Restaruante Mak en el hotel Thompson de Madrid

La paleta de materiales refleja el alma de Makáá, piedra payesa, cerámica artesanal y madera se combinan para crear un espacio cálido y sofisticado.

© Oriana DuránAplique de cristal en pared de forma orgnica

Muchas de las piezas han sido también diseñadas por la interiorista, de la iluminación…

© Oriana DuránSilla de madera rústica

… A las sillas de madera maciza y cuero de estilo rústico.

© Oriana DuránUn diseño que activa los sentidos

El diseño del establecimiento, según la interiorista, no busca solo agradar a la vista. Al fin y al cabo, Bustos lleva tiempo trabajando en lo que ella denomina “Arquitectura de la Resonancia”, una nueva forma de entender el espacio que traspasa lo material para activar nuestros sentidos. “Makáá está pensado para que el cuerpo lo sienta. La luz es cálida, baja, y crea zonas de penumbra que invitan a bajar el ritmo. Los materiales tienen textura, temperatura, historia. Todo provoca una respuesta sensorial, para que el espacio te hable sin palabras. Esa es la resonancia: cuando un lugar te cambia el ánimo sin saber muy bien por qué”.

Restaurante Mak en Madrid

“Makáá está inspirado en tres fuerzas: el fuego, la tierra y el tiempo”, nos cuenta Patricia.

© Oriana DuránGeometría y Carlo Scarpa

El espacio cuenta además con un bar abierto a las vistas y una zona chill-out junto a la piscina, todo organizado bajo la atenta mirada de la interiorista. La arquitectura es sobria, con claras a referencias a las Baleares, pero también, apunta, a los años 70 y a la geometría de Carlo Scarpa. Ya desde la plaza del Carmen se divisa un óculo incandescente en las alturas que avisa de que algo grande pasa en este nuevo rooftop de Madrid: “Enmarca las vistas como si fueran cuadros vivos”, añade. Panorámicas de casi 360 grados sobre los tejados y sobre el protagonista absoluto de la última noche del año: el reloj de la Casa de Correos.

Chef preparando un bogavante

Uno de los chefs trabajando en la cocina.

© Oriana DuránBrasas en el fuego

El fuego, el hilo conductor de Makáá.

© Oriana DuránBarra del restaurante Mak

La gran barra, revestida de cerámica, que recibe a los comensales.

© Oriana DuránJamón ibrico de bellota y queso Comt con 48 meses de duración dos de los entrantes del menú de Nochevieja.

Jamón ibérico de bellota y queso Comté con 48 meses de duración, dos de los entrantes del menú de Nochevieja.

oriana duranEl bogavante a la espera de ser servido en la mesa.

El bogavante, a la espera de ser servido en la mesa.

oriana duranEl producto manda

Una panorámica inigualable para despedir el año (y celebrar los mejores momentos del que viene) con una propuesta gastronómica donde el producto manda. “Los ingredientes se seleccionan con el máximo cuidado, respetando su origen y su calidad», cuenta Dani Álvarez, chef ejecutivo del grupo. «Todo nace de la granja: esa es nuestra piedra angular, la idea que guía cada plato”. El fuego, como no podía ser de otra manera, se convierte en el hilo conductor, en el elemento transformador de ingredientes llegados de la lonja, como la lubina y el lenguado, o del establo, como el pollo a la brasa y la pluma ibérica. Para brindar por 2026, en Makáá no faltará la estación de ostras frescas, el salpicón de bogavante azul del Cantábrico o el solomillo Wellington marcado al punto con trufa negra de invierno.