… Y Valladolid, el Pisuerga, recupero el sabor del derbi de baloncesto entre Valladolid y León. Un derbi menos derbi y lejos muy lejos del que vivieron con uñas y dientes ante el deleite del respetable el Fórum y el Elosua. Ahora, ambos clubes pagando sus muchos pecados en el purgatorio de la tercera categoría del baloncesto español, devolvieron un duelo históricamente caliente enfriado hasta el témpano del horror de un baloncesto que en poco o en nada se asemeja al de antaño.

Imagen de archivo de Antón Bouzán.

Y en esa guerra para intentar tapar la depresión el UEMC Baloncesto Valladolid salió airoso de forma más o menos plácida ante una Cultural Leonesa que también con ausencias, las de sus dos torres, pero sin lloros pareció salir a la cancha ya con el cartel de sentenciado. Porque su arranque fue desalentador empecinado y otra vez en martillear (nunca mejor dicho) el aro de su rival desde el perímetro, con muy poca puntería (3 de 17 triples al descanso). 

Así y sin la necesidad de cerrar el rebote pese a su más que evidente superioridad, el UEMC Baloncesto Valladolid, siempre delante en el marcador, construyó una autopista hacia una victoria placentera. El 28-19 del primer cuarto solo era un adelanto. Entre otras cosas porque ‘Ice’ Haney tenía la muñeca caliente, Hanna sacaba ventaja de su explosividad en los unos contra unos (a veces suicidas) y Ordoñez, con la reductora de esos pasos marcados en cámara lenta, hicieron que la resistencia de un resignado León no terminara de plantar batalla abriéndose las diferencias con el paso de los minutos.

Haney, autor de cinco triples, lanza ante la mirada impotente de dos jugadores leoneses.PHOTOGENIC

No hubo derbi. Nunca lo hubo aunque en el haber de la Cultural estuvo el hecho de alinear y con muchos minutos, por convicción o por necesidad,  a cuatro leoneses de su cantera. Un consuelo menor e insuficiente.

Al descanso la renta ya era de 19 puntos (54-35) , diferencia que creció hasta los 29 puntos (77-48) a poco menos de un minuto para el final del tercer cuarto.

Hanna penetra ante la oposición de Hayman.PHOTOGENIC

Pero cuando todo parecía que el derbi iba a acabar en una paliza, León resucitó y se agarró al partido. Y es que los equipos de Luis Castillo (ya se pudo ver en la Copa) no hay que darles por muertos antes de tiempo. En un abrir y cerrar de ojos liderado por Deng, un parcial de 2-16 abrió de forma extraña la puerta de las dudas a un UEMC al que no le quedó más remedio que pedir tiempo muerto. Isern cogió la batuta y la efervescencia de León perdió las escasas burbujas para caer al menos de pie (92-77).

Un triunfo para el equipo de Barrio que le devuelve a la zona noble en el carrusel de partidos consecutivos en casa que le otorga tranquilidad y tiempo para recuperar efectivos. Porque Ochi está tierno y lento (con toda la lógica del mundo) tras su lesión. Porque Pablo Marín acabó KO por un golpe en la cabeza. Igual que el todoterreno Ordóñez, que sufrió un pequeño pinchazo en el gemelo.

Sin tiempo para el descanso, el sábado y otra vez en Pisuerga, otra batalla, esta vez ante Cáceres. Un duelo para que pueda volver a la rueda de rotaciones Edu Arqués y el recién fichado Bouzán. Y un duelo, otro duelo, para que Juan García-Abril pueda de una vez por todas controlar su cuerpo y ese elevado estado de ansiedad que le minimizan.

UEMC CBCV 92; Cultural Leonesa 77

  • UEMC Baloncesto Valladolid: Marin (-), Haney (26), Pablo Martín (12), Ordoñez (15) y Taiwo (2) -quinteto inicial- Hanna (15), Juangar (2), Isern (15), y Ochi (5).
  • Deportiva y Cultural Leonesa: Hayman (5), Cebolla (4), Van der Heijden (13), J. Llamas (9) y Deng (24) -quinteto inicial- McKay (6), González (-), Bultó (3), Dominguez (4), R. Llamas (9).
  • Árbitros: Soto y Rodríguez.
  • Eliminados: Juangar y Hayman.