Domingo, 14 de diciembre 2025, 12:46
Detrás de cada foto hay una historia, una mirada que logra captar el momento y que se sacrifica en el anonimato para dar prioridad a lo que se ve al otro lado del objetivo. Pero lo cierto es que siempre suscita interés, y por ello el fotógrafo Nacho González Oramas relata cómo se tomó la imagen que protagoniza este domingo la edición impresa de CANARIAS7.
La llegada de la borrasca Emilia anunciaba viento, lluvia…y también nieve. Como pocas son las ocasiones en que la isla de Gran Canaria vive tal fenómeno, se preparó con antelación. «En realidad fue mi hijo, mi compañero de aventuras, el que estaba emperrado en ir a ver la nieve», relata. El joven de 15 años es quien, además, el protagonista de la imagen escogida por este periódico. «El año pasado también me convenció para ir a ver las auroras boreales que se divisaron desde Gáldar y sacamos unas fotos muy bonitas».
Ambos se levantaron el sábado a las 5.00 horas de la mañana, bien abrigados y con un gran termo con chocolate, para emprender el camino desde la capital a la cumbre. En esos momentos, aclara, las carreteras no estaban cortadas, pero igualmente subieron «con muchísima prudencia».

Lo que vivió el fotógrafo
Un termo con chocolate caliente, mucho frío y precaución al conducir…«Faltó el bocadillo»
Cogieron la carretera hacia Ariñez y llegaron aproximadamente hasta el cruce de Los llanos de la Pez, donde apenas había un par de coches más. «Allí empezó a caer muchísimo granizo y aguanieve», cuenta, pero la foto de portada se tomó a las 7.58 horas más abajo, justo en cruce de la entrada al campamento Garañón.
«Decidimos no subir hasta el Pico de Las Nieves porque la carretera estaba muy resbaladiza. Íbamos todo el tiempo en primera o segunda», continúa González Oramas. La siguiente parada fue Cruz de Tejeda, donde después de sacar alguna instantánea más llegaba la hora de entrar en calor con un clásico: un café en el bar Yolanda. «Nos faltó el bocadillo de carne mechada, porque no quedaba», se ríe.
Hacia las 9.30 horas de la mañana apareció por allí la Guardia Civil anunciando el cierre de las carreteras, de modo que tanto el fotógrafo como su hijo emprendieron la vuelta a casa, esta vez por los Pinos de Gáldar, con una estampa granizada y una foto de portada.
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