Carles Francino, desde San Cristóbal de La Laguna, celebró este viernes en La Ventana los 25 años de la declaración de la ciudad tinerfeña como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Pero, en medio de la conmemoración, quiso detenerse en una noticia que conecta con uno de los grandes males de nuestro tiempo: la prisa permanente.
Francino habló de lo que el filósofo José Carlos Ruiz denomina turbotemporalidad: esa sensación de vivir acelerados, «de ir todo el día de culo, de no llegar, de ir deprisa con un cohete que no sabemos a qué razones responde».
Ese mismo malestar, explicó Francino, está detrás de la decisión de Andreu Buenafuente y Silvia Abril de no dar las campanadas en TVE. El humorista lo contó en un vídeo que La Ventana emitió parcialmente: «Tuve un episodio de estrés, algo muy común, no agradable, pero común, en una sociedad como esta, poco acelerada, y en mi caso con trabajos que yo mismo me origino y me motivo. No creo que tenga que acelerar una recuperación: tengo que estar bien para hacer lo que me hace feliz». Buenafuente agradeció el apoyo recibido: «No es fácil parar una maquinaria de entretenimiento, pero mi televisión me ha apoyado desde el primer minuto. También la cadenas SER con el programa Nadie sabe nada. Que una compañía para la que trabajas y les das todo no te haga sentir culpable, ni arrugue la nariz, sino que diga ‘qué necesitas’, eso es importantísimo para mí y para cualquiera que atraviese una situación así».
Francino aplaudió la decisión del cómico: «Bravo por Andreu, y además por dar la cara y contarlo». El periodista recordó que este tipo de gestos eran impensables hace unos años: «Hace no tanto tiempo que una cosa así hubiera sido una rareza, incluso un motivo de escarnio». Hoy, sin embargo, gracias a figuras públicas que se atreven a frenar, la conversación está cambiando. «Afortunadamente, gracias a gente como Andreu, Valeria Castro o Rozalén, que dice ‘he parado porque tengo ganas de estar en casa con mi novio y estar un tiempo con mi gente’, se abre camino una idea fundamental. No hace falta tener un motivo que te destroce para parar».
Para Francino, este es el verdadero avance, normalizar el derecho a frenar antes de que sea demasiado tarde. «Está muy bien que abran el camino y que otros lo tomen también», concluyó.