La fuerte demanda de vuelos en prácticamente todas las regiones del mundo está tirando de los resultados de las aerolíneas tras los dos a tres años de fuerte crisis ocasionados por la pandemia entre 2020 y 2022. La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (Iata, por sus siglas en inglés) estima que el beneficio total del sector para 2026 se alzará hasta los 41.000 millones de dólares (unos 35.270 millones de euros), cifra hasta ahora nunca alcanzada.

Esa ganancia esperada sube desde los 39.500 millones de dólares fijados para este 2025, aunque el margen de beneficio neto se quedaría estabilizado en el 3,9%. El colectivo de líneas aéreas explica que la ligera mejora de resultados se atisba en un contexto comercial marcado por los problemas en la cadena de suministro. Numerosas compañías han visto retrasados sus programas de renovación de flota, en busca de una mayor eficiencia en costes y climática, por la acumulación de pedidos y problemas de aprovisionamiento que sufren los dos grandes fabricantes, Boeing y Airbus.

La montaña de millones de euros en beneficios para el sector aéreo se traduce en 7,90 dólares por viajero. En un contexto de tráfico al alza esto implica que se resiente la rentabilidad por cada persona que sube a un avión, cuyo máximo fue fijado en 2023 con 8,5 dólares.

El beneficio de explotación estimado para el próximo ejercicio es de 72.800 millones de dólares, muy por encima de la previsión para el presente 2025, de 67.000 millones de dólares. Esta mejora eleva el margen de explotación al 6,9%, tres décimas porcentuales más que este año. Otro de los apuntes clave para el negocio, el del rendimiento del capital invertido (ROIC por sus siglas en inglés), permanece sin cambios en las presiones de 2026, en el 6,8% para el sector.

Desde Iata se llama la atención sobre este último porcentaje por estar por debajo del coste medio ponderado del capital (WACC por sus siglas en inglés), fijado en el 8,2% para el próximo año, a pesar de la amortización generalizada de deudas contraídas durante la crisis sanitaria y de la citada mejora de la rentabilidad operativa.

Para llegar a estos números, las compañías deben sumar una facturación total de 1,053 billones de dólares, lo que implicaría una mejora del 4,5% sobre los 1,00 billones con que se prevé cerrar el presente ejercicio. Para ello, se confía en que los aviones vayan con una ocupación media cercana al 84%, dando servicio a 5.200 millones de viajeros el próximo año (+4,4% sobre la estimación de 2025).

Para el director general de Iata, Willie Walsh, los rendimientos que promete el sector son “una noticia muy positiva teniendo en cuenta los obstáculos a los que se enfrenta, entre los que destacan el aumento de los costes debido a los cuellos de botella en la cadena de suministro de la industria aeroespacial, los conflictos geopolíticos, la ralentización del comercio mundial y el incremento de la presión regulatoria”. El alto representante del sector aéreo resalta la capacidad de resistencia de las compañías, “lo que les permite amortiguar el impacto de las crisis y les asegura una rentabilidad estable”. La lucha contra los ciclos económicos, de demanda, de los precios del petróleo y también la desestacionalización de los ingresos se ha convertido en prioridad máxima para las aerolíneas con el fin de presentar horizontes previsibles en sus resultados.

Iata afirma que el entorno operativo es incierto y desafiante, al que se añade la preocupación de que el sector no sea capaz de generar ganancias que cubran el coste de capital. “Los márgenes del sector siguen siendo insignificantes si se tiene en cuenta el valor que generan las aerolíneas conectando a las personas y las economías”, se ha quejado Walsh en una conferencia de prensa celebrada en Ginebra (Suiza).

Las aerolíneas se encuentran en el corazón de una cadena de valor que representa casi el 4% de la economía mundial y proporciona 87 millones de empleos, ante lo que el director de Iata señala que “Apple ganará más vendiendo una funda para iPhone que los 7,90 dólares que ganarán las aerolíneas transportando a un pasajero medio. E incluso dentro de la cadena de valor del transporte aéreo, los márgenes de las aerolíneas están totalmente desequilibrados, especialmente si se comparan con los márgenes de los fabricantes de motores y aviónica y muchos de nuestros proveedores de servicios”.

Algunas de las medidas que reclama Iata son la rebaja de la presión regulatoria y fiscal, además de la eliminación de deficiencias en las infraestructuras, para reequilibrar la rentabilidad de la cadena de valor del sector aéreo.

(Artículo en elaboración. Habrá ampliación)