El universo creativo de Robe Iniesta no solo llenó escenarios: también terminó ocupando espacio en la universidad. El Trabajo de Fin de Grado de Janire Lerín Cámara, alumna del Grado en Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Valladolid, analizó en profundidad Mayéutica (2021), el tercer álbum en solitario del músico placentino, y lo interpretó como una gran sinfonía conceptual articulada alrededor del autoconocimiento y la fragilidad humana.
La investigación sostuvo que el disco funcionó como una obra unitaria, no como una simple colección de canciones, y que su estructura respondió de forma precisa a las fases del método socrático: vaciamiento, diálogo o refutación, y alumbramiento. Para ello, Lerín integró referencias filosóficas con marcos narratológicos contemporáneos aplicados a la música popular urbana.
El trabajo partió de una anécdota personal de la autora, que recordó cómo descubrió las letras de Extremoduro en su infancia. A partir de ese vínculo emocional, justificó su interés por estudiar la trayectoria del músico, a quien definió como una de las voces más poéticas y singulares del panorama musical español.
La tesis revisó, además, la evolución artística de Iniesta, desde La ley innata (2008) hasta su etapa en solitario, y destacó que Mayéutica se concibió como una continuación natural de aquel primer gran proyecto conceptual.
Siguiendo los principios narrativos expuestos por el teórico David Herman, Lerín analizó cada parte del álbum como un episodio dentro de un mismo relato. Mayéutica, defendió, se entendió mejor como un discurso sonoro continuo que construyó, destruyó y volvió a recomponer el mundo interior del protagonista.
El estudio examinó minuciosamente los movimientos del álbum y cómo la música reforzó o contradijo la letra. El “Interludio” y el “Primer Movimiento: Después de la catarsis” se interpretaron como la fase irónica del proceso, en la que el protagonista transitó entre la ruina emocional y una falsa claridad que la propia armonía musical desbarató.
“Mierda de filosofía”: cuando la razón dejó de servir
La segunda gran fase, correspondiente al diálogo y la refutación socrática, se centró en el “Segundo Movimiento: Mierda de Filosofía”. La tesis analizó este corte como un estallido visceral en el que el sujeto poético rechazó la intelectualización y abrazó el cuerpo como única verdad momentánea.
La investigadora destacó la crudeza de la letra, el peso rítmico y la densidad instrumental, que construyeron un espacio sonoro de confrontación directa. La tensión se prolongó en “Tercer Movimiento: Un Instante de Luz”, donde el deseo se convirtió en motor narrativo y musical.
En la última fase, el estudio situó el verdadero alumbramiento: el reconocimiento de que no era posible controlar la mente ni las emociones. Según Lerín, ahí residió la clave del disco: en aceptar la fragilidad como único territorio sincero.
La “Coda Feliz”, concluyó, cerró el viaje con una mezcla de luz y vulnerabilidad. Aunque la letra celebró una adicción amorosa, en la grabación se percibieron sollozos que contrastaron con la armonía luminosa. Un final abierto que reforzó la idea de un renacimiento emocional.
El Trabajo de Fin de Grado defendió que los álbumes conceptuales son una herramienta de análisis válida y fértil para la musicología y subrayó la escasez de estudios académicos sobre Robe, tanto en su etapa con Extremoduro como en solitario.
Lerín reivindicó la necesidad de situar obras como Mayéutica en el canon de la música popular analizable y recordó la relevancia de trabajos como Extremoduro de profundis, de Javier Menéndez Flores, para comprender la figura del músico.