El domingo que viene habrá elecciones en Extremadura y serán las primeras de un largo ciclo electoral que arranca ahora en España y se prolongará hasta 2027. En todo este tiempo se celebrarán todas las autonómicas, las municipales y, antes o después, también las generales. Quizá por su cercanía en el tiempo, las extremeñas son ahora las más previsibles: el PP ganará, pero sin mayoría absoluta, el PSOE caerá y Vox y la izquierda alternativa crecerán.

Sin embargo, aunque las líneas generales se puedan intuir, no todo está escrito y hay varios factores que terminarán por definir el resultado. Además, lo más interesante es que esos elementos no están presentes solo en Extremadura, sino que serán aplicables (con sus particularidades, por supuesto) a las elecciones venideras. Para reflejarlo, se han usado los datos de la última encuesta de NC Report elaborada para LA RAZÓN sobre los comicios del 21-D.

Récord de abstención

Uno de los principales titulares que pueden dejar las elecciones en Extremadura si se cumplen los pronósticos es el de la abstención. Según el sondeo de NC Report, la participación para estos comicios está en el 67,5% del censo, lo que significa que habrá un 32,5% de abstención, 2,9 puntos más que en 2023. Se trata de una cifra muy alta, la mayor abstención de la historia.

Desde que se celebraron las primeras elecciones a la Asamblea de Extremadura en 1983, la participación siempre ha estado por encima del 70%, excepto en 2019. Ese año cayó al 69,26%, pero todavía por encima de la estimación para el próximo domingo. Aplicado al censo, el próximo domingo votarán 25.279 personas menos de las que votaron en 2023. El voto por correo ya está empezando a dar signos de esto, ya que las solicitudes han caído a la mitad.

¿Y a qué se debe? Puede haber un componente de calendario. Los comicios se están celebrando a las puertas de las vacaciones de Navidad y, al mismo tiempo, algunos extremeños todavía no habrán regresado a casa. Tanto es así que va a haber tres avances de participación, en vez de dos.

Pero a nivel político, la responsabilidad de que esto esté pasando recae, sin duda, sobre el PSOE. Los socialistas están juntando varias crisis en una, lo que provoca que pierdan una cantidad de voto considerable, mucho hacia la abstención. Por un lado, hay una crisis generalizada en el Gobierno de España y en el partido, con numerosos casos de corrupción y diversos escándalos de acoso sexual. Por otro, a nivel regional, su candidato, Miguel Ángel Gallardo, está pendiente de juicio y tiene muchas disputas internas abiertas, con la formación muy desunida.

Esto hace que el PSOE pase del 39,9% de los votos que obtuvo en 2023 al 33,1% que se estima actualmente. Son 6,8 puntos menos. En votos impacta aún más: al PSOE le votarían ahora casi 50.000 personas menos que en las anteriores elecciones.

Previsión del voto en ExtremaduraPrevisión del voto en ExtremaduraMiguel RosellóLa RazónMujeres desmovilizadas

Esa desmovilización del electorado socialista tiene, además, rostro de mujer. Y esto es un problema muy serio para la formación, no sólo en Extremadura, sino a nivel nacional.

El PSOE ha sido tradicionalmente un partido que siempre ha recibido mucho voto femenino. Sin embargo, en los últimos seis meses se ha roto esa tendencia. El estallido de casos judiciales en los que sus cargos se han visto rodeados de prostitución y prostíbulos, así como las denuncias internas de acoso sexual y la incapacidad de responder bien y a tiempo, han provocado que muchas mujeres que votarían al PSOE ya no lo hagan. Según el CIS de este mismo mes, el 31,7% de las mujeres españolas votaron al PSOE en 2023 y ahora sólo le votarían el 25,8%.

En Extremadura, el voto femenino se mueve en unos parámetros todavía más bajos. Según el sondeo de NC Report, el 26,3% de las mujeres votaron al PSOE en 2023, frente al 23,1% que le votaría ahora. Se trata de una caída considerable, de 3,2 puntos. Cae más que los hombres (2,8 puntos).

El sondeo, además, muestra que ese voto se está yendo directamente hacia otras formaciones. Unidas por Extremadura crece 3,1 puntos (casi los mismos que pierde el PSOE), el PP crece 2,6 y hasta Vox incrementa su voto femenino, en 1,2 puntos. Al igual que con la abstención, las elecciones del domingo mostrarán el primer episodio de una pesadilla para el PSOE que se repetirá en otras autonomías que también celebran sus elecciones próximamente.

Conquista del centro

Otro de los aspectos más interesantes que está sucediendo a nivel nacional es la redefinición del centroderecha y la extrema derecha. Los dos están creciendo, aunque por distintos motivos, y en Extremadura también está pasando lo mismo. El domingo que viene será una especie de tráiler de una película que se podrá ver completa meses después.

En el caso del PP, ese crecimiento se debe a que está siendo capaz de conquistar el centro político. La candidata extremeña, María Guardiola, ha presentado un programa con muchas medidas que buscan ser transversales. Por un lado, apuesta por iniciativas enfocadas hacia las mujeres, los jóvenes… e incluso la comunidad LGTBI. Vende defender el campo y, a la vez, asegura que es compatible con el medio ambiente.

Esto le está permitiendo a Guardiola ganar voto procedente del PSOE y retener voto del PP que considera que Vox es demasiado extremo. Incluso, está recuperando parte del voto que se fue a Vox en 2023. En cifras, el 11,5% de los que votaron al PSOE en las anteriores elecciones se pasan al PP ahora, el 28,1% en el caso de Vox. Esto permite a Guardiola crecer 4,1 puntos porcentuales en intención de voto y sacarle casi 10 al PSOE.

Los jóvenes y Vox

Sin embargo, el problema para el PP es que Vox está creciendo, lo que hace que siga dependiendo de él. En Extremadura, Guardiola no llega a la mayoría absoluta y la llave de la investidura la tendrá Vox, igual que sucede con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en un plano nacional.

Según el sondeo de NC Report, el 10,5% de los que votaron al PP en 2023 se pasarían ahora a Vox. Pero no es solo una cuestión ideológica, sino también generacional. Los jóvenes en toda España (en Extremadura también) están atravesando su propia crisis porque las acciones de un Gobierno de izquierdas no están dando respuesta a sus problemas.

En Extremadura, este domingo, Vox podría duplicar sus resultados de las anteriores elecciones, una tendencia al alza compartida por la formación de Abascal en todo el país. Y esto es gracias a que está consiguiendo calar entre los más jóvenes y los nuevos votantes. De hecho, el 11,1% de los jóvenes entre 18 y 29 años asegura que votará a Vox el domingo. Se trata de la franja de edad en la que Vox tiene más fuerza.

Es cierto que se trata del colectivo más abstencionista de todos, con el 45% diciendo que no acudirá a votar, lo que define un voto muy volátil, que se decide en el último minuto. Podría haber alguna sorpresa si alguien consigue ahí una movilización de última hora, pero que los jóvenes votan a Vox (y mucho) es algo que se va a ver el domingo en Extremadura y, después, en el resto del país.

Crece la izquierda

Quizás el único elemento que se dará el domingo y que no tiene por qué ser extrapolable a las demás comunidades autónomas es el crecimiento de la izquierda a la izquierda del PSOE. Pero sí se pueden extraer lecciones. Unidas por Extremadura va a crecer el domingo, según el sondeo de NC Report, dos puntos porcentuales y ganará un escaño.

Demuestra que esa izquierda puede crecer gracias a las horas bajas del PSOE, que el miedo a la derecha moviliza y, además, que la coalición de Podemos e Izquierda Unida funciona sin tener que meter a Sumar en la ecuación. Sin embargo, todavía quedan muchos capítulos por resolver en cuanto a la unidad de la izquierda y es difícil extraer tendencias concretas.