Viernes, 12 de diciembre 2025, 15:04

| Actualizado 17:21h.

Jordi Cruyff, exjugador del Alavés y exdirector deportivo del Fútbol Club Barcelona, desveló cómo vivió la peor etapa de su hija, cuando su hija Danae cayó gravemente enferma por un cáncer. Lo ha hecho en el podcast ‘Stick to Football’, que presentan leyendas como Gary Neville, Roy Keane, Jamie Carragher, Ian Wright y Jill Scott.

«Fue un poco misterioso y tú dijiste que nadie sabía qué estaba pasando en tu vida y qué había pasado con tu familia», recordaba Neville, exlateral del Manchester United. «Estaba en Barcelona. Habíamos ganado la Liga y esperé al día siguiente. Ya lo tenía pensado de antes, pero esperé al día siguiente, después de ganar la Liga, para ir al presidente y decirle: ‘Mira, siento que ya está. He cumplido con mi parte. Ganamos la Liga y ya está. Estaba hablando con clubes para volver a entrenar y uno de esos días viví el momento más difícil de mi vida, cuando te enteras de que tu hija tiene cáncer. Entonces tienes que tomar decisiones», desvelaba el hijo del mito del Barça. «En el fútbol, siempre pensamos que el fútbol lo es todo. Nos quejamos, tenemos mal humor, buen humor cuando ganamos, todas estas cosas. Y pensamos que es lo más importante del mundo. Pero luego la realidad te da un bofetón. Ahora veo las cosas de una manera diferente a como las veía antes»,a añadía.

Cruyff ensalzó recordó que la actitud de Luis Enrique, que vivió algo similar con su hija Xana, le sirvió de mucha ayuda. «Cuando él habla de ello ayuda a mucha gente, incluso sin saberlo. Su fuerza, la forma en que habla de ello, la forma en que él intenta seguir adelante con ello… Le admiro eso muchísimo, hasta el punto de que el año pasado, cuando fue la semifinal de la Champions League, creo que era Arsenal contra Paris Saint Germain, volé a Londres solo para sentarme con él media hora y agradecerle todo lo que ha hecho por mí», cuenta el exdirector deportivo del Barcelona.

La enfermedad de su hija dejó el fútbol en un completo segundo plano. «Ni siquiera vi un partido durante más de un año. No estaba… veía cinco minutos, lo apagaba y mi cabeza no estaba para eso. Mi cabeza estaba solo en estar allí con mi hija, la operación, el hueso, poner titanio, quimioterapia…». Cruyff lanzó más reflexiones: «Mi padre falleció. Pero con mi padre, estoy en paz. Para mí, ese es el orden correcto: abuelo, padre, hijo y hacia abajo. Ese es el orden normal. Con lo otro, no tengo paz. Así que creo que yo también estaba, en cierto modo, muy enfadado con el mundo. Diciendo: ‘esto no es justo. Esto no debería ser así. Debería irme yo, no a ella’. Pero luego hay un momento en el que tienes que despertar y decir: ‘no me puedo quejar, porque ella está aquí’. Y luego veo a otros que perdieron a su hija. Y ¿quién soy yo para estar enfadado? No puedo estar enfadado. Necesito estar agradecido. Que es probablemente el punto en el que ya estoy ahora desde hace un tiempo. Delante de ella, sabes, tienes que ser fuerte porque ella también necesita ser positiva y creer, sabes, y tienes que ser… bueno, seamos honestos, ella es probablemente más fuerte que yo».

Entonces, hace aparición en plató Danae, su hija. «Estoy muy bien y sana, que es lo más importante», aseguraba mientras pedía a su padre que no llorase. Su cáncer se detectó casi por casualidad. «Fuimos al hospital un viernes por la tarde porque se le bloqueaba la rodilla. Fuimos a recepción y nos dijeron, que la cita era el jueves y justo en el momento en que íbamos a irnos a casa, de repente oigo una voz y era Paco Biosca, el doctor de Chelsea y al que no había visto en muchos años. Hablamos durante 15 minutos. Y luego el médico al que teníamos que ver, Ramón Cugat, o no cogió su vuelo o perdió su vuelo. Algo extraño sucedió y regresó un viernes por la tarde, lo cual es muy inusual, al hospital y nos pudo atender«, cuenta Cruyff.

Entonces, exploró la rodilla de su hija y se dio cuenta de que algo no iba bien. «Él cerraba los ojos durante 30 segundos. Creo que probablemente estaba pensando ‘¿cómo voy a decir esto?’. Y luego dijo, ‘no creo que sea la rodilla y solo quiero estudiar esto un poco más». Fue después de las pruebas cuando se le diagnosticó el cáncer. «Ahí es cuando mi vida cambia. Pero, qué suerte que Cugat perdiera aquel vuelo y la pudiera ver».

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