Avatar: Fuego y ceniza llega este viernes a los cines de todo el mundo y, aunque a la crítica le está gustando menos que sus dos predecesoras, apunta a ser el último gran taquillazo de 2025. Debería ser un momento dulce para James Cameron, pero el fantasma de las Navidades pasadas regresa a visitar al director y, ya puestos, a Disney como dueña de los derechos de la franquicia.
Reuters informa de que el pasado lunes se ha interpuesto una demanda por infracción de derechos de autor contra James Cameron y The Walt Disney Company por Avatar: El sentido del agua, la película que nos llevaba de regreso a Pandora en 2022.
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El demandante, Eric Ryder, es un animador 3D que afirma haber trabajado para la compañía de James Cameron, Lightstorm Entertainment, a finales de la década de 1990. En aquel entonces, Ryder trabajaba en su propia historia de ciencia ficción, KRZ, que presenta múltiples elementos similares a los que encontramos en Avatar.
Antes de continuar, cabe destacar que no es el primer baile en los tribunales para Eric Ryder con James Cameron. En 2011, presentó una demanda parecida contra el director, pero un tribunal californiano la desestimó, considerando a Cameron creador de Avatar y generando una jurisprudencia que puede ser clave en la nueva demanda.
La nube negra en el estreno de Avatar: Fuego y ceniza
En la demanda, que marca distancia con la de 2011 al centrarse en su secuela, se reclaman 500 millones de dólares en compensación y el ya clásico bloqueo del estreno de Avatar: Fuego y ceniza por parte del tribunal. A continuación tienes un resumen de los puntos citados como importantes por los demandantes:
«Esta acción no pretende volver a litigar demandas anteriores, impugna nuevos actos de copia que ocurren por primera vez en Avatar 2.
Avatar, al igual que KRZ, incluye seres antropomórficos, un vasto entorno oceánico y una siniestra corporación terrestre involucrada en operaciones mineras perjudiciales para el medio ambiente en la luna de un planeta gigante gaseoso llamado Europa.
El sentido del agua gira en torno a la recolección de una sustancia de origen animal que, al refinarse, puede prolongar la vida humana, un argumento que apareció en KRZ pero no en la primera película de Avatar. Si bien esta sustancia de origen animal, que prolonga la vida, es solo uno de los muchos ejemplos de contenido infractor en Avatar 2, su uso como elemento argumental fundamental es clave para la apropiación por parte de los demandados».
Ni Disney ni los representantes de James Cameron o Lightstorm Entertainment se han pronunciado con respecto a la demanda, y puede que no lo hagan públicamente hasta que pase el estreno de Avatar: Fuego y ceniza. Los precedentes pueden marcar la decisión del juez con respecto a esta nueva demanda, pero no sería la primera vez que la justicia obra por otros derroteros.