La galería Trinta es una ventana abierta al arte en Santiago, y no una ventana cualquiera. Sita desde hace mucho en el número 24 de Virxe da Cerca, tras su inicio en la Rúa Nova de Abaixo, este área expositiva cumple 40 años.

«Trinta é a galería da miña vida», confesaba a este diario hace año y medio el añorado José Freixanes, un buen amigo de Asunta Rodríguez, responsable de Trinta y pionera del arte en Galicia. Su espacio recibió en 1995 el galardón de mejor galería española en la feria Arco y en 2014, el Premio da Cultura Galega de artes plásticas.

Grandes amistades

«He hecho grandes amigos gracias a este trabajo, artistas como José Freixanes, que se acaba de morir, Berta Cáccamo, que falleció hace unos años, o mi gran amiga Teté (Bouzas), probablemente la coleccionista más inspirada que yo voy a conocer nunca… El arte y este oficio dan también la posibilidad de conocer a gente maravillosa», cuenta Asunta Rodríguez.

«Y esa gente comparte contigo un toque de locura, porque hace falta vivir un poquito fuera de la realidad para dedicarse a esto de forma continuada… Ser galerista no es heroico, pero tiene un punto de empeño sacerdotal y de afán evangelizador. Es una forma de estar en el mundo, de encarar la cultura. Soy muy afortunada por haber sido tocada por esa locura y porque las circunstancias se hayan puesto de tal manera que yo pudiese dirigir y luego ser la dueña de Trinta. Solo puedo decir: gracias».

Junto a una tablet Samsung, un vaso de agua, tabaco, una agenda roja, mil albaranes y un mar de libros de arte, Asunta atiende a EL CORREO GALLEGO con ese verbo sereno de quien hoy está donde quiere aunque le duela algún que otro ayer.

Duro aprendizaje

«Se aprende golpe a golpe, sobre todo yo que empecé a finales de los 80, años de un mundo donde todo estaba por hacer porque salíamos de una dictadura y todo era en tonos grises por no decir negros. Cometí muchos errores, pero, de algún modo, los reivindico porque formaban parte de mi manera de ser, de mi carácter apasionado de quien primero habla y luego piensa, pero eso forma parte de lo que soy ahora, con lo cual lo tengo que dar por bien empleado».

Ser galerista no es heroico pero tiene un punto de empeño sacerdotal y de afán evangelizador.

Asunta Rodríguez

— Responsable de Trinta, la galería de arte

Mujeres en el arte

«En el arte hay muchas mujeres, pero siguen mandando los hombres. Yo he sido mujer galerista durante treinta y muchísimos años. La galería cumple ahora 40 años, yo empecé en 1988, y siempre he visto una cierta condescendencia muy sutil, sobre todo en los compradores varones, hacia las opiniones de una mujer… Yo vi que tenía un techo económico en el que determinados coleccionistas gastaban mientras en otras galerías regentadas por hombres ese techo se multiplicaba por no sé cuanto. Es decir, hay muchas mujeres en el mundo del arte, y la situación de hoy es muy diferente a la de hace 30 años, pero todavía hay un machismo muy velado», asegura Asunta Rodríguez.

La situación de hoy es muy diferente a la de hace 30 años, pero todavía hay un machismo muy velado.

Asunta Rodríguez

— Responsable de Trinta, la galería de arte

Ante el 40 aniversario, la galería Trinta ofrece una muestra llamada Piezas que nunca debí haber vendido. «He buscado obras que tuviesen una intrahistoria, por ejemplo, el Virxilio Viéitez o el Alberto García-Alix , fueron de mi colección, y los tuve que vender durante la crisis financiera porque había que pagar la hipoteca y no entraban ingresos en la galería», revela.

En sintonía con la efeméride, este miércoles por la tarde visitó la galería el conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude, José López Campos, con el director xeral de Cultura, Anxo M. Lorenzo. El primero destacó la «importante contribución» que las galerías gallegas «realizan na promoción e pulo de artistas novos».

Fabiola Barreiro, Asunta Rodríguez, José López Campos y Anxo M. Lorenzo, en Trinta, galería de arte situada en Santiago que cumple 40 años.

Fabiola Barreiro, Asunta Rodríguez, José López Campos y Anxo M. Lorenzo, en Trinta, galería de arte situada en Santiago que cumple 40 años. / Antonio Hernández

Además de esta muestra de visita casi obligada, el 15 de enero, día de la clausura, se presenta un libro conmemorativo: Como flota el aceite sobre el agua.

«Hemos caído en esa mentira de que el arte es universal, el arte es para todos, el arte tiene que tener cifras multitudinarias de visitantes y… ¡El arte es para el arte! Hay una frase que me gusta muchísimo, creo que es de Groucho Marx, y dice: ‘El arte es el arte y el agua es el agua’. Y de ahí parte el título del libro, que reivindica a toda esa gente que ayudó a Trinta porque cree en lo mismo que tú».

Perfil coleccionista

Asunta Rodríguez: «Yo reivindico al coleccionista que ve cine, lee, va al teatro, ve exposiciones y que, en un momento determinado, tiene la necesidad de poseer el objeto en su casa, que sigue al artista, que le acompaña y crea escena, alguien para quien la búsqueda de la belleza es un imperativo y que tiene un cierto sentido de responsabilidad cultural».