Cristina Bucsa no podrá reeditar su victoria de hace dos años en el Torneo de Limoges. La torrelaveguense, que llegaba a esta cita postrera del … año como primera cabeza de serie en el WTA 125 galo, había avanzado con paso firme tanto en el cuadro individual como en el de dobles, en el que disputará este domingo la final, pero cayó este sábado en semifinales frente a la ucraniana Anhelina Kalínina (155 del mundo).
Todo en un partido que se resolvió de forma más o menos rápida con sendas roturas de servicio que permitieron a Kalínina cnoseguir un billete para la final tras firmar un marcador de 4-6 y 3-6 ante la que se había confirmado como máxima favorita al título no solo por su clasificación en el Circuito (es la actual número 54), sino por la solidez con la que había ido pasando rondas en una competición que conoce bien. De hecho, fue allí donde en 2023 consiguió el que por ahora, y así seguirá siendo hasta 2026, es su único título individual en el circuito WTA.
La ucraniana arriesgó más con el servicio, lo que se tradujo en más puntos, algunos de ellos decisivos, ante una cántabra que tuvo cuatro pelotas de break (aprovechó dos) frente a las nueve de su rival, que llevó la iniciativa y consiguió nada menos que cinco roturas para llevarse el duelo.
La cántabra tiene, eso sí, una oportunidad de desquitarse este domingo, cuando junto a su compañera Zhang Shuai busque el título de dobles. En esta cita francesa no ha tomado parte junto a la japonesa Shuko Aoyama, que poco a poco se consolida como su pareja más habitual pero ausente en esta recta final del año. Aun así, el cambio no ha impedido que la dupla formada por la cántabra y la china partiera también como primera cabeza de serie en el doble femenino.
Sus rivales serán hoy las francesas Elsa Jacquemot (59ª en el ranking individual y 155ª en el de dobles) y Jessika Ponchet (171 y 179), una pareja que combina juventud y veteranía y en la que Jacquemot lleva, pese a su menor edad, la voz cantante. Bucsa y Zhang parten como favoritas en una cita con la que la cántabra dará por finalizada una temporada de 2025 en la que, pese a este último revés que le ha impedido concluir el circuito con un triunfo, ha conseguido la mejor clasificación individual de su carrera deportiva.
Sin embargo, su derrota la priva del que era su último objetivo del año: entrar por primera vez en el top 50 de la WTA, una posibilidad real de haberse impuesto en Limoges y que ahora deberá esperar hasta la nueva temporada. De hecho, se ha quedado a las puertas, puesto que al llegar a la penúltima ronda de la cita francesa en la próxima actualización de la lista figurará en el número 51.