El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado un nuevo impulso a su agenda verde, y ha pedido a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen, que se preserve «el actual nivel de ambición» de los objetivos de emisiones … de CO2 para la industria automovilística.
La carta que ha enviado Sánchez a Von der Leyen puede considerarse una reacción a la que le enviaron recientemente el primer ministro de Polonia, Donald Tusk; y la de Italia, Giorgia Meloni, pidiendo al contrario que se flexibilicen los objetivos medioambientales de los motores de combustión, para mantener en el mercado la industria del automóvil en la que Europa mantiene su liderazgo tecnológico. Pero sobre todo, es una respuesta a las declaraciones que había hecho la víspera el presidente del PP europeo, Manfred Weber, que había dado por hecho que la presidenta de la Comisión había tomado ya la decisión de eliminar la prohibición de matricular vehículos con motores térmicos en 2035.
Según Weber «para las nuevas matriculaciones a partir de 2035, los fabricantes de automóviles tendrán como objetivo obligatorio una reducción del 90% en las emisiones de CO₂ para su flota, en lugar del 100% que se imponía hasta ahora. Tampoco habrá un objetivo del 100% a partir de 2040. Esto significa que la prohibición tecnológica de los motores de combustión queda descartada. Por lo tanto, todos los motores que se fabrican actualmente en Alemania podrán seguir produciéndose y vendiéndose», a condición de que utilicen los nuevos combustibles renovables.
Por lo que respecta a la misiva enviada, Sánchez estima que «la Comisión ya ha introducido flexibilidad (…). Cualquier flexibilización adicional correría el riesgo de desencadenar un retraso significativo en las inversiones de modernización, lo que tendría un impacto directo en la competitividad futura de la industria europea del automóvil», asegura el presidente.
En cuanto al resto de socios, el Gobierno de España comparte su posición, ya anteriormente conocida y similar a la de Francia, sobre las conclusiones que se presentarán la próxima semana, con una opinión enfrentada a la de Alemania o Italia.
¿Qué sucederá?
Según fuentes de la Comisión Europea, la decisión será adoptada en la reunión del Colegio de Comisarios del próximo martes en Estrasburgo, pero antes es necesario que el texto suscite el mayor apoyo posible. Dentro de la propia Comisión se sabe que la española Teresa Ribera está en contra de revisar la prohibición, es una fiel «sanchista» y no es la primera vez que se pronuncia en contra de lo que aprueba el ejecutivo comunitario del que forma parte.
Además, lo que apruebe la Comisión deberá ser ratificado a su vez por el Parlamento y por el Consejo. En esta última institución, los países que se han manifestado en contra de la prohibición (Alemania, Italia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa y Bulgaria) podrían formar fácilmente una mayoría para respaldarlo. Sin embargo, en el Parlamento Europeo la cuestión puede desembocar fácilmente en una batalla política formidable. El PPE ya advirtió en su manifiesto de las pasadas elecciones europeas que uno de sus objetivos irrenunciables era precisamente la eliminación de la prohibición de los motores de gasolina o diésel en 2035.
Si el grupo socialista sigue la posición que pide Sánchez eso provocará una nueva crisis política en la UE porque probablemente la decisión se aprobará, pero sobre todo con los votos de los grupos de la derecha radical. Este viernes, Von der Leyen estuvo reunida con los portavoces del grupo Verde, según fuentes de la Comisión.
Las peticiones
Por lo que respecta a otros puntos de la carta, Sánchez ha mostrado su rechazo a que los vehículos de combustión u otras tecnologías sin viabilidad demostrada puedan seguir comercializándose más allá de 2035. Además, aunque reconoce que los vehículos híbridos deben mantener «su papel transitorio hasta esa fecha», ha apuntado que los vehículos híbridos enchufables (PHEV) deben estar sujetos a límites de producción para incentivar la penetración en el mercado de los vehículos eléctricos.
Por otro lado, ha mostrado su firme apoyo a la propuesta de ecologización de las flotas corporativas como un importante motor para la electrificación y una forma práctica de ayudar a los fabricantes de equipos originales a cumplir sus objetivos.
«Tiene mucho potencial para ser un poderoso instrumento del lado de la demanda para los vehículos de emisiones cero y para ampliar el acceso a la movilidad verde para los ciudadanos europeos acelerando el crecimiento del mercado de segunda mano», ha argumentado.
NI HÍBRIDOS
El presidente español tampoco ve con buenos ojos al coche híbrido, que ha tenido una explosión de ventas en los últimos meses gracias a su etiqueta ‘ECO’
Desde España, además, se pide que se establezca una definición de «coche pequeño y asequible» como nueva subcategoría de homologación (distinta de los denominados ‘kei-cars’ japoneses), que garantice que la asequibilidad y la accesibilidad se integren plenamente en el marco de movilidad de Europa.