La derrota el viernes del Súper Agropal Palencia ante el Gipuzkoa Basket dejó un poso de autocrítica profunda en el discurso de Natxo Lezkano, que … no buscó excusas tras el tropiezo en el Pabellón de Deportes y reconoció con claridad la superioridad del rival. El técnico morado apuntó a la primera mitad como clave en un partido que se escapó demasiado pronto. Dos primeros cuartos de dominio visitante que culminaron en una diferencia de veinte puntos al descanso que terminó siendo insalvable a pesar de la explosión de Adam Kunkel al inicio del último cuarto, neutralizada finalmente por el juego coral de los guipuzcoanos.

«El Gipuzkoa mereció ganar. Empezaron con un nivel de intensidad y agresividad muy alto, jugando al límite para poner el listón físico muy arriba. Nosotros estuvimos siempre un paso por detrás», resumió el entrenador, muy contrariado por la imagen ofrecida antes del descanso.

Natxo Lezkano incidió en que la falta de acierto fue minando de manera progresiva la confianza del equipo, hasta desembocar en un bloqueo colectivo difícil de frenar. «A medida que fuimos acumulando fallos en bandejas, tiros abiertos o tiros libres, nos vinimos abajo. Sentenciaron el partido en la primera parte y, en la segunda, tratamos de recuperar chispa e intentar remontar veinte puntos, pero ellos estuvieron bien y cerraron muy bien el partido», explicó. El técnico subrayó que, más allá de intentos aislados, el equipo no encontró continuidad ofensiva salvo en momentos puntuales protagonizados por Adam Kunkel.

Uno de los aspectos que más preocupa al técnico de Portugalete es la fragilidad emocional mostrada por el grupo cuando las cosas no salen. «Parece que cuando algo malo nos pasa, se contagia muy rápido en el equipo, pero de manera negativa. Empezamos a acumular fallos y no es la primera vez que nos pasa. Cuando te sucede ante un equipo muy bueno y acertado, te gana, como nos ocurrió contra el Alicante o en Melilla», analizó.

El técnico del Súper Agropal Palencia terminó expulsado tras dos faltas técnicas en un encuentro donde la actuación arbitral también tuvo protagonismo. El técnico no quiso valorar la actuación de los colegiados, aunque sí afirmó que no entendía una de las dos técnicas que se le señalaron durante el choque.

Natxo Lezkano fue especialmente crítico con la presión autoimpuesta por el propio vestuario, un factor que, a su juicio, está influyendo directamente en el rendimiento. «Les vengo diciendo mucho a los jugadores que nosotros tenemos un camino y no es el mismo que el de otros equipos. Si estamos pensando en algo que no corresponde, nos estamos equivocando. Nos metemos una presión absurda que no nos corresponde y eso se nota», afirmó, poniendo el foco en los bajos porcentajes de tiro. «No sé por qué fallamos tiros solos, bandejas o tantos tiros libres. Los porcentajes han sido lamentables y esa presión nos la tenemos que quitar», añadió.

Pese a la mala imagen del equipo, el técnico del Súper Agropal Palencia quiso lanzar un mensaje de confianza y perspectiva. «El equipo está haciendo las cosas bien. No entiendo estos apagones ni que se contagien dentro del grupo. Deberíamos contagiar justo lo contrario, ayudar al que tiene un mal día», reflexionó. Su mayor frustración fue la sensación de renuncia en ataque. «Hemos dejado de tirar muchas veces y eso no puede pasar. Todavía hay tiempo para todo», concluyó Natxo Lezkano.