Ángel López

Viernes, 12 de diciembre 2025, 15:49

Quizá el principio del fin de la gran Real Sociedad de Imanol, el capítulo final del libro anterior, se escribió en ese verano de 2023 en el que la rodilla de David Silva hizo ‘crac’ y el mago de Arguineguín anunció su retirada. Esa desgracia, que ya se mascaba desde las últimas semanas de la campaña anterior en las que jugó con el ligamento parcialmente roto, acarreó un gesto de generosidad y grandeza del legendario mediapunta grancanario. Renunció al año que le quedaba de contrato, con un sueldo a la altura del futbolista que era, para no ser una rémora para el club donostiarra, que nunca pudo ocupar el enorme hueco que dejó. Silva explica todo a lo que renunció por venir a la Real en 2020, su calvario con esa lesión de rodilla que le dolía pero le permitía jugar y ese detalle a la hora de dar carpetazo a su carrera en una entrevista con el exjugador Mario Suárez en el post ‘El camino de Mario’, en Youtube.

El mago relata sin tapujos la situación en la que se encontraba tras dejar el City de Guardiola en 2020. Tuvo muchas ofertas, muchas de ellas muy superiores a la de la Real en lo económico, pero él priorizó el seguir compitiendo al más alto nivel europeo y los cuidados a su hijo mayor, que dos años y medio antes había nacido de manera prematura.

«¿Por qué la Real? Tenía muchas cosas, en Japón, en Dubai, Catar…pero vimos que el niño necesitaba más ayuda y yo me veía bien para competir»

«Todo el tema éste de Miami, yo fui el primero», revela el grancanario. «Estuve reunido con Beckham en Manchester, me cogió un poco temprano, por noviembre, y le dije: ‘No te puedo dar una contestación ahora, pero todavía quiero competir en Europa’». Y lo cumplió, meses después al equipo que daba el sí era la Real. Luego llegó Messi al equipo estadounidense.

Pero el Inter de Miami no fue el único: «Tenía muchas cosas, en Japón, en Dubai, Catar… Pero cuando vimos que el niño necesitaba más ayuda, sin pensármelo y yo me veía bien para competir». Y eso le llevó a aceptar la propuesta de la Real, donde jugó tres espléndidas temporadas, tras la llamada de Roberto Olabe.

Aquella Copa de Sevilla

Fueron años de vino y rosas en Anoeta y para toda la afición ‘txuri-urdin, que, en plena pandemia, celebró un título 34 años después, la Copa del Rey: «Ganarla y contra el Athletic de Bilbao…imagínate. Muy bien. La pena es que no se pudo celebrar. Lo hicimos un poco así en el hotel y tal, pero con la gente no lo pudimos hacer; queda así para la historia», recuerda Silva, titular en aquel encuentro y uno de los más eufóricos en las celebraciones.

Silva, desayunando junto al título de Copa del Rey

Silva, desayunando junto al título de Copa del Rey

RS

No llevaba ni un año Silva cuando alzó la Copa, pero en total fueron tres temporadas, en las que disputó 93 partidos, marcó siete goles y repartió 18 asistencias. Esos guarismos, pese a sus 37 años, pudieron ser mucho más elevados de no haber mediado esa dolencia que a la postre le llevó a colgar las botas: «La lesión parcialmente fue el año anterior, en un derbi contra el Athletic de Bilbao, en un giro que quiero hacer, tras una entrada por detrás; ya sentí un dolor tremendo», aclara el crack de Arguineguín. Ese partido se disputó el 15 de abril de 2023 en Bilbao y la Real terminó perdiendo 2-0. «Acabé jugando y a los dos días, cuando se enfrío, no podía caminar», rescata el mediapunta. «Pero me permitía jugar, podía jugar porque tenía el ligamento parcialmente roto, no totalmente», explica.

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Partidos de Silva en la Real

Jugó desde 2020 a 2023 durante tres temporadas: marcó siete goles y dio siete asistencias

Sólo él sabe el esfuerzo que tuvo que hacer para terminar en el césped aquella fantástica campaña en la que la Real fue cuarta y logró su pasaporte hacia la máxima competición continental: «Acabé jugando, pero en la rodilla me chocaba el hueso con el hueso en algún movimiento y me quedaba tirado en el suelo; pero aguanté y fue una temporada buenísima, en la que entramos en Champions», narra, ufano, el exrealista.

El final de todo llegó en la pretemporada 2023/24, en los primeros entrenamientos: «Me pinché dos veces factores (de crecimiento), a ver si eso se recuperaba y fue bien. Me fui de vacaciones, hice trabajo de fuerza y cuando llegué ya vi en los entrenamientos de pretemporada que aquello no iba», lamenta, dos años y medio después. «Y en una tontería, en un rondo ya lo noté. Aquello estaba ya liquidado», señala.

Fue entonces cuando tomó una determinación que ya era irrevocable: «Me operé y tomé la decisión de no seguir porque ya tenía 37 años y medio. Dije: ‘Para seguir un año, que igual voy a jugar un mes, prefiero que traigan a otro jugador’. Renuncié al año, pero más bien por eso», relata Silva, en un gesto con muy pocos precedentes en el fútbol profesional.

Me operé y tomé la decisión de no seguir porque ya tenía 37 años y medio. Dije: ‘Para seguir un año, que igual voy a jugar un mes, prefiero que traigan a otro jugador’. Renuncié al año, pero más bien por eso«

Silva continuó un año en Donostia, recuperándose de su lesión, con su familia, incluso después de un triste encontronazo con Roberto Olabe en Zubieta a cuenta de la utilización del gimnasio aquel 12 de octubre. «Un año más seguro habría jugado, lo tenía firmado además». Eso es lo que se perdió la Real. «Yo iba año a año y les dije: ‘Si me encuentro, bien, intento seguir’. No tenía el miedo ése de dejarlo, que tienen algunos compañeros».

No obstante, el seguir siendo profesional y rendir a la exigencia de Imanol Alguacil en esa Real europea que disputaba más de 50 partidos oficiales por curso se le complicaba cada año un poco más: «Con los niños, es difícil. Llegar de Europa a las seis de la mañana…. Que sí, que estamos muy bien pagados, pero priorizas otras cosas, como estar más tiempo con la familia. Me costaba un poquito», confiesa la leyenda realista.

Silva hace un repaso a toda su carrera en esa larga entrevista con Mario Suárez. También revela que, después de esa retirada en la Real Sociedad, ha jugado muy poco, «alguna pachanga de leyendas, como tres al año». Y, de momento, no piensa en meterse a entrenador, para no tener que volver a la endemoniada dinámica del fútbol profesional. «A día de hoy no lo veo», manifiesta.

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