La propuesta de cierre de Mendizorroza por las referencias a Iraultza 1921 en los murales del estadio avanza a una nueva fase. Tres semanas después … de plantear esta «excepcional medida», la Comisión Antiviolencia ratificó ayer su postura y envió a la Secretaría de Estado de Seguridad un pormenorizado informe con nuevas pruebas, aportando más imágenes y antecedentes. Este órgano, dependiente del Ministerio del Interior, decidirá en última instancia si se clausura durante un mes el estadio del Alavés por «el apoyo del club a aficionados radicales» y el señalamiento al coordinador de la Ertzaintza. La decisión final podría demorarse varias semanas y la entidad albiazul tendrá la posibilidad de presentar alegaciones para tratar de frenar o rebajar la sanción.

Con este movimiento, Antiviolencia declina de facto el intento del Alavés por detener la propuesta de clausura, que incluye también una sanción económica de 60.001 euros. Según ha podido saber ELCORREO, durante este periodo de redacción del informe desde las oficinas del Paseo de Cervantes se envió un escrito para intentar evitar que el expediente siguiese su curso. En el mismo, el club remarcó que ya se habían eliminado las firmas de Iraultza, grupo que está catalogado desde 2018 como «ultra».

Ese argumento trasmitido por escrito se basa en que un día antes de que la propuesta se hiciese pública este colectivo borró su ‘firma’ en «un acto de responsabilidad» para «no perjudicar al alavesismo» según señaló Iraultza. Esta actuación, explican fuentes consultadas por este periódico, evitará la tramitación de nuevas sanciones pero no tendrá efecto sobre la que se dilucidará a partir de ahora en Madrid. Es decir, no servirá como atenuante al entender que es un hecho posterior.

El club albiazul, que sostiene que no ha realizado «ningún movimiento» ni enviado escrito alguno, se enfrenta a un escenario desconocido. Hasta la fecha, la Comisión Antiviolencia había propuesto varias sanciones económicas por la exhibición de las firmas de Iraultza en los murales. Pero estas, al catalogarse como «graves», se tramitaron a través del departamento de Juegos y Espectáculos del Gobierno vasco, que dejó sin efecto varias de ellas. Sin embargo, el último episodio elevó el caso a «muy grave». Además de la reincidencia, Antiviolencia endureció su postura por el señalamiento al coordinador de Seguridad de la Ertzaintza, un hecho que consideran «intolerable». Sobre los grafitis expedientados se colocaron unos folios de color rojo formando un aspa y unos carteles con la leyenda: ‘Censurado por el coordinador de la Ertzaintza’. De manera que ahora es este departamento dependiente del Ministerio del Interior el que deberá analizar un informe «con poco margen de interpretación», según indican a este periódico las fuentes consultadas. Ellos decidirán si la propuesta de cierre se efectúa.

Desde el Alavés adelantan que una vez reciban la notificación del castigo fundamentarán las alegaciones. Durante los tres últimos años, el club ha tratado de encontrar un complejo equilibrio entre evitar un enfrentamiento directo con una parte reconocible de su grada y una eventual sanción. Tampoco quería renunciar a los murales que, más allá de la huella de Iraultza, muestran momentos históricos de la trayectoria babazorra. «Una forma de honrar a las personas, colectivos e hitos que han contribuido a construir lo que hoy es nuestra entidad», defendió el club. Además, durante este tiempo ha argumentado que Mendizorroza es de titularidad municipal, por lo que entiende que cualquier actuación en el exterior del campo compete directamente al Ayuntamiento.

Informe municipal

Esta reincidente justificación motivó que el Gobierno vasco tuviese que intervenir para tratar de zanjar el debate y «acabar con esta situación». La Dirección de Juego y Espectáculos tomó el año pasado cartas en el asunto ante la escalada en la gravedad del escenario. Encima de la mesa manejaban cinco expedientes de la Comisión Antiviolencia pendientes de resolver. Ya entonces advirtieron sobre los riesgos a los que se enfrentaba el club, con la clausura del estadio como una amenaza latente. Tras reunirse con representantes del Alavés, desde el club se delegó la responsabilidad en el Consistorio.

Sin embargo, un informe municipal desvelado por ELCORREO ya aclaró hace un año y medio que el borrado de los murales era competencia del club albiazul, según el convenio firmado en 2011. «El Alavés asumirá todas las responsabilidades y obligaciones derivadas de la Ley de Espectáculos Públicos y demás que sean aplicables», incide el informe. Según la interpretación municipal del convenio, ambas partes fijaron que la entidad alavesista «asume la obligación de conservación y mantenimiento de todas las instalaciones y servicios». Por lo que, concluye, «el Alavés asume el borrado de los grafitis».