Miércoles, 10 de diciembre 2025, 20:56
No era un partido de ACB. No era, en teoría, una noche diseñada para redenciones. Pero Luke Petrasek decidió que, si la FIBA Europe Cup había servido históricamente como escaparate para la segunda unidad del Surne, esta vez también sería el escenario para su propia liberación. El estadounidense, que llegó en verano envuelto en expectativas y dudas a partes iguales, vivió ante el Sporting CP el partido que llevaba semanas buscando. Un choque para insistir, para soltarse y para demostrar que tiene nivel para ser mucho más que un complemento.
Petrasek comenzó tímido, incluso torpe por momentos del primer cuarto. Tomó decisiones ansiosas, miraba más al banquillo que al aro. Pero no se rindió. Siguió intentándolo, una y otra vez, como si el partido fuese un laboratorio personal en el que Ponsarnau le hubiese concedido libertad para equivocarse. Y de tanto insistir llegó la explosión.
Su segundo cuarto fue una reivindicación en toda regla: 7 puntos, tres rebotes, tres asistencias y una energía nueva que contagió a sus compañeros. Formó parte del parcial de 9-0 que abrió brecha, recogió el balón en posiciones incómodas, atacó desde fuera hacia dentro y consiguió que Miribilla empezara a mirarle con otros ojos. Al descanso, el norteamericano era el mejor del partido.
En el tercer cuarto, con Sporting acercándose peligrosamente y el encuentro pidiendo personalidad, Petrasek pidió el balón. Atacó el aro, forzó faltas, sumó desde el tiro libre (primero 9 puntos, luego 11, luego 13…) y firmó posesiones que explican por qué Ponsarnau no lo sentó ni en los peores momentos defensivos del equipo. Un triple suyo, en pleno atasco, fue una declaración de intenciones, y el jugador que había llegado sin arrancar, por fin encendía el motor.
«Aleix Font, te quiero»
Acabó con 18 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias y 24 de valoración, máximo anotador del equipo junto a Hilliard, y diciendo más con una sonrisa final que con cualquier estadística.
Pero Petrasek no estuvo solo en esta noche de reivindicaciones. Aleix Font, especialista en brillar en Europa mientras espera su oportunidad en la ACB, volvió a ser luz de fondo: 11 puntos, 3 de 4 en tiros de campo, dos triples impecables y el cariño palpable de una grada que coreó un espontáneo y cálido «¡Vamos Aleix!» cada vez que pisaba la línea de tiros libres. Cánticos de«Alie xFont te quiero, te vengo a ver» cada vez que anotaba el barcelonés. «Me duelen los riñones de no ponerle tanto como me gustaría en liga, pero la rotación funciona así en estos casos», confesó el entrenador del Surne Bilbao Jaume Pornsanau en la eurda de prnesa post-partido. La canasta de Aleix Font al final a pase del propio Petrasek fue un pequeño símbolo que resumió la noche de ambos. Los menos habituales no sólo sumaron, sino que construyeron la victoria. Sobre todo el norteamericano Petrasek, que junto a Darrun Hiliard, que también firmó uno de su mejores partidos de esta campaña, fue el jugador más determinante de los hombres de negro desde la anotación.
Fue un partido de Europe Cup, sí. Un partido europeo de un miércoles con horario cambiado, también. Pero para Petrasek (y para Font) fue algo más que eso. Fue una liberación, un punto de inflexión y un recordatorio tanto al mister como a la apasionada afición de Miribilla de que en este deporte las jerarquías tiemblan cuando los que esperan su momento deciden dejar de hacerlo.
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