Nick Kyrgios ha vuelto a encender la polémica con un nuevo ataque hacia Rafael Nadal que intensifica su ya conocida enemistad. El tenista australiano ha declarado públicamente que preferiría golpear al español a cambio de 50 millones de dólares antes que ganar un título de Grand Slam, sumando un capítulo más a una rivalidad que, a diferencia de la cordialidad que caracterizó la relación entre Nadal y Federer, se ha transformado en un abierto antagonismo fuera de las pistas.
El controvertido comentario surgió durante una sesión de preguntas y respuestas en Instagram, donde un seguidor le planteó elegir entre «¿Golpear a Nadal por 50 millones o ganar un Grand Slam?». Lejos de esquivar la polémica, el oceánico respondió sin titubeos: «50 millones». Pero la cosa no quedó ahí, ya que días después, Kyrgios volvió a mencionar al balear al recordar su derrota frente a Djokovic en la final de Wimbledon 2022, afirmando: «Creo que si esa final hubiera sido contra Nadal, me hubiera ido mejor«, sugiriendo que habría tenido más posibilidades contra el español.
Estas declaraciones se alinean perfectamente con lo expresado por el australiano a finales de 2024 en el podcast Nothing Major, donde confesó abiertamente su antipatía hacia el 14 veces campeón de Roland Garros. «No lo soportaba. Lo odiaba y lo despreciaba muchísimo cuando lo veía caminar por ahí», admitió entonces. El tenista de Canberra, que se prepara para volver a las pistas en la ‘Batalla de los Sexos’ frente a Aryna Sabalenka, justificó su animadversión criticando especialmente las rutinas de Nadal durante los partidos: «Algunos de sus gestos me daban asco. Odiaba ver a jugadores que se demoraban mucho entre saque y saque, especialmente entre el primer y segundo servicio».
La enemistad unilateral de Kyrgios
A diferencia de su actitud hacia otros grandes del tenis, Kyrgios ha manifestado que nunca sintió «esa ira hacia Federer o Djokovic». El australiano, ganador de siete títulos ATP, ha convertido esta rivalidad en algo personal, mientras que Nadal siempre ha mantenido una postura más profesional y contenida ante las provocaciones. Este nuevo episodio confirma que, a pesar del paso del tiempo, la animadversión del australiano hacia el español parece no tener fin.
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