría presentado a Eurovisión este año con Israel, es una forma de presionar
Quedó cuarto En Eurovisión, en 1991 con esta canción. ¿Se habría presentado en una edición con Israel, ahora que España ha decidido no hacerlo?
Seguramente, no me habría presentado con lo de Israel. Es una forma de presionar y segundo, no me querría quedar con ese recuerdo del festival.
¿Y al Benidorm Fest, donde hasta ahora se elegía al candidato español?
Recomiendo a los que empiezan porque es un buen escaparate, una buena oportunidad, un trampolín para darse a conocer. Yo no volvería tampoco porque echo de menos, ahora que está tan en boga la música en vivo, que no haya música en vivo en Eurovisión. Por ejemplo, en San Remo (Italia) sí que hay una orquesta. Y en Viña del Mar (Chile). Es una gran producción, pero la echo de menos.
¿El proceso de maduración de un artista en los escenarios resulta igual para un hombre que para una mujer?
A mí me gustaría que fuera así, que fuera igual, pero a veces no ocurre. Lo del edadismo, puede ser que pase. No me gustaría que esto pasara ni para un hombre ni para una mujer.
Las giras, ¿son un impulso o a veces se ponen cuesta arriba: viajes, gente, estrés…?
Va a ser una noche mediterránea, muy italiana, a revisitar y a revestir esos temas para que esos clásicos suenen bien, como en Vía Dalma. Y la afrontaré como siempre, viajando en la furgoneta con los músicos. Aunque pasen los años y uno se pueda sentir más cansando, el vivo siempre es el vivo. Y uno trabaja para eso, para que llegue el momento y todo se ponga en marcha. Ya están las primeras entradas a la venta y ha ido muy bien. La gira empieza en marzo de 2026 y termina en 2027. Habrá unos cincuenta conciertos.
¿Hay alguna de las canciones del disco que le guste más que las otras, su favorita?
Yo creo que la canción Parole Parole, de Mina, que es muy icónica. Nosotros queríamos mantener esa esencia y esa sensibilidad con una producción algo más rompedora. El hecho de grabar este Ritorno aquí en España y no en Italia era para conseguir esos productores muy jóvenes, buscar esa frescura, como lo que quieres con una canción que empieza desde cero. Algunos de esos productores no conocían a los autores. Por eso me gustaba esa idea. Hacer un disco de este tipo es un reto para mí. Más, incluso, que un disco inédito porque son canciones que están muy presentes, pero el hecho de que los productores no las conociera, les ha ayudado. Es algo nuevo para ellos.
Rosalía tiene una madurez increíble. Admiro que esté encima de este volcán que y que salga con esa frescura
¿Qué le parece la eclosión de Rosalía? Ella no había nacido cuando usted ya triunfaba y arrollaba.
Me parece que tiene una madurez increíble, admiro que esté encima de este volcán que ha supuesto este lanzamiento y que salga con esa frescura, naturalidad y madurez. Creo que ha hecho un buen trabajo y una apuesta valiente. Lo ha hecho pensando en una obra completa. El que la gente haga el ejercicio de escuchar un disco de arriba abajo.
Y La oreja de Van Gogh, ¿qué le sugiere el cambio de solista? Han corrido ríos de tinta.
Con Leire (Martínez) hice una versión de La cosa más bella, lo pasamos genial, hicimos vídeo y es muy buena actriz e intérprete. Y con Amaia (Montero) las veces que hemos coincidido… es un sol de persona. Deseo lo mejor a Leire, ahora que está empezando su carrera en solitario. Y para La Oreja, con quien hemos coincidido en Sudamérica, en México… son gente extraordinaria. Y lo están demostrando con una carrera tan larga.
Unos se juntan y otros se despiden y además por las malas, como Andy &Lucas. ¿Es más fácil mantenerse cuando es uno solo, como es su caso?
Yo entiendo que la convivencia puede ser a veces complicada. Cuando llevaban tantos años… puede haber un desgaste y suceder esto. Sus fans pensarán que es una pena que al final se disuelva un grupo.
No me gustaría morir en un escenario, si acaso, en una buena comilona
Tiene 61 años, ¿piensa en la retirada o morirá en los escenarios?
No, yo admiro mucho a Serrat y lo querría hacer como él, que anunció que se iba un día y se fue. Luego están otros casos, como Raphael, que es admirable. Antes hablábamos de artistas icónicos que están en este disco y tanto uno como el otro, Serrat y Raphael, lo son. Si la gente se jubila a los 65 ó 67, yo voy a seguirlo a rajatabla. Como mucho, a los 70. Esto es muy duro, lo de las giras (risas). Bueno, no hay que perder la ilusión. A mí no me gustaría morir en un escenario, si acaso, en una buena comilona (risas).
De todos los cantantes clásicos que versiona, ¿hay alguno que haya conocido en los escenarios?
Cuando nos lo planteamos, yo me dije ¿cómo voy a cantar a Raffaella Carrà, que es tan icónica? Raffaella me presentó con Bailar pegados, en un programa de la RAI. Con Laura Pusini, con Nek, con Tozzi… hemos trabajado. Que además cuentes con su cariño y me hayan dicho que les ha gustado estas versiones… es enorme.
No me parezco a Eros Ramazzotti, creo que es él quien se parece a mí, se ha copiado (risas)
¿Le han dicho muchas veces que canta como Eros Ramazzoti?
Yo creo que es Eros Ramazzoti el que se parece a mí, se ha copiado (risas). Es verdad que cuando yo saqué mi primer disco Esa chica es mía, ya gente decía es Ramazzoti que canta en español. Si hubiera cantado en inglés no hubiera hecho esa comparación. Pero esto es ‘culpa’ de mis padres, que ponían tanto y tanto estas canciones…que al final, algún efecto debía de tener.
Y en su casa, ¿alguien le oye cantar de forma habitual?
No, yo fuera del escenario no canto nunca. Soy muy soso. Es más, a mí me gusta cocinar, estoy con mi copita de vino. Pero es curioso, si pongo música se me podría quemar todo. Se me va la cabeza a la música. Lo de hacer dos cosas a la vez es complicado.
Me horroriza pensar a largo plazo, solo de pensar en la gira que terminará en 2027…
¿Cómo se cuida entre viaje y viaje, entre disco y disco?
Cuando estas de gira es importante descansar bien, alimentarse bien, evitar los cambios brucos de temperatura. Siempre hago deporte para aguantar bien los conciertos. En mis ratos libres, me gusta mucho leer y soy buen bebedor de vino, creo que es maravilloso como buen mediterráneo. Empecé la carrera de Filología Románica y me dieron una beca para estudiar en Siena pero como debuté con la música, lo tuve que dejar.
Y como de momento no se jubila, ¿qué prepara para después?
Solo sé que será un disco inédito pero no me planteo fechas ni nada. Cada vez me organizo menos a medio plazo. Me horroriza pensar a largo plazo, solo de pensar en la gira que terminará en 2027…