1968 pareció ser un año en el cual la cultura rock se reinició desde cero. El flower power y la psicodelia habían quedado atrás, pasado el verano del amor. La contracultura y su juventud se aprestaron a confrontar la dura realidad mediante las revueltas estudiantiles de París de 1968 y las protestas antibélicas debido al recrudecimiento de la invasión norteamericana de Vietnam

Los hechos de 1967 quedan caducos frente a todo esto, lo cual lleva a los principales artistas del mundo del rock a simplificarse hacia formas que respondieron a estructuras musicales de los años 50: The Beatles editó “Lady Madonna” y retrotrajo los destellos creativos de Fats Domino mientras The Rolling Stones encontró su identidad definitiva en el blues y el rock del sur de los Estados Unidos. Otros artistas, como The Kinks o The Who, apostaron a obras conceptuales pero siempre desde una estructura definida por los arreglos de guitarra, bajo, batería o Hammond. A su vez, dentro del underground británico se sientan las bases del futuro rock progresivo con bandas como Traffic y Genesis, esta última comandada por un joven Peter Gabriel.

La guerra de Vietnam provocó numerosos exiliados norteamericanos hacia el medio oriente que llenaron la curiosidad de artistas como The Beatles, Donovan y The Beach Boys que pasan un tiempo recluidos en la India. Esa experiencia, los llevó a una profunda decepción cuando los rumores de historias oscuras del maharishi con ciertas mujeres produjeron en dichos artistas la idea de una extensión de la contaminación espiritual que tiñó a sus respectivas sociedades. En Norteamérica también recrudeció el espíritu a partir del comienzo de asambleas universitarias y la descomposición del «american way of life», que llegó incluso a íconos de Hollywood como Peter Fonda, Jack Nicholson y Jane Fonda. Todo esto impactó en celebridades británicas como John Lennon o Mick Jagger, que desafían al establishment (del cual ya forman parte), calificando a mandatarios políticos de maníacos y obsesivos por el poder

The Kinks en 1968The Kinks. Foto: Chris Walter

La orientación en la experimentación artística a través de drogas psicodélicas gira la brújula a las drogas duras como la heroína y la cocaína, con lo cuál los textos utópicos de Aldous Huxley, como La isla, o el libro Comienza tu propia religión de Timothy Leary, son dejados de lados por literatos más realistas y crudos como Vladimir Nabokov o Mijaíl Bulgakov. También fue de gran influencia para la joven comunidad artística el ascetismo de la obra de Jean-Paul Sartre titulada Las palabras. El concepto de 1968 fue que el amor no sirve, si no hay una revolución política que cambie el paradigma dominante de las bases de producción de riqueza del mundo.

Estos son los diez discos británicos más destacados de aquel año, en dónde la cultura rock modificó la idea de un futuro plácido y utopista, por los sinsabores y ausencias existenciales del presente. Además, les dejamos una playlist con más de 200 canciones destacadas de artistas conocidos y del under británico. 

10.  The Nice – Ars Long Vita Brevis

Immediate Records

Ya desde su título (que significa «El arte es largo, la vida es corta» en latín), The Nice bajó una línea desde una perspectiva de pura vanguardia artística y conceptual que sentó las bases del futuro rock progresivo. Entre los momentos claves, reconstruyen la canción “America” del musical West Side Story (1957) como un rock ácido instrumental que les valió su primer éxito en los charts británicos. Keith Emerson la definió como la «primera canción de protesta instrumental», y llevó ese espíritu también cuando quemó una pintura de la bandera norteamericana en el Royal Albert Hall. Se destacan las canciones “Daddy, Where Did I Come From” y “Happy Freuds” con una fuerte influencia de Frank Zappa. Mención aparte merece la canción que da título al disco que es una suite que atraviesa la música clásica, el jazz y los arreglos corales, y que definió la música que Keith Emerson realizó más adelante en su carrera. 

9.  Pink Floyd – A Saucerful of Secrets

EMI Columbia

Los de Cambridge atravesaron una etapa de fuerte transición, debido a la salida por problemas de salud mental de su líder creativo Syd Barrett. Con la llegada de David Gilmour, comenzaron a funcionar como una cohesión de partes que tiene como horizonte principal una fuerte experimentación, como muestra la canción que le da título al disco, que se ve influenciada por la vanguardia musical alemana de ese entonces. Se destacan las líneas de bajo en “Let Be More Light” y “Corporal Clegg”, donde comienza a notarse la importancia compositiva de Roger Waters. En “Let Be More Light” se encuentra también el primer solo de guitarra de Gilmour en la historia de Pink Floyd. Como dato de color, quedó una balada grabada por Syd Barrett, titulada “Jugband Blues” que parece tener los últimos indicios de purista psicodelia británica de la banda y se convirtió en una postal de despedida de la banda por parte de Barrett, aunque en el futuro su sombra creativa siempre los perseguiría

