Sergio de la Fuente jugó su último partido el 9 mayo. Disputó 10 minutos y anotó 1 punto, de tiro libre. Fue en Pisuerga, en la que considera su casa -«llevo ahí 30 de mis 36 años»-, ante el Hestia Menorca. Desde entonces, poco o nada se ha sabido del capitán de las ardillas. Solo que arrastraba una lesión, en realidad dos. Ahora rompe su silencio para hablar de lo que ha vivido y para anunciar que está listo para volver a las canchas. ¿En Valladolid? «Creo que ese ciclo ya ha pasado».

¿Qué pasó la pasada campaña? Como club y en el plano individual.

Creo que fue la peor temporada de la historia del club. Desde el segundo partido comenzaron las lesiones y no tuvimos continuidad. Eso nos lastró. Era un equipo hecho para estar en playoff y cuando un equipo así se ve el último partido jugándose el descenso, suele pasar que pierdes. Nos pudo la presión y que jugadores importantes (Vucevic y Kovacevic) estaban lesionados. A nivel personal, desde noviembre del año pasado tengo mis dos Aquiles con un engrosamiento y una tendinitis grande, algo que me impide jugar. Hubo un momento en el que solo podía entrenar dos días a la semana porque no podía más del dolor y eso marca mi rendimiento en la cancha. Jugaba lo que podía. Llegaba a casa y solo pensaba en el dolor, no si en si había jugado bien o mal. 

¿La peor temporada vivida?

Sí, sin duda. Sobre todo porque soy una persona que va contenta y le gusta entrenar. Me gusta el baloncesto. Y cuando tú llegas al trabajo y te lo impide el dolor… intentaba ir contento, con ánimos, porque cuando el equipo va mal hay que intentar ser positivo para poder ganar. Pero había momentos en los que me moría de dolor y no podía ni ir así.

Y no se perdió ni un partido…

Ninguno. Jugué todos. Soy una persona que siempre quiere jugar. También el club no me obliga pero me recomienda que no pare. Soy un hombre de la casa y mi personalidad es la de continuar. No paro, pero hay momentos que en casa digo que me quiero romper, que es la única manera de parar. No me rompo y juego todos los partidos. 

¿Que hizo para acabar jugando? 

Me hicieron muchísimas epis, infiltraciones y luego espíritu de sufrimiento. Tolero mucho el dolor. Pero hay un momento de la temporada, en los que solo entrenaba dos días, los últimos, de la semana.

¿Por qué no se hizo público? Muchos aficionados se preguntaban qué le pasaba en la cancha.

Yo no soy nadie para hacerlo público. Creo que los problemas se resuelven en casa, nunca me ha gustado poner excusas por nada. Si juego bien o mal es por mi culpa. Es mi manera de pensar. Tengo gente de mi círculo cercano que me ha dicho que fue un error, puede ser, pero no soy una persona de excusas. El club quizá sí podía haber dicho: ‘Sergio nos está haciendo un favor, le pasa esto…’. No lo hicieron y no pasa nada, nunca se lo voy a reprochar. Fue decisión mía. Si me llegó a plantar, diciendo que no podía más y que no jugaba, se hubiera hecho más público, porque en algún momento se comentó por parte de Quique e Iñaki, pero pasó desapercibido. 

¿Cómo se entera de que no sigue?

Al terminar, estaba regular, tirando a muy mal. No salí de casa en 3-4 días. Se van compañeros tras muchos años en Valladolid y les pido perdón pero no podía quedar con ellos porque anímicamente no estaba para nadie. Solo quería recuperarme. Seguir o no era lo de menos. Tras la rueda de prensa de Pepe Catalina hablo contando lo que había pasado. Por defender un amigo, lo que haga falta. Me preguntan por mi estado y lo cuento. Me llama el club, me propone una cosa, pero la persona que me lo propuso (Paco González) ya no está. Eso se queda en el aire aunque imagino que la gente del club sabe lo que se me propuso…

¿Alguien le llegó a decir que no seguía?

No. Hablé con el presidente, Lorenzo Nistal, para explicarle que había hablado con la prensa y había contado mi sensación de abandono. No en el tema deportivo, sino en el médico, que era lo me preocupaba; que era lo que me habían prometido en noviembre. Ya hace años, cuando me iba a ir del club, lo único que pedí es que cuando acabase de jugar no me dejaran tirado. Cuando me lesiono, me encuentro que nadie se preocupa de mis Aquiles, que nadie me llama, que nadie me dice si necesitaba algo… 

¿La recuperación ha sido por su cuenta?

Por mi cuenta. Cero ayuda. Me lo he tenido que pagar yo.

¿Con la idea de volver a jugar?

La primera idea era poder jugar con mi hija. Pero a día de hoy, que me encuentro bien, es volver a jugar. Al médico le dije que quería volver a vivir, porque no podía. Pero ahora que me veo que estoy bien, que no me duele nada, que puedo volver a entrenar, puedo volver a jugar. 

¿Ya entrena?

Sí, con la Universidad de Valladolid. Gracias a Domingo (Cano). Siempre lo diré, fue el que me rescató hace 11-12 años y el que me vuelve a ‘rescatar’ ahora.

¿Qué relación tiene ahora con el CBC Valladolid?

Buena. Mi padre ha jugado al baloncesto, eso es una gran suerte. La educación que tenemos mi hermana y yo es que esto es un deporte, un trabajo. Y en cualquier trabajo cuando les interesas eres el mejor; y cuando no, eres el peor. Por ahí no voy a criticar a nadie. Me han educado así, no hay que tener rencor a nadie. Ahora lo llevan unos directivos, que pueden ser los dueños; pero el club es la ciudad, es el Pisuerga. El Pisuerga es mi casa. Tengo 36 años y llevo 30 años yendo allí cada día. Conozco a todo el mundo, ya se ha jubilado gente y hablo con cada uno de los empleados. Voy a todos los partidos, si estoy en Valladolid (creo que me he perdido uno).

¿E incluso entrena también allí?

Sí. Voy alguna mañana solo al frontón. Porque es mi casa. Me retiraré y seguiré yendo porque es mi casa.

¿Y si le llaman para jugar de nuevo?

Al final es mi casa pero creo que ya se ha pasado el ciclo de jugar en Valladolid. Y creo que tengo que irme fuera. Creo, es mi opinión. Porque, como les dije hace años, no quiero ser una carga para el club. Si el club no me necesita, no voy a llamar a su puerta para decir ‘aquí estoy, quiero jugar’. Ellos lo saben. No les voy a criticar. Es mi club, mi ciudad, mi pabellón… de toda la ciudad, y lo siento así. Si quiero jugar me buscaré un equipo.

¿Ha recibido alguna oferta?

Soy honesto, me han llamado 3-4 equipos. Sobre todo en septiembre, cuando se enteraron de que no iba a seguir en Valladolid. Me faltan tres partidos para hacer los 500 en ligas FEB y también me llamaron de la Federación. Un equipo estuvo muy interesado en septiembre y me propuso ir y hacer la rehabilitación con ellos. Les dije que hace 3 años me hubiera ido de cabeza, pero ahora tengo una niña y quería estar con ella.

¿Cuándo se ve para estar…?

No pongo tiempos. Si me llama un equipo ahora mismo ya puedo ir y meterme con ellos. Para estar al cien por cien no sé cuánto me queda, pero estoy cogiendo ritmo. Por eso doy gracias a la UVa, en especial a Domingo Cano, porque además están pasando un año complicado y aun así me han ayudado.

¿Segunda o Primera FEB?

Me veo jugando al baloncesto. Nunca me han importado las ligas y no va a ser ahora con 36 años. Lo único que quiero es volver a jugar sin dolor y volver a disfrutar, que el año pasado no lo hice. No sé si será un año o más, pero que lo que termine jugando sea bien y sin dolor, y disfrutando.