Porfirio Fisac vive sus primeros días como entrenador del Recoletas Salud San Pablo, pero Burgos no es nuevo para él. En su etapa de jugador formó parte durante tres temporadas del Club Baloncesto Tizona, el auténtico Tizona que en los años 80 generó una gran afición por este deporte. Llegó en 1984 tras el ascenso a Primera B, la segunda categoría del baloncesto nacional, de la mano de Carlos Viejo, por entonces presidente del club. 

Para los más nostálgicos, los aficionados al baloncesto de toda la vida, es una época inolvidable. Con Alberto Pesquera al mando, quién no recuerda a jugadores como Ramón Ruiz, Howard Wood, Morate, Félix de la Fuente o el propio Porfirio Fisac.

Aterrizó en Burgos con apenas 19 años. «Era un base muy listo, jugaba con mucha chispa. Cuando saltaba a la pista le daba otra marcha al equipo, daba un plus diferente y cambiaba el juego». Así describe a Fisac Evaristo Pérez Torices, actual responsable de la dirección del área de formación de la Federación de Castilla y León de Baloncesto y entrenador del equipo cadete del San Pablo.

Porfi (Fisac) era un base muy listo, jugaba con mucha chispa, le daba otra marcha al equipo, cambiaba el juego»Evaristo Pérez Torices, ex preparador físico del Tizona

Por aquel entonces, Pérez Torices era preparador físico del CB Tizona y posteriormente ha llegado a ser entrenador de la selección española femenina. Recuerda bien aquellos años, aquel ascenso a Primera B y la afición que había entonces al baloncesto en Burgos. Pero también los graves problemas económicos que vivió el club y que acabó provocando su desaparición después de cuatro años en la categoría.

En ese escenario llegó Porfirio Fisac a Burgos, a un equipo que tenía referentes claros en el juego como Howard Wood, Ramón Ruiz o Morate, dirigidos por Alberto Pesquera.

«En el partido del ascenso (mayo de 1984) no cabía un alma en El Plantío. En el estreno en Primera B logramos la permanencia y en las siguientes el equipo fue creciendo, aunque al final todo se torció por los problemas extradeportivos», recuerda Pérez Torices.

Su llegada puede servir como un revulsivo, puede ser el idóneo y dar un puñetazo encima de la mesa»

41 años después Porfirio Fisac regresa a Burgos, aunque con un objetivo muy diferente. Tiene ante sí el reto de sacar al equipo del pozo de la clasificación. Con 14 años de experiencia no es la primera vez que acepta situaciones así y lo hace en un San Pablo que ya se había fijado en él en anteriores temporadas, como el propio Félix Sancho reconoció en la presentación del técnico.

Evaristo Pérez Torices, con amplia experiencia en los banquillos, cree que su llegada puede ser el «revulsivo» que necesita el San Pablo ahora mismo. «La posición del entrenador siempre es la más débil. Bruno es un gran entrenador, el mismo que  la pasada campaña batió récords y logró el ascenso, pero los resultados lo han condenado. Porfi puede ser el idóneo para dar un puñetazo encima de la mesa».