8. Eric Burdon and the Animals – The Twain Shall Meet

MGM Records

Instalado hacía más de un año en San Francisco, las narrativas de Eric Burdon estaban impregnadas de las temáticas de la joven contracultura norteamericana: los festivales de música como Monterey, los personajes y figuras de la escena musical y también el conflicto bélico de Vietnam, como se ve en la canción antibélica “Sky Pilot”  y en el homenaje a las experiencias del suceso musical que fue “Monterey”. Además, la ingesta de LSD de Burdon generó la magistral pieza “All is One”, que pareciera combinar la música del film Zorba el Griego (1964) con la estética musical de The David Spencer Group. Un disco epocal que reflejó los tiempos de brillante creatividad de la cultura popular de ese entonces.

7. Cream – Wheels of Fire

Polydor

A diferencia de sus discos anteriores que se grabaron en pocas semanas, el tercer álbum de Cream se realizó a lo largo de todo un año. Fue pensado como un álbum doble con la idea de ofrecer un trabajo producido en estudio con cuidadosos arreglos e instrumentos exóticos como el glockenspiel, calíope, campanas, viola y tonete, a la vez que se quería mostrar el potencial en vivo de la banda que estaba en su cúspide musical. Su clásico “White Room”, compuesto por Jack Bruce, junto con el poeta Pete Brown, es la síntesis de un poema de ocho hojas de Pete Brown, que narra los nuevos hábitos de Bruce, alejado de las drogas y el alcohol, e instalado en su nueva y reluciente casa blanca. Ginger Baker, por su parte, escribió tres canciones acompañado del pianista Mick Taylor (“Passing the Time”, “Pressed Rat and Warthog” y “Those Were Days”), mientras Clapton, por su parte, seleccionó las reversiones que hicieron de clásicos del blue como “Sitting on Top of the Word” y “Born Under a Bad Sign” de Booker T. Jones. El resultado es una síntesis del legado construido por el “Boom Blues” británico de los años 60 que construyeron artistas como los Stones, The Yardbirds, John Mayall y los mismos Cream. 

6. The Moody Blues – In Search of the Lost Chord

Deram

El tercer álbum de estudio de The Moody Blues, y sucesor del exitoso Days of Future Passed, fue un álbum conceptual que combinó la idea del descubrimiento del mundo, la exploración del mismo y el posterior desarrollo espiritual que provoca. Con canciones como “Dr. Livingstone, I Presume” y “House of Four Doors” la banda, luego del éxito de “Nights of White Satin”, desarrolló un embrionario sonido de rock espacial, acompañado siempre de su capacidad para generar grandes arreglos armónicos de voces. In Search of the Lost Chord es una suerte de viaje filosófico y metafísico que ahondó en lo mejor del legado de la banda, ya sea desde sus mantras musicales hasta su exploración y combinación de diversos géneros musicales que van desde el folk, el rock progresivo, el space rock y la música clásica

5. Small Faces – Ogdens’ Nut Gone Flake

Immediate Records

El tercer y último álbum de Small Faces. La primera parte del disco combina el soul con su clásica estirpe vocal cockney. La primera canción simula ser una mini ópera de órgano hammond aunque en realidad es una reelaboración instrumental de “I’ve Got Mine” (1965) mientras la publicación como single de “Lazy Sunday“ (que poco tenía que ver con el concepto del álbum), motivó el alejamiento definitivo de Steve Marriott de la banda. El segundo lado muestra una evolución musical y sigue el concepto de cuentos fantásticos acerca de un niño llamado “Happiness Stan”. Las canciones son atravesadas por los monólogos del cómico Stanley Uwin que inventó un lenguaje surrealista que combinó bien con la estética musical de la banda. Un disco muy avanzado conceptualmente que dio cuenta del inmenso salto musical de Small Faces, que lamentablemente terminaron separándose luego de la salida del disco. 

4. Billy Nicholls – Would You Believe

Immediate Records

Cuando tenía solo 16 años, Billy Nicholls conoció a George Harrison en su casa de Esher. Harrison quedó sorprendido con sus demos y los envió a Dick James, editor de The Beatles. Este perdió las cintas, pero a cambio le ofreció grabar un nuevo demo en los estudios Regent Sound de Londres. Andrew Oldham escuchó los demos y le ofreció un trabajo como compositor en su sello Immediate Records a cambio de 20 libras semanales. Un tal Jeremy Paul, trajo al estudio una canción que le encantó tanto a Billy Nicholls, que la grabó junto a Steve Marriott y Ronnie Lane de Small Faces. Así comenzó la historia del álbum que hace de respuesta británica al concepto de Pet Sounds, sin necesidad de replicarlo sino trabajando bajo una visión musical británica que seguía la raíz de la psicodelia de The Beatles. En el mismo se escuchan notables canciones que narran el espíritu de época que se vivió en el swinging londinense , como “Portobello Road“ o “London Social Degree”. También “Girl from New York” contiene quizás el mejor solo de guitarra de toda la trayectoria artística de Steve Marriott. Un disco notable que lamentablemente no tuvo la difusión suficiente porque Immediate Records quebró en el momento de la salida del álbum, por lo que solo se imprimieron 100 copias. Recién en el año 1998 Billy Nicholls reeditó su obra maestra que realizó con unos precoces 18 años. 

3. The Kinks – The Kinks Are the Village Preservation Society

Pye

En 1968, Ray Davies dudaba mucho si podría llegar a adaptarse al estilo moderno y acelerado de su banda, por lo que entró en una etapa de fuerte nostalgia. Con la idea de contrarrestar esa presión del progreso constante, concibió el sexto álbum de la banda. Muchas de las canciones habían sido grabadas un par de años antes, cuando la banda se encontraba de gira cerca de la localidad de Devon en 1966. De ahí viene el homenaje a la vida en las aldeas, las campiñas inglesas, a la inocencia y también la idealización de tiempos pasados. El disco cuenta historias de amigos y personajes que se perdieron con el paso del tiempo como en “Do You Remember Walter?”, de marginación social como “Johnny Thunder” (canción que John Genzale, guitarrista de The New York Dolls, tomaría para crear su emblemático apodo) o de redención y aceptación en “Sitting By the Riverside”. Un álbum que los alejó del circuito comercial pero que los abrazó con el concepto de ser siempre fiel a sí mismos.

2. The Rolling Stones – Beggars Banquet

Decca Records

Beggars Banquet implicó una vuelta a las raíces musicales de los Stones y marca el comienzo de lo que se considera la época dorada de la banda. Fue el primer trabajo que realizaron con el productor Jimmy Miller, con el cual la banda trabajaría hasta 1974. Con serios problemas de salud de parte de Brian Jones, Mick Jagger se vio obligado a tocar la guitarra, y de esas zapadas con la banda surgieron temas claves como “No Expectations”, “Street Fighting Man” y “Straight Cat Blues”. Las letras fueron influenciadas por la literatura que leía Jagger por ese entonces y el descontento social de la época, luego de las revueltas estudiantiles de París de 1968. De hecho, se prohibió la difusión de “Street Fighting Man” por coincidir con la Convención Nacional Demócrata de 1968. El disco musicalmente abarca ritmos sureños musicales del sur de los Estados Unidos, como el country, el sonido Bakersville, el blues y el roots rock. También cabe mencionar que la salida del disco se postergó varios meses debido a que su portada original, que contenía un inodoro sucio, fue considerada obscena, por lo que terminó sustituida por una portada en blanco acompañada solo del título del disco. Fue el primer paso de los Stones hacia la inmortalidad de su sonido y su estética. 

1. The Beatles – The Beatles 

Apple Records

Conocido popularmente como “The White Album”, por la ausencia de imágenes en la portada, el décimo álbum de los Fab Four, implicó un cambio radical en la banda. Luego de perder a su manager Brian Epstein y las dudas que generaron el film Magical Mystery Tour (1967), decidieron irse a Rishikesh, localidad de la India, para descansar sus mentes y comenzar a componer por separado sus canciones. El resultado es un disco que sintetizó la capacidad de la banda para la canción melódica y emocional, además de mostrar el futuro de la música que estaba por llegar como es el caso del hard rock que suena en la canción “Helter Skelter. Al igual que los Stones y otras bandas, se sintieron contagiados del clima de época de revuelta juvenil con canciones como “Revolution” y transitaron la experimentación sonora con “Revolution N9”. Actualizaron el legado de artistas como The Beach Boys en la canción “Back in the USSR” o Bob Dylan con “Blackbird”. Por su parte, surgió la primera colaboración de un miembro no integrante de The Beatles, con la participación de Eric Clapton en el solo de “While My Guitar Gently Weeps” escrita por George Harrison, que volvió a tomar la guitarra como herramienta principal de composición, luego de haber estado dos años estudiando sitar. El cierre cálido con “Good Night”, cantada por Ringo, dio cuenta que la banda estaba en su pináculo creativo y que ningún otro artista o productor podía acercarse tanto a nivel compositivo, como en las ideas de producción sonora. Un disco que marcó un antes y un después en la cultura rock.