El Barça sacó una gran victoria de Belgrado en su visita al Estrella Roja, que no tuvo piedad en cargar contra Kevin Punter, que durante varios años fue una de las estrellas de Partizan. El público serbio no olvidó su pasado y profirió insultos al escolta culé durante todo el partido. Al dirigirse al túnel de vestuarios, Punter respondió al público con una peineta, visiblemente molesto con la situación.
La Euroliga ha decidido no hacer la vista gorda y sancionar al Estrella Roja por la situación que se vivió la semana pasada. «Euroleague Basketball ha anunciado la siguiente decisión disciplinaria en relación con los incidentes ocurridos en la Jornada 14 de la Temporada Regular de la Euroliga 2025-26», iniciaba el comunicado de la competición continental.
«La competición ha multado al equipo serbio con 8.000 euros y la obligación de jugar un partido con un aforo limitado del 80%, incluyendo el cierre de sectores específicos. La sanción se debe a «los cánticos ofensivos de la afición local hacia Kevin Punter, los árbitros y personas relacionadas con el Barça», especifica el escrito.
«La gente gritó mi nombre constantemente, diciendo locuras. Solo me ven haciendo el dedo medio, pero no oyen lo que me gritan. Ya saben lo que dijeron, todo el mundo lo sabe. No necesito decirlo en cámara«, respondió Punter en declaraciones posteriores al medio ‘Sport Klub’.

Kevin Punter, durante el partido ante Estrella Roja / ANDREJ CUKIC / EFE
«La limitación del aforo del estadio queda suspendida condicionalmente durante la temporada 2025-26 de conformidad con el Artículo 8 del Código Disciplinario y se ejecutará en caso de que el Club cometa una nueva infracción del Artículo 29.1.f)”, cerraba el comunicado de la Euroliga, que no es la primera vez que actúa en este tipo de situaciones.
La competición europea también sancionó a finales de noviembre al Partizan de Belgrado, precisamente el máximo rival del Estrella Roja y el otro equipo serbio que forma parte de la liga. En este caso, optó también por la posibilidad de limitar el aforo en un futuro partido en casa. Está claro que unos de los ambientes más infernales de la Euroliga se encuentran en el país balcánico.