El futuro de Oona Chaplin (Madrid, 1986) se escribió antes incluso de que naciera y le pesa como puede pesar un legado inmaterial, intangible, que ha conmovido a gente de todo el mundo, generación tras generación, y sigue haciéndolo: mucho, demasiado a veces. Bisnieta … del Nobel de Literatura Eugene O’Neill, nieta de Charles Chaplin, hija de la actriz Geraldine Chaplin y del director de fotografía Patricio Castillo. Si no tiene estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, debería por derecho sucesorio.
«¿Quién me compara con Chaplin? Él es un genio. Lo ha hecho todo. Dirigía, componía, escribía, editaba… Es un mito, no hay comparación. Para mí eso no es un problema. Yo estoy muy agradecida, le admiro. Cuando tengo que hacer un casting, me enfoco en dar lo mejor de mí. Porque si me pongo a pensar en él… Estoy acabada. Ahí no hay competencia. Para mí lo importante es el legado de trabajar duro, de empeñarme, de poner corazón en todo lo que hago», reconoce la actriz, que ha trabajado en cuatro películas con su madre, en una entrevista con ABC en Madrid.
«Cuando uno llega al trabajo tiene que trabajar. A lo mejor yo estoy más acostumbrada a esto porque tengo el apellido que tengo»
Porque descender de auténticas leyendas no le ha servido a Oona Chaplin para saltarse los casting reservados al más común de los mortales. El último fichaje de James Cameron se ganó el «regalo» de interpretar a la indomable Varang en ‘Avatar: Fuego y ceniza’ gracias a la escena con Stephen Lang (Miles Quaritch) en la yurta. «No sé cómo fue el enchufe, pero llegué a la prueba», bromea. También llegó a los de otros proyectos internacionales. Es, dice, «una mezcla de suerte e intuición», algo que no hace «adrede». Cuesta imaginar dónde llegaría si lo hiciera.
Por el momento, Oona Chaplin fue Talisa Maegyr, la mujer de Robb Stark en ‘Juego de tronos’ que muere en la Boda roja, uno de los episodios más impactantes de la serie. Fue también la novia del Dr. Watson de Martin Freeman en un episodio de ‘Sherlock’ y la hermana y amante de Tom Hardy en ‘Taboo’. Aparece también en los créditos de la cuarta película de ‘Avatar’, en el aire a la espera del recorrido de ‘Fuego y ceniza’. «Claro que impone participar en estos proyectos pero al final cuando uno llega al trabajo tiene que trabajar. A lo mejor yo estoy más acostumbrada a esto porque tengo el apellido que tengo», cuenta.
Confiesa la actriz que su objetivo, siempre, es «honrar el legado» de su familia, aunque a veces ha sentido que le estaban abriendo «puertas» que no merece. «Pero aquí, en este mundo, nadie se merece nada. Eso de merecerse… Nadie se merece nada en este mundo. Es lo que toca… Se te abre esta puerta. ¿Vas a entrar? ¿Cómo entras? ¿Qué vas a aportar tú? Eso es lo que importa. Me centré en eso por que sí lo puedo controlar», afirma.