Jueves, 18 de diciembre 2025, 13:54
| Actualizado 14:00h.
Itziar González de Arriba (Irun, 1978) era hasta el pasado verano la cabeza visible del equipo de nutrición del Real Madrid. La experta vasca llegó al club en 2022 a «petición personal» de Florentino Pérez y con los buenos resultados obtenidos con Dani Carvajal y Rodrygo Goes, con quienes trabajó previamente, como carta de presentación. Pero los métodos de Itziar y los servicios médicos del Real Madrid chocaron de tal manera que se desató una guerra interna, según desvela la protagonista, que acabó por minar la moral de esta hasta pedir al club que rompiese el contrato que habían firmado solo trece días antes. Desde las oficinas de Chamartín le convencieron para seguir pero le pidieron que teletrabajase desde su casa por su «seguridad física», según su versión. Finalmente fue despedida en verano y ahora Itziar lleva al Real Madrid a los tribunales por un presunto acoso laboral y rompe su silencio en el diario Marca.
Fisioterapeuta, osteópata, graduada en Nutrición, con un primer ciclo de Bioquímica, un Postgrado en Inmunonutrición y en Terapia Regenerativa y varios másteres, entre ellos, uno en Nutrigenómica, es la creadora de un concepto que ