Noche europea de sentimientos encontrados en la grada del Santiago Bernabéu. El Real Madrid cayó derrotado (1-2) por un Manchester City que mira muy de lejos a la mejor versión que llegó a alcanzar con Pep Guardiola en el banquillo. Lastrado por las numerosas … bajas, a las que este miércoles se unió la de Kylian Mbappé, su mejor futbolista, y por una alarmante falta de confianza, el equipo de Xabi Alonso esta vez sí quiso pero no pudo. Los blancos demostraron mucha más actitud que en otros encuentros, como ante el Celta de Vigo, ilusionando de inicio a sus aficionados, pero ni así les dio para apuntarse un triunfo, lo que desembocó en una nueva decepción y una breve pero intensa pitada al término del encuentro.
El himno tronó por la megafonía del coliseo merengue al señalar el árbitro Clement Turpin el final del partido pero no pudo disimular el enfado de los madridistas, enfocado claramente hacia los jugadores. Más que por la derrota en sí, que no parecía ni mucho menos descabellada en la previa y que se asumió con resignación, los silbidos fueron una suerte de toque de atención para unos futbolistas que demostraron que eligen en qué partidos corren y en cuáles administran esfuerzos. El Bernabéu, que en la anterior derrota en casa ante el Celta se distrajo con las polémicas decisiones finales del árbitro Quintero González, en esta ocasión no quiso dejar pasar la oportunidad de avisar a sus futbolistas de que les ha tomado la matrícula. Dos derrotas consecutivas en casa son cosa seria.
Hasta ahora dividido a la hora de señalar a los responsables del delicado momento que vive el equipo, ante el City la balanza pareció inclinarse definitivamente hacia el vestuario, identificado como principal culpable. Los aficionados blancos parecen haber reconocido finalmente los esfuerzos de Xabi Alonso, que incluso aceptó adaptar algunas de sus ideas para tratar de convencer a un equipo con vicios que ya son evidentes y con grandes estrellas que hasta el momento no están dando la talla.
El técnico tolosarra, aplaudido ya cuando se recitaron las alineaciones, salió paradójicamente reforzado del choque, quizás no tanto ante sus jefes pero sí al menos ante su público. Por el gol de Rodrygo, un brote verde que le dio la razón a la insistencia de Xabi pese a la melancolía y los pobres números goleadores del extremo brasileño, y que tuvo su reconocimiento en forma de abrazo en la zona técnica. Y también por el valiente despliegue atacante final que tanto agrada al Bernabéu, dando entrada en el once al inédito Endrick en busca del gol del empate.
Vinícius, dos meses sin marcar
En sentido contrario, uno de los principales señalados en la noche del miércoles fue Vinícius. Con la baja de Kylian Mbappé, que finalmente no jugó ni un minuto ante el City por su dedo roto y sus molestias en la rodilla, la responsabilidad atacante del Real Madrid cayó sobre los hombros del brasileño. Lejos de aprovecharlo, y más ante un lateral que en realidad era un medio centro como Nunes, Vini mostró su versión más intrascendente y fallona de cara a puerta. El que fuera en su momento el gran factor de desequilibrio del Real Madrid está regañado este curso con el gol, con tan solo cinco dianas en su haber. Sus últimos dos goles los marcó en la jornada 8 ante el Villarreal, el 4 de octubre. Hace ya más de dos meses.
Queda por ver cómo asume el volcánico Vinícius este pellizco público de sus aficionados, pero al menos algunos de sus compañeros se dieron por aludidos ante el enfado del Bernabéu. Así, tras ver las orejas al lobo, todos los que hablaron para los medios de comunicación tras el encuentro apoyaron al entrenador y defendieron la unidad del vestuario.
«Estamos a muerte con el entrenador, no tiene la culpa. depende de nosotros cambiar la actitud en los partidos»
«Tuvimos ocasiones para empatar pero la situación está que no quiere entrar. Demostramos que estamos con el míster. Si salimos igual que hoy o que en Bilbao vas aganar en Mendizorroza», explicó Courtois. Y en la misma línea se expresó Asencio, que aseguró que «el vestuario sabe el mensaje que transmite Xabi Alonso, está con él al cien por cien y el día a día en Valdebebas es muy bueno. No tiene la culpa. Depende de nosotros cambiar la actitud en los partidos».
«Es un momento complicado para nosotros y para el entrenador. Las cosas no están saliendo y se dicen muchas cosas, pero queremos demostrar a la afición que estamos con nuestro entrenador. Necesitamos esta unidad para seguir adelante», agregó por su parte el renacido Rodrygo.
«No tengo nada que reprocharles»
Un intento de templar los ánimos, generar unidad y volver a congraciarse con el público al que también contribuyó el técnico madridista, en la línea conciliadora que lleva manteniendo todo el curso. «Entendemos a la afición pero el equipo lo ha intentado hasta el final, sin bajar los brazos, a pesar de todas las dificultades con las que estamos conviviendo. No tengo nada que reprocharles. Agradezco su actitud y tenemos que seguir creyendo y trabajando porque todo pasa, y esta mala racha también pasará», confió el vasco tras el partido.