En la España que emergía de la sombra del franquismo, los cines se convirtieron en espacios de descubrimiento y riesgo, donde la pantalla ofrecía por primera vez cuerpos, deseos y silencios que durante décadas habían sido censurados. Nacía el fenómeno del cine S, un nuevo camino para una industria que empezaba a explorar la libertad recién conquistada. Obras como ´Historia de una mujer escándalo´ o ´El pervertido´ no solo exhibían desnudos capaces de desafiar la moral de entonces, sino que capturaban la mezcla de fascinación y desconcierto de una sociedad en tránsito, oscilando entre la provocación, la risa y la ruptura de antiguos tabúes.
El cartel de la película ´Los años desnudos´ que protagonizó Mar Flores junto a Goya Toledo y Candela Peña
Décadas después, Los años desnudos (Clasificada S) se presenta como un reflejo tardío y consciente de aquel periodo: una obra que recupera su memoria desde la mirada de sus protagonistas, con la intención de reivindicar lo que fue una etapa además de conflictiva, decisiva para la cultura audiovisual española. En ese contexto, Mar Flores ocupa un lugar central: no solo como testigo de ese mundo, sino como intérprete que revive, con convicción, lo que supuso pertenecer a un cine que no se limitó a desvestir cuerpos, sino a desnudar miedos, moralidades y prejuicios.
Mar Flores en ‘Zodiac’. (S. Beleña)
En esta entrevista en Zodiac junto a Nacho Gay, Mar Flores acepta retomar ese pasado con honestidad y sin concesiones. Reivindica el valor del proyecto — una decisión que, según ella, cambió el rumbo de su carrera: “Tras el estreno de ´Los años desnudos´ jamás volví a recibir una propuesta cinematográfica, y no fue solo por mí; todos nos sentimos rechazados por la industria”, recuerda con firmeza. Evoca la presentación de la película a los Premios Goya — “se presentó dentro del plazo y nunca fue admitida” — y revive la frustración de quienes creyeron entonces que habían realizado un trabajo adelantado a su tiempo.
“Recuerdo perfectamente la frase que les escuché a los directores, Félix Sabroso y Dunia Ayaso, cuando dijeron que España no estaba preparada para lo que habíamos hecho y estamos hablando de 2008, no fue hace tanto” dice invitando a reflexionar y mirando con retrospectiva Flores no se equivoca, es ahora cuando la película ha tenido diferentes conmemoraciones: «Algo así creo que ocurrirá con mi libro, con el tiempo encontrará su hueco. Ahora lo que ha creado es una revuelta social» dice sobre sus memorias, ´Mar en calma´ que van por la segunda edición.
A la izquierda la actriz Candela Peña junto a Mar Flores y a su derecha Goya Toledo en un fotograma de la película ´Los sueños desnudos´
Este desaire no solo marcó el fin de un ciclo, sino un giro en la trayectoria profesional de Mar Flores. Su camino comenzaba en 1989, cuando ganó el concurso “Rostro de los 90” de la revista Elle, y rápidamente se consagró como modelo en pasarelas internacionales como Milán, desfilando para diseñadores como Giorgio Armani, Gai Mattiolo o Laura Biagiotti, y protagonizando campañas para firmas como Cacharel, La Perla, Freixenet o El Corte Inglés, consolidándose como uno de los rostros más visibles de la moda española de la época.
Mar Flores durante el rodaje de ´Los años desnudos´ en 2008. (Gtres)
Más tarde transitó hacia la televisión, ampliando su registro profesional: debutó como presentadora en 1991 con ´VIP Noche´, y continuó en programas de entretenimiento como ´Bellezas en la nieve´ y ´La música es la pista´. En 1994 inició su carrera como actriz en la serie Compuesta y sin novio, y a lo largo de los años siguientes participó en comedias y dramas televisivos que marcaron la programación de la década, entre ellos ´Canguros´, ´Hermanos de leche´, ´Ada Madrina´ y ´A las once en casa´, demostrando su versatilidad y capacidad para adaptarse a distintos géneros y formatos.
Mar Flores caracterizada como ´Eva Millán´ durante el rodaje de ´Los años desnudos´ en 2008. (Gtres)
Su entrada en el cine se consolidó con proyectos como ´Resultado final´ (1997), dirigida por Juan Antonio Bardem, donde interpretó a María José Fernández Conway, y ´La vuelta de El Coyote´ (1999), bajo la dirección de Mario Camus, en la que dio vida a Beatriz. Posteriormente, participó en títulos como ´Atún y chocolate´ (2004), donde exploró un registro más dramático, y en ´Diario de una becaria´ (2003), que le permitió acercarse a la comedia con matices críticos sobre la sociedad contemporánea. Estos trabajos, aunque no lograron situarla plenamente en el cine de autor, reflejan su intención constante de trascender la imagen de modelo y consolidarse como actriz capaz de asumir papeles complejos, variados y desafiantes.
Mar Flores caracterizada como ´Eva Millán´ durante el rodaje de ´Los años desnudos´ en 2008. (Gtres)
Además, su implicación en proyectos de teatro y cortometrajes durante los años 2000 reforzó su perfil como intérprete comprometida con el oficio: participó en montajes como Sabor a miel y en diversas producciones independientes que, si bien no alcanzaron gran visibilidad mediática, contribuyeron a fortalecer su formación actoral y su reputación entre directores y compañeros del sector.
Este recorrido permite ver a Mar Flores no solo como un rostro conocido, sino como una profesional que navegó entre distintas industrias —moda, televisión, cine y teatro— sorteando prejuicios, estigmas y expectativas sociales, consolidando un perfil que combina visibilidad mediática con rigor artístico.
En la España que emergía de la sombra del franquismo, los cines se convirtieron en espacios de descubrimiento y riesgo, donde la pantalla ofrecía por primera vez cuerpos, deseos y silencios que durante décadas habían sido censurados. Nacía el fenómeno del cine S, un nuevo camino para una industria que empezaba a explorar la libertad recién conquistada. Obras como ´Historia de una mujer escándalo´ o ´El pervertido´ no solo exhibían desnudos capaces de desafiar la moral de entonces, sino que capturaban la mezcla de fascinación y desconcierto de una sociedad en tránsito, oscilando entre la provocación, la risa y la ruptura de antiguos tabúes.