Jaime G. Mora

06/08/2025


Actualizado a las 04:17h.

Cuando la actriz Sydney Sweeney (Washington, 1997) saltó a la fama, hubo quien profetizó que con ella llegaba el principio del fin de la cultura ‘woke’. Rubia, voluptuosa, descaradamente guapa y sin el menor interés en pedir disculpas por ello, Sweeney no encajaba en los moldes de corrección política ni en el arquetipo de estrella comprometida. Ella no iba a acudir a un estreno en bicicleta, como el bueno de Timothée Chalamet; al contrario, ella lucía sudaderas con mensajes como: «Perdón por tener las tetas grandes y las opiniones correctas». En la pantalla, sus seguidores la podían ver interpretando a una adolescente rebelde en ‘The White Lotus’ o en las escenas de alto voltaje de ‘Euphoria’. Sweeney se ha mostrado, sin ambages, como una suerte de Marilyn 2.0, pero más dueña de sí misma. Ese choque con la cultura ‘woke’ estadounidense tenía que llegar… y aquí está.

La actriz ha provocado un auténtico seísmo a raíz de su última campaña publicitaria con la marca de ropa American Eagle, y el terremoto ha llegado incluso hasta la Casa Blanca. El presidente Donald Trump, desde su red Truth Social –donde tan pronto publica amenazas de aranceles como difunde montajes generados por inteligencia artificial que lo convierten en el Papa o en veraneante de una Gaza trumpista–, ha apoyado a Sweeney con un mensaje en el que celebra que la actriz sea votante republicana registrada y que protagonice «el anuncio MÁS CALIENTE del momento [las mayúsculas son de Trump, dueño de su propia gramática]». Ser ‘woke’ es «para perdedores», dice. «Y si no mira a la cantante ‘woke’ Taylor Swift. Desde que alerté al mundo sobre lo que era al decir que no la soporto [¡ODIO!]. Fue abucheada en la Super Bowl y ha dejado de estar de moda». La traducción es libre; en realidad dice algo así como que ya no es «CALIENTE».

La campaña dice que la actriz tiene buenos vaqueros, que en inglés (jeans') se pronuncia igual que genes. ¿Es racista?

La campaña dice que la actriz tiene buenos vaqueros, que en inglés (jeans’) se pronuncia igual que genes. ¿Es racista?

El anuncio en cuestión juega con una ambigüedad lingüística que los círculos progresistas han visto como una provocación racista, incluso nazi. En inglés, ‘genes’ (genes) y ‘jeans’ (vaqueros) suenan igual. En uno de los vídeos de la campaña publicitaria de American Eagle, Sweeney declara: «Los genes se transmiten de padres a hijos, y a menudo determinan rasgos como el color del pelo, la personalidad e incluso el color de los ojos. Mis genes son azules». Acto seguido, sale el eslogan de la campaña: «Sydney Sweeney has great jeans». Sydney Sweeney tiene buenos vaqueros. ¿O genes? En ese juego de palabras, muchos lo que ven es a una joven blanca, rubia, de ojos azules hablando de su genética «superior». El uso de la palabra ‘azul’, que se vincula con la sangre pura, también es visto como una provocación. Y claro, como encima se ha sabido que la actriz se registró en 2024 como votante republicana…

¿Racismo o censura?

En las redes sociales se ha dicho que parece un anuncio sacado de un catálogo de propaganda racial; y de ahí a las columnas de los periódicos y a las tertulias televisivas. Desde sectores progresistas han acusado a American Eagle y a Sydney Sweeney de hacer apología del supremacismo blanco. Un tuit viral resumía la sensación con una frase hecha para ser viral: «Literalmente está dando propaganda nazi». Desde el otro lado, los círculos conservadores han presentado el caso como una prueba más de la censura de la izquierda ‘woke’. Steven Cheung, jefe de comunicación de Trump, ha hablado de «cultura de la cancelación descontrolada», mientras que el vicepresidente J. D. Vance ha ironizado con que los demócratas ven nazis en quienes simplemente piensan que Sydney Sweeney es hermosa. Y de ahí a Trump, que tras unas semanas a la defensiva por el caso Epstein ha dicho que «ser ‘woke’ es de perdedores».

Video.

El origen de la polémica

A todo esto, ¿Sydney Sweeney qué tiene que decir al respecto? La actriz, acostumbrada a estar en el centro de la polémica, no ha dicho ni pío. American Eagle se ha limitado a emitir un comunicado vago: «Los grandes jeans le quedan bien a todo el mundo». La compañía, que en los últimos cuatro años había perdido dos tercios de su valor, ha visto cómo toda la palabrería que ha surgido en torno a la campaña publicitaria y el jaque mate final de Trump disparaban sus acciones en más de un 22 por ciento.

Beyoncé, en una campaña promocional de Levi's

Beyoncé, en una campaña promocional de Levi’s

ABC

El anuncio, más allá de la ambigüedad sobre los ‘jeans’, muestra primeros planos del escote y el culo de la actriz, como aquella estética publicitaria sexista de décadas pasadas, según critican algunos comentaristas. Pero lo cierto es que no hace falta remontarse tanto tiempo atrás para encontrar precedentes. El año pasado, Beyoncé protagonizó una campaña para Levi’s que desde el lado progresista fue interpretado como una jugada maestra en la batalla por el relato identitario de Estados Unidos.

En el anuncio, la cantante se planta en una lavandería del Medio Oeste, se quita los vaqueros y los arroja a una lavadora con diamantes en lugar de cápsulas de detergente. Los primeros planos se fijaban en las mismas partes del cuerpo que el de Sydney Sweeney, incluso sacan a Beyoncé sin pantalones. Un artículo de ‘The New Yorker’, en cambio, sigue sosteniendo hoy que lo que Beyoncé quiere decir es que América también puede ser suya; de los afroamericanos, se entiende. La cantante, claro, en las últimas elecciones apoyó a la demócrata Kamala Harris.

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