Hasta Valderrama, donde falló, Joaquín Niemann, chileno, golfista de un swing plástico, ductil como el junco, tenía una secuencia curiosa en la temporada: ganaba los pares. Sumó victorias en Adelaida, Singapur, México y Virginia. Los impares se los han repartido el resto, que nadie ha repetido.

En la parada número 11, en el Centurion Club,, donde todo comenzó en 2022, cerca de Hemel Hempstead, la cuna del capitán europeo de la Ryder Cup, Luke Donald; el líder de los Torque e indiscutible referencia esta temporada en el LIV Golf cambió el ritmo y se encaramó al liderato en la primera jornada. (Resultados)

El chileno tiró 65 golpes, con seis birdies y sin errores, para coliderar el torneo británico junto a Branden Grace y Adrian Meronk, el polaco que ganó el estreno de Riad. Con el último acierto, un putt de un metro y poco en el par 5 del hoyo 13, Niemann sumó 150 birdies en 31 vueltas. Casi cinco por jornada, una referencia innegable del año que está completando en la Liga que impulsa el Fondo Público de Arabia Saudí. Incluso el resultado pareció corto para el juego que exhibió. «Mi putt no estuvo muy fino la semana pasada en el Open, pero es parte del juego», reconoció el chileno, que cogió 16 greenes.

Entre los españoles, David Puig fue el mejor. El de los Fireballs firmó una tarjeta de 68, en la que sólo tuvo un borrón. Un putt tonto en el hoyo 10, un par 5 en el que llegó a las proximidades del green de dos golpes, pero en el que se lió luego. A cambio, ofreció un gran tono con los hierros y mucha precisión con el putt.

También bajo par jugó Josele Ballester, en el mejor comienzo de un torneo en su corta experiencia en esta liga. Cuando parecía que el día había salido torcido, enlazó dos birdies, el segundo un buen putt cuesta abajo en el 14, y cambió la vuelta. Sus 70 golpes fueron la tercera mejor tarjeta para los Fireballs, pues Sergio García, el capitán, con un birdie y un bogey nada más, se quedó en el par.

Jon Rahm (71), que defiende el título, tuvo un día aciago en los pares 5. En esos tramos donde la gente se suele quitar lastre, el de Barrika lo cumplió en tres sobre par. Sobre todo fue dramático el hoyo 13, que lo despachó con un doble bogey. Fue con el segundo golpe al lago y el cuarto, desde el mismo sitio, lo atravesó con apuros. Tres birdies le permitieron al menos acabar al par del campo. El consuelo es que la Legión XIII, gracias a Hatton y Surrat (67) y McKibby (68), manda por equipos empatados a los Stinger y los Torque en -11.