Primero revolucionó la industria cinematográfica con la saga ‘Terminator’, después volvió a hacerlo gracias a ‘Titanic’ (1997) y en 2009 lo logró una vez más con ‘Avatar’, fantasía épica ambientada en el planeta ficticio Pandora con la que pretendió dar inicio a una mitología de ambiciones similares a la que J.R.R. Tolkien desarrolló en su día alrededor de la Tierra Media, y que sigue siendo la película más taquillera de la historia tras recaudar casi 3.000 millones de dólares.
Trece años después estrenó ‘Avatar: el sentido del agua’ (2022), y consiguió ingresar 2.300 millones de dólares con ella pese a los obstáculos que encontró en el auge del cine de superhéroes, la pandemia y el cambio de paradigma impulsado por las plataformas de ‘streaming’. Ahora la tercera entrega de la saga, ‘Avatar: Fuego y ceniza’, llega solo tres años más tarde -rodó ambas secuelas a la vez-, en un presente en el que los miedos de su creador contra la explotación del planeta y de los seres humanos resultan especialmente relevantes. Se calcula que su presupuesto es de 400 millones y dura tres horas y cuarto, y su rendimiento en taquilla ayudará a decidir si ‘Avatar’, como en su día se planeó, acaba siendo una pentalogía.

Zoe Saldana y Cameron en el estreno de París. / Associated Press/LaPresse / LAP
Cuando estrenó ‘Avatar: el sentido del agua’ (2022), aseguró que la película necesitaba colocarse entre las cuatro películas más taquilleras de la Historia para ser rentable. ¿Representa ‘Fuego y ceniza’ también un riesgo financiero tan alto?
Sin duda, en buena medida porque es la más oscura de todas las entregas de ‘Avatar’ hasta la fecha. Habla sobre el duelo, la pérdida y el trauma. y sobre la dificultad de romper el ciclo de odio y violencia causados por ese sufrimiento. Su relato plantea la posibilidad de un suicidio adolescente, y muestra a uno de los personajes más queridos de la saga adoptando actitudes definitivamente racistas. Sí, hay mucho en juego con ‘Fuego y ceniza’.
Usted escribió el guion de la película hace más de una década. ¿Siente que el paso del tiempo ha hecho mella en él de algún modo?
Creo que ahora es aún más relevante que entonces. Habla de nuestra responsabilidad para con nuestra familia y nuestra comunidad, y por tanto conecta estrechamente con problemas fundamentales que la gente sufre hoy en todo el mundo. Dicho de otro modo, habla de refugiados e inmigrantes y otras personas víctimas de odio e intolerancia, como los deportados en Estados Unidos. Nada de ello es nuevo, claro; la historia de la humanidad siempre se ha basado en la conquista y la marginalización del otro. En cualquier caso, actualmente la empatía parece haber desaparecido casi por completo. La tolerancia y la solidaridad se han convertido en algo casi subversivo. Y nuestra obsesión por dominar nos ha empujado también a atacar sistemáticamente el planeta, pese a la evidencia de que hacerlo nos conduce al desastre.
‘Avatar’ lleva más de 15 años advirtiendo acerca de ello.
La idea central de la saga es que, o acabamos con nuestros hábitos para con el planeta, o ellos acabarán con nosotros. Debemos obligar a los políticos a que tomen medidas al respecto en lugar de servir solo los intereses del capitalismo, y debemos concienciarnos sobre la necesidad de cambiar ciertos patrones de comportamiento. ‘Avatar’ es una plegaria, un canto a la esperanza en la capacidad del ser humano para evolucionar espiritualmente en dirección al tipo de relación con lo natural que teníamos cuando éramos precivilizados. Tenemos mucho que aprender de esas comunidades indígenas a las que sometemos y aniquilamos.

El director James Cameron. / YOAN VALAT / EFE
En lugar de eso, Donald Trump aprueba leyes que niegan el cambio climático y favorecen la polución, y Elon Musk se muestra obsesionado por conquistar Marte…
No hace falta ser un genio para comprender que despreciar el ecologismo llamándolo “un bulo” o “noticias falsas” es muy conveniente para los tiranos. A medida que el impacto del cambio climático se agrave, más gente será desplazada y eso dará aún más alas a los regímenes racistas y autoritarios. Y, obviamente, si destruimos la Tierra tenemos que buscar otro lugar que conquistar y destruir.
Cuando rodó ‘Avatar: el sentido del agua’ en medio de la pandemia, mostró su preocupación por el auge de las plataformas de ‘streaming’. ¿Cuánto le preocupa ahora el de la inteligencia artificial?
Hace más de 30 años yo fundé la primera empresa de efectos visuales totalmente digitales, Digital Domain, y ‘Avatar’ me sirvió para impulsar todas esas novedades con rapidez. Y desde el principio di ejemplo de cómo poner los avances tecnológicos al servicio del arte y la narración. Pero ahora Hollywood trata de usar la tecnología para reemplazar el arte. La IA amenaza con sustituir a los escritores, a los directores, a los actores, y por eso es moralmente aberrante. A través de ella no se crea nada, solo se reciclan ideas previas. Sirve para crear imágenes graciosas, chistes de usar y tirar, pero pretender que supla visiones nuevas y únicas aportadas por el arte es un error terrible. Su uso necesita urgentemente empezar a ser regulado a través de códigos éticos muy claros.
Se ha mostrado muy contrario a la compra de la compañía Warner Bros. Discovery por parte de Netflix. ¿Por qué?
Porque socava décadas de tradición cinematográfica construida alrededor de la experiencia comunitaria que aportan las salas de cine, y que a mi juicio es la única legítima. La pandemia fue una verdadera amenaza existencial para el cine, y durante un tiempo yo sentí que el ‘streaming’ iba a vampirizar todo lo que había creado. Desde entonces, las audiencias de las salas no han hecho más que decrecer, y para mí eso es una tragedia. El cine solo es cine si permite al espectador abandonarse por completo y dejarse transportar a otro lugar, otro tiempo y otro mundo, y lo que proporciona el ‘streaming’ es otra cosa.

James Cameron y su esposa Suzy Amis Cameron. / BERTRAND GUAY / AFP
¿Habrá cuarta y quinta entregas de ’Avatar’? En los últimos días se ha mostrado cauteloso al hablar de ello.
No lo sé. Tengo muchos otros proyectos, que me provocan mucha emoción y que, pese a ello, me he visto obligado a dejar de lado mientras trabajaba en ‘Avatar’ durante los últimos 20 años. Cualquier artista necesita un poco de variedad en su dieta. Por otra parte, nunca pondría la continuidad de esta saga en manos de otra persona, porque seguro que la echarían a perder.
Cuando J.R.R. Tolkien entró en la Tierra Media, ya nunca salió de ella. ¿Y acaba pasándole lo mismo a usted con el planeta Pandora?
No lo vería como una maldición, la verdad. No hay nada de lo que quiero decir que no pueda decirse desde el universo ‘Avatar’. Pero además de las películas me interesan otras cosas, como explorar los océanos o pintando, y quiero volver a sentir el gozo que dedicarme a ellas me proporcionaba. Veremos.
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