La investigación e interrogatorios del Senado (segunda cámara del Parlamento francés) sobre el histórico robo del Museo del Louvre continúan descubriendo y subrayando una gestión catastrófica de su seguridad durante veinte años largos.

Pascal Mignerey, miembro de la Misión seguridad del ministerio de Cultura, … que investiga el robo del 19 de octubre pasado, ha declarado ante la comisión investigadora del Senado: «Las cámaras de seguridad grabaron la llegada de los ladrones, grabaron la entrada de los ladrones en el museo, grabaron la salida de los ladrones con las joyas robadas… pero nadie miró esas grabaciones en directo… con lo cual, cuando los servicios de vigilancia terminaron mirando esas grabaciones ya era demasiado tarde… los ladrones pudieron ser detenidos si las imágenes del robo no se hubiesen mirado con 30 segundos de retraso…».

«Cuando los vigilantes terminaron viendo las imágenes grabadas ya era demasiado tarde», comenta lacónico Pascal Mignerey, agregando: «Si esas imágenes hubiesen sido vistas en directo o 30 segundos antes, el histórico robo hubiera podido evitarse».

Laurent Lafon, senador centrista, que preside los trabajos del Senado intentando esclarecer el histórico robo del museo nacional, antigua residencia de los reyes de Francia, resume sus primeras impresiones sobre la investigación, que sigue su curso: «El Louvre ha sido víctima de los fallos de seguridad general del museo, víctima de los fallos de la tutela y dirección, que nunca tuvieron en cuenta los grandes problemas de seguridad. No se trata de un fracaso y fallo fortuitos, ni de mala suerte… se trata de decisiones que no se tomaron, en su día, años atrás, cuando fueron identificados los problemas de fondo de la inseguridad del Louvre».

Hace seis años, el 2019, una empresa de joyería célebre, ‘Van Cleef and Arpels’, presidió unos trabajos especiales que identificaron, ya entonces, todos los «fallos» y «debilidades» que amenazaban varias galerías del Louvre, comenzando por la galería Apolo, por donde entraron los ladrones, el mes de octubre pasado. La dirección del Louvre hizo caso omiso de las advertencias.

En primera línea

Jean-Luc Martinez, director del Louvre entre 2013 y 2021, y Laurence des Cars, directora desde el 2021 hasta hoy, son los gestores que están en primera línea de crisis. Ambos deberán responder, ante el Senado, de los graves fallos que se han acumulado en la seguridad del gran museo nacional, desde hace más de una década.

Oficiosamente, Martinez y des Cars son acusados de la misma negligencia: dar mucha publicidad a su política de compras de obras maestras, en detrimento de los más elementales trabajos de seguridad.

Laurence des Cars habría sido «insensible» a los grandes y graves problemas de seguridad. Los investigadores del histórico robo subrayan su «falta de memoria» y de «interés» por los sucesivos informes que denunciaban la agravación de la inseguridad del Louvre, en sus entradas, en sus salas, en sus servicios de control y vigilancia.