José Antonio Kast (Santiago, 59 años) ha logrado llegar al sillón presidencial del palacio de La Moneda, tras sus campañas de 2017 y 2021. El candidato del Partido Republicano, apoyado también por el Partido Social Cristiano, se impuso en la segunda vuelta frente a Jeannette Jara, la abanderada del oficialismo, quien había pasado al balotaje como puntera.
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El exdiputado y exmilitante de la UDI, de la derecha tradicional, ha centrado su discurso en los temas de seguridad y migración bajo el concepto del Gobierno de Emergencia. Con ello el abanderado ha evitado tocar temas complejos para su sector como el aborto y las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). También ha puesto el foco en la críticas hacia el presidente Gabriel Boric, que no ha podido evitar responder a los ataques.
Economía
El republicano ha marcado el debate económico con dos propuestas que han sido criticadas tanto por el oficialismo como por la derecha tradicional. Una de las más controversiales es el recorte fiscal de 6.000 millones de dólares en 18 meses. Kast no ha detallado la fórmula que usará para concretar el ajuste, aunque ha planteado que tomará medidas para reducir los gastos como terminar con los apitutados [funcionarios que han conseguido sus puestos mediante influencias] y con la regulación en la entrega de licencias médicas.
Pensiones
En pensiones, el candidato ha dicho que impulsará el chao préstamo, una medida que pretende terminar con el préstamo del 1,5% de las personas al Estado que se ha definido en la reforma previsional impulsada por la Administración de Boric. El ultra ha insistido su propuesta de reducción de gastos no afectará la entrega de los beneficios sociales, entre ellos la Pensión Garantizada Universal (PGU) —en su campaña ha difundido la frase Te amo PGU para enfatizar su intención de mantener el beneficio—. En materia tributaria el candidato ha prometido eliminar las contribuciones [el impuesto territorial] a la primera vivienda.
Seguridad pública
Kast ha presentado el Plan Implacable, una propuesta que, de acuerdo al candidato busca frenar el avance del crimen organizado en el país. “Chile está funcionando al revés: los delincuentes están libres y los ciudadanos honestos viven encerrados. El Plan Implacable es la respuesta firme que millones de chilenos estaban esperando”, ha dicho. Entre las iniciativas de este plan se encuentra la instalación de cárceles de máxima seguridad y aislamiento total para cabecillas narcos; el fin de los narcofunerales; endurecimiento de las penas para los integrantes de las bandas criminales; una revisión de la aplicación de la legítima defensa — poner fin a la “criminalización de víctimas que se defienden”, según el abanderado—; y crear una fuerza de tarea para la recuperación de las zonas ocupadas por la criminalidad. El ultraconservador es opositor a la pena de muerte y ha dicho que la pena más dura que debe enfrentar una persona es la cadena perpetua.
Migración
Durante su campaña presidencial de 2021, donde perdió en segunda vuelta ante el presidente Boric, el republicano había propuesto la creación de una zanja en las fronteras chilenas para frenar el ingreso de extranjeros de manera irregular. Una de las ideas más llamativas es el financiamiento de unos 2.000 vuelos para deportar a los migrantes sin papeles hacia sus países de origen, en una medida que alcanzaría unos 300 millones de dólares. Kast incluso ha dicho que en un eventual Gobierno suyo buscará que los migrantes “colaboren” y paguen su propio boleto de regreso.
Vivienda
El republicano propone la implementación de la Operación Sitio 3.0, que en su contenido dispone subsidios de hasta 1.000 unidades de fomento (UF), unos 39 millones de pesos (42.000 dólares) para poder avanzar en la compra de terrenos o la autoconstrucción de viviendas. El plan también contempla un aceleramiento en la otorgación de los permisos de edificación y también de la recepción final.
Salud
La prioridad del programa de Kast en materia de salud ha sido el fin de las listas de espera para la atención de los pacientes en los hospitales públicos. El ultra ha anunciado el llamado Plan Zero, que entre sus medidas propone una derivación masiva de pacientes hacia el sector privado. El plan alcanzaría una inversión única de 770 millones de dólares, los que de acuerdo al candidato se pueden obtener con un ajuste fiscal que se enfoque en el gasto social por sobre el gasto político. También se buscará avanzar en una reforma al sistema de salud que cambie el régimen laboral de los funcionarios sanitarios y “terminar con los privilegios gremiales” de estos grupos.