El sueño del exalcalde Alejandro Rojas-Marcos de que los dos clubes sevillanos compartan el mismo estadio está cerca. Al menos, de forma provisional, mientras duren las obras de sus respectivos campos. Según ha podido saber ABC, el Sevilla FC está ultimando ya los … trámites urbanísticos con el Ayuntamiento para que, a lo largo del verano de 2026, todo quede resuelto y pueda obtener la licencia para iniciar las obras en 2027. En esa fecha, el Real Betis aún estará en La Cartuja, por el retraso al menos de un año de la construcción del nuevo Benito Villamarín.

El club de Heliópolis va a ejercer una prórroga que está contemplada en el contrato de arrendamiento para permanecer en el Olímpico hasta mayo de 2028. El Betis ya ha confirmado que estará al menos tres temporadas fuera de su estadio después de que no fructificara el proceso de negociación directa con varias constructoras para levantar la Preferencia, la cubierta y el edificio que irá en la parcela que ya es de su titularidad tras aprobarlo definitivamente el Pleno municipal el pasado mes de septiembre. La oferta que llegó al final del concurso abierto por el club fue declinada porque no atendía a los requerimientos técnicos y económicos previstos, por lo que se decidió recurrir a otro proceso para la adjudicación de la empresa que lo desarrolle, lo que ha alargado en el tiempo -y en el presupuesto, cifrado ahora en 262 millones– el proyecto.

La entidad heliopolitana tiene una posición preferente a priori respecto al Sevilla para el uso de La Cartuja durante el tiempo que dure el contrato, si bien fuentes de la entidad han explicado a este periódico que están a la expectativa de la fórmula de una posible convivencia en el estadio una vez se confirme que el Sevilla dé ese paso definitivo. Cabe recordar que el club nervionense está inmerso ahora mismo en un proceso de venta accionarial que debe resolver de alguna forma la crisis económica que vive la entidad.

Si bien a nivel urbanístico el Ayuntamiento garantiza que todo estará aprobado el año que viene, dependerá de la dirección del club si se acomete, como ha hecho el Betis, nada más se solucionen esos trámites. Llegado el caso, fuentes del Sevilla consultadas por ABC aseguran que el club no tendría problema alguno en compartir La Cartuja con el Betis ya que su centro de negocios está en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, por lo que no tendría que trasladar las oficinas, como sí ha hecho el Betis, que las tenía en la Preferencia del Villamarín.

Es decir, que el uso que el Sevilla haría de la Cartuja sería meramente deportivo, concretamente para disputar los partidos, ya que sus entrenamientos son siempre -salvo excepciones como la previa del derbi- en la ciudad deportiva. El Betis, de hecho, desde que se ha trasladado a la Cartuja desarrolla todos los entrenamientos en sus instalaciones de Los Bermejales, y no usa para ello el estadio, como sí hacía en ocasiones en el Villamarín.

No obstante, desde el Betis sí prevén incomodidades en el uso compartido, sobre todo en el caso de que los dos clubes disputen partidos cada tres días en Europa o la Copa del Rey. Algo que habría que contemplar también, si el Sevilla acelera la construcción del nuevo Ramón Sánchez-Pizjuán, es la cartelería del estadio de La Cartuja tanto en su interior como en los accesos, que actualmente está dispuesta para el Betis.

El Mundial, otra clave

En esta logística del uso compartido del estadio para los dos clubes hay que tener en cuenta otra variable fundamental: las obras que tiene que llevar a cabo la Junta de Andalucía de cara a ser sede del Mundial de 2030. La Junta de Andalucía tiene consignados en sus presupuestos 8,5 millones de euros para afrontar en 2026 la reforma integral de los accesos al coliseo, que es el principal déficit que tiene la infraestructura inaugurada en 1999, así como la parte interior.

Se invertirán 3,5 millones para mejorar el entorno, sobre todo en la zona sur y oeste del estadio, que es la que más público congrega, arreglando el problema de los viarios, la iluminación y la arboleda. Estos trabajos durarán seis meses, desde enero a junio, sin afectar al desarrollo de los partidos y conciertos que se celebren, incluida la final de la Copa del Rey. Por otro lado, los otros cinco millones se utilizarán para reformar los servicios interiores de La Cartuja: aseos, ascensores y establecimientos de hostelería.

Lo que queda por definir es cómo se desarrollará la última fase de la reforma exigida por la FIFA para el Mundial, que incluye el desarrollo urbanístico de la Bancada de la Expo y la construcción de un pabellón cubierto de 15.000 plazas, que en 2022 se bautizó como el Arena Estadio Isla de la Cartuja. Para ello, la Consejería de Economía y Hacienda llegó a pedir al Gobierno de España 92 millones de los fondos Next Generation que, de momento, el Ejecutivo de Pedro Sánchez -pese a ser titular del accionariado del estadio- ha descartado.

Este proyecto está en estadio embrionario y aún no se han decidido cuál es las cuatro parcelas de los exteriores lo acogerá, para lo cual hay que llevar a cabo unas catas arqueológicas.

Estas obras se pretendían afrontar una vez que el Betis volviese al Benito Villamarín, aunque con el retraso de las obras de éste y, ahora, la posibilidad de que el Sevilla se traslade a La Cartuja durante algunas temporadas a partir de 2027, podría variar algún plan o hacerlo compatible con el uso de ambos clubes. Que, por otro lado, tienen compartido el 3% del accionariado del estadio.