Garcé Dimofski estrenan espacio en un edificio art déco de Oporto
En una esquina discreta de la bulliciosa rua da Alegria en Oporto, un edificio olvidado en el tiempo despierta de un sueño profundo. Durante décadas sus paredes han permanecido en un silencio roto ahora por dos almas a las que une la pasión por la artesanía, la arquitectura y el arte. Olivier Garcé y Clio Dimofski, fundadores de Garcé Dimofski, se conocieron en París, donde sus trayectorias se cruzaron, dando lugar a una colaboración que combina experiencias en interiorismo, escenografía, arquitectura y diseño de objetos coleccionables. “Juntos construimos una práctica multidisciplinar arraigada en el minimalismo y la artesanía, donde cada gesto es esencial y cada material cuenta una historia. Nuestro trabajo busca el equilibrio entre estructura y emoción, precisión e imperfección”, explican.

El salón principal, que contrapone materiales actuales y elementos clásicos, creando un ambiente espacioso y acogedor. El mobiliario, todo obra del estudio, ilustra el eclecticismo de los creativos con piezas como la mesa de centro Iris (de pino macizo y cerámica), la otomana Lazy o los sillones Alegría. Al fondo, el comedor, con una mesa de roble teñido, rodeada por las sillas Fred.
Un espacio para que la creatividad fluya
La inauguración de su nuevo espacio en la ciudad portuguesa representa un hito importante para ellos, ya que simboliza la materialización de su filosofía. Durante la rehabilitación del edificio, situado en el centro histórico, se enfrentaron al reto de devolverle la vida a una estructura que había permanecido cerrada durante años. La transformación buscaba no solo alcanzar una funcionalidad contemporánea, sino también crear un ambiente cálido e íntimo donde la creatividad fluyera con naturalidad, un espacio de encuentro para artesanos, clientes y amigos.
El diseño del estudio se ha concebido como un laboratorio viviente: en la parte delantera, un espacio abierto acoge exposiciones y colecciones, mientras que en la trasera se encuentran el taller, el atelier de cerámica y el archivo. Aquí prueban, perfeccionan y dejan que la intuición dirija su proceso. Su objetivo fue fusionar el espíritu art déco de la construcción, al que los fundadores rinden homenaje, con la calidez del mundo mediterráneo, logrando un contrapeso entre líneas geométricas y materiales nobles.