Schloss Hollenegg for Design: el castillo medieval sede del diseño contemporáneo
Al llegar su décimo aniversario, no es de extrañar que la mayoría de residencias de artistas y diseñadores emergentes busquen crecer, aumentando el número de participantes o ampliando el alcance de sus programas. Sin embargo, en el caso de Schloss Hollenegg for Design es todo lo contrario. “Recuerdo que hace algunos años la gente me preguntaba: ‘¿Cómo piensas expandirte?”, nos cuenta la comisaria italiana Alice Stori Liechtenstein, quien fundara la iniciativa en 2015 en Estiria. “Y mi respuesta siempre ha sido la misma: ‘No tengo intención de hacerlo”, dice, riéndose. “Solo quiero seguir echando raíces y consolidar lo que hemos construido”.

La curadora italiana Alice Stori Liechtenstein.
© Julius HirtzbergerRenacimiento, barroco y arte contemporáneo
La estabilidad es una constante en la historia de este castillo medieval austriaco, construido en el siglo XII y parte del patrimonio familiar del marido de Alice desde la segunda década del siglo XIX. Su nombre no solo viene de la propia construcción (schloss significa ‘palacio’ o ‘castillo’ en alemán), sino que también refleja su diversidad estilística: un fascinante collage de elementos renacentistas, barrocos y contemporáneos que definen su identidad actual. Las obras creadas en el marco de este proyecto suelen integrarse en la propiedad una vez concluidas las exposiciones, convirtiéndose en parte esencial de su paisaje interior.

En mitad de una de las salas, instalación de la artista Nel Verbeke.
© Julius HirtzbergerEl material estrella de 2026
Hace cinco años, Alice Stori Liechtenstein decidió centrar la residencia –y la correspondiente exposición anual que celebra cada primavera– en la exploración de un solo material. El cambio fue, en parte, una respuesta a la pandemia de 2020 y al deseo de la comisaria de arraigar el proyecto en algo menos conceptual. “Centrarse en una sola cosa nos permite explorar más allá ese elemento en concreto”, explica. La próxima muestra, Element: Metal, se inaugurará el 9 de mayo de 2026 y estará dedicada a esta materia prima, a su belleza, a su importancia simbólica y a la realidad, a menudo dura y violenta, de su producción. “El metal siempre ha sido una fuente de poder”, asegura la italiana. “La forma en que se fabrica y el lugar del que se extrae tiene enormes implicaciones”, añade, subrayando la explotación que las naciones con mayor poder adquisitivo ejercen sobre las ricas en recursos, una práctica que ha tenido un efecto devastador y de la que se habla demasiado poco.

Una alfombra de Odd Matter junto a una antigua cama con dosel.
© Julius Hirtzberger
Una de las salas del castillo.
© Julius HirtzbergerDiseño que plantea preguntas
Estos temas son, según ella, “algo que realmente quería destacar en la exposición y a lo que hacer referencia. Debemos abandonar los combustibles fósiles, sí, pero si en el proceso cavamos otro tipo de fosa, ¿qué es lo que estamos consiguiendo realmente?”. Los artistas invitados abordarán estas preguntas junto a otras cuestiones estéticas. Entre ellos se encuentra Altynai Osmo, un creador multimedia de Kirguistán, que ahondará en los roles de género y las tradiciones artesanales de su país a través de objetos de plata y fieltro. También participa Ildar Wafin, artesano del metal y diseñador de joyas finlandés, que realizará su obra junto a Jarosinski & Vaughan, el último taller orfebre que sobrevive en Viena, fundado en 1847. Por último, el diseñador, artista e investigador italiano Mantas Lesauskas creará un juego de ajedrez de metal inspirado en una mesa encontrada en el interior del castillo, decorada con un tablero de incrustaciones en forma de damero.