El aplazamiento del partido del sábado entre el Dreamland Gran Canaria y el Kosner Baskonia generó más de una tensión. En todo momento, la expedición baskonista evidenció una total falta de empatía con una situación de causa mayor que ponía en riesgo la seguridad de las cerca de cien personas que hubieran tenido que acudir al Gran Canaria Arena en el caso de haberse celebrado el partido a puerta cerrada, una opción que nunca fue factible ante la decisión tomada por el Cabildo de Gran Canaria de cerrar las instalaciones deportivas por la virulencia del fenómeno metereológico que azotó la Isla.
Desde el viernes, ante la previsión de una posible alerta roja por lluvias y viento, el Granca mantuvo informados tanto a su rival como a la propia ACB. Ambos sabían que no quedaba descartada la suspensión del encuentro porla borrasca Emilia, cuyo paso también dejaba algunos daños estructurales en el pabellón de Siete Palmas.
Las primeras tensiones surgieron el sábado por la mañana. A pesar de que el Granca le transmitió la decisión del Cabildo de cerrar la instalación, el Baskonia se presentó en el Arena con la intención de entrenar. Esto provocó un momento tenso con los guardias de seguridad del recinto, que no permitió la entrada de la expedición del cuadro vasco. Los ánimos se caldearon y ante la amenaza de una llamada a la policía ante la negativa de los vitorianos a marcharse, estos finalmente desistieron y regresaron a su hotel de mala gana.
Como suele ser habitual en este tipo de situaciones, para evitar enfrentamientos directos entre los dos equipos, la ACB ejerció de intermediario, reuniéndose por separado con ambos. En todo momento, el Baskonia pretendió imponer su apretado calendario de Euroliga por encima de la seguridad, argumentando que «no se podía aplazar el partido por un chirimiri -llovizna muy fina y persistente similar al calabobos-», restándole importancia al efecto de la borrasca Emilia en Canarias, que generó más de un millar de incidencias en la Isla.
El 13 de enero
A pesar de la presión del Baskonia por jugar a puerta cerrada el sábado o el domingo, ninguna fue nunca una opción factible por la orden del Cabildo de cerrar el Arena y el resto de instalaciones que gestiona. A pesar de ser señalado en el comunicado emitido el sábado por la ACB como el culpable de la suspensión, el Gobierno insular se mantuvo firme en su decisión ante la virulencia de la borrasca.
Los vitorianos siguen sin dar luz verde a la fecha del 13 de enero, que es, a priori, la que mejor encaja dentro de su leonino calendario, más por la rabieta de no haber podido jugar este fin de semana, a lo que por otra parte el Granca nunca se negó. El choque tiene que disputarse antes del 25 de enero, fecha en que deben conocerse los equipos que se clasifican para la Copa. Como ejemplo, el Valencia-Zaragoza, aplazado por alerta meteorológica, se ha confirmado ayer de forma oficial para el 14 de enero.
Doble rasero. Condescendiente con el aplazado Valencia-Zaragoza
La ACB se lava las manos y culpabiliza de todo al Cabildo
Si algo llamó poderosamente la atención en el comunicado emitido por la ACB el sábado para anunciar el aplazamiento del Dreamland Gran Canaria-Baskonia, fue que la patronal de clubs nombraba al Cabildo como el único responsable. Curiosamente, la institución cabildicia, propietaria del Arena, hizo una excepción en el caso del partido entre el Granca y el cuadro vasco, apurando hasta última hora para ver si cabía la posibilidad de que se jugase. El doble rasero de la ACB se dejaba ver en el comunicado de la suspensión del Valencia Basket-Casademont Zaragoza de ayer: «Ante la situación de alerta roja en la zona de Valencia, y tras petición de la alcaldía de la ciudad, se comunica el aplazamiento del partido Valencia Basket-Casademont Zaragoza, previsto a las 18.00 de esta tarde y correspondiente a la jornada 10 de la Liga Endesa. Próximamente la ACB anunciará la nueva fecha para la disputa del partido». Mientras, en el caso del Cabildo de Gran Canaria, la patronal le señala como el responsable de la suspensión del encuentro. En el caso del Ayuntamiento de Valencia, se habla de una petición justificada por la alerta roja. Cabe recordar además que el conjunto taronja tiene el mismo calendario abusivo del Baskonia, al competir ambos en la Euroliga, la verdadera responsable de la falta de fechas por su aumento irresponsable de partidos.
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