Si la patria de Rilke era la infancia, la del arquitecto es el dibujo. Ese pasaporte es el que reivindica Salvador Moreno Peralta (Málaga, 1947) … en su nueva exposición que hace un repaso antológico a sus proyectos para mostrar precisamente el poder revolucionario de la mano alzada en los tiempos del ratón y la infografía 3D. Algo, el progreso tecnológico, que el arquitecto y académico de San Telmo no rechaza en absoluto y califica de «arma maravillosa», aunque con sus planos, bocetos y diseños originales colgados en las paredes de la Sociedad Económica de Amigos del País plantea el debate de la vigencia del dibujo en el urbanismo contemporáneo y la amenaza de que el arquitecto sea sustituido por el «publicista».

Moreno Peralta también muestra sus particulares dibujos de rincones emblemáticos de Málaga.

Moreno Peralta también muestra sus particulares dibujos de rincones emblemáticos de Málaga.

Marilú Báez

«La seña de identidad corporativa del arquitecto con respecto a las profesiones técnicas ha sido el dibujo y, hace años, para entrar en la carrera había que dibujar tan bien como los alumnos de Bellas Artes», ha asegurado Moreno Peralta en la inauguración este viernes de ‘La patria del arquitecto’, que hasta el próximo 15 de enero se exhibirá en las salas de la centenaria institución de la plaza de la Constitución, con el patrocinio de Fundación Unicaja. «La cuestión que plantea la exposición es si el dibujo manual sigue estando vigente en la época del dibujo digital», ha explicado el urbanista y comisario de la exposición, que ha tirado de ironía al asegurar que se trata de un «pequeño debate en comparación con el de Eurovisión», pero con calado social y repercusión con el cambio de usos de la era digital.

«Yo tengo mi respuesta y es que sigue estando vigente», ha defendido el académico que ha abogado por el traslado de lo manual a lo digital, ya que los avances ofrecen nuevas perspectivas de desarrollo y visualización del trabajo de los arquitectos. «La tecnología 3D aplicada a la arquitectura es un arma verdaderamente maravillosa para ver cómo van a quedar las cosas tal y como se han ideado. El problema está en que sea tan fácil que puede que el arquitecto se quite del medio y aparezca entonces un publicista en su lugar», ha alertado Salvador Moreno Peralta, que se ha quejado de la proliferación del marketing frente al diseño.

José María Ruiz Povedano, Mónica López, Salvador Moreno Peralta y José María Luna, en la presentación.

José María Ruiz Povedano, Mónica López, Salvador Moreno Peralta y José María Luna, en la presentación.

Marilú Báez

«Vemos infografías hechas en 15 minutos por parte de alguien que no ha parido el proyecto, es más, a veces no hay ni siquiera proyecto», se ha quejado el arquitecto que se ha mostrado partidario de la tecnología y la IA para la difusión y la ‘venta’ de los edificios e iniciativas urbanísticas, pero siempre desde la base del dibujo. «Cuando hay un proyecto, entonces la tecnología multiplica por diez las posibilidades», ha sostenido Moreno Peralta en la sala en la que se muestra su Plan Especial de Rehabilitación de los cuatro recintos fortificados de Melilla, protegidos como BIC y galardonados con el Premio Europa Nostra 1999.

El «desencadenante»

Un proyecto para el que llegó a desarrollar cerca de 40 planos y dibujos que permitieron afrontar esta recuperación patrimonial histórico-artística durante un par de décadas. Un ambicioso plan especial que el arquitecto ha definido como el «desencadenante» del resto de su obra. «Yo sabía perfectamente que si mostraba cómo iban a quedar Melilla, es decir, sacaba una ciudad nueva sobre los restos y los escombros de una ciudad prácticamente derruida, sería un estímulo para que el proyecto se ejecutase y eso solo lo podía hacer con el dibujo en una época en la que no había ordenadores», ha comentado el arquitecto mostrando las grandes ilustraciones que mostraban el antes y el después de las intervenciones sobre el papel.

Arriba, dibujo de la fortificación de Melilla antes de la reforma y, abajo, tras la rehabilitación.

Arriba, dibujo de la fortificación de Melilla antes de la reforma y, abajo, tras la rehabilitación.

Marilú Báez

Acompañado por el arquitecto y vicerrector adjunto de Infraestructuras de la Universidad de Málaga, Javier Boned; el director de Actividades Culturales de Fundación Unicaja, José María Luna, y el presidente de la Económica, José María Ruiz Povedano, el urbanista, académico y autor de la exposición ha mostrado otros proyectos emblemáticos de su estudio, como la Facultad de Derecho que se convirtió en uno de los primeros hitos del campus de Teatinos hace tres décadas; el emblemático centro comercial Larios y el CIOMIjas. También iniciativas que no se llegaron a realizar, como su edificio de viviendas para la parcela del Cine Astoria o la rehabilitación de los Baños del Carmen, o incluso alguno ahora en transformación, como Málaga Nostrum.

Caricaturas con la firma de Salvador Moreno Peralta.

Caricaturas con la firma de Salvador Moreno Peralta.

Marilú Báez

Pero la buena mano de Moreno Peralta para el dibujo no solo se muestra con bocetos y planos, sino también con sus coloristas estampas de Málaga y su afición a la caricatura, en las que atrapa a los alcaldes Pedro Aparicio y Paco de la Torre; al cantante Paco Ibáñez; a los escritores Jorge Luis Borges, Antonio Soler, Rafael Pérez Estradas y Juvenal Soto, y a su amigo y poeta Manuel Alcántara, cuyo retrato alado se pueden ver también en versión gran tamaño en las medianeras de un edificio de la Alameda. «Incluso me tiré dos temporadas publicando viñetas taurinas, pero realmente lo que me hubiera gustado ser es pianista», ha confesado el arquitecto, que no ha podido disimular una amplia sonrisa antes de reafirmar esa otra patria de los deseos: «Dibujar en el piano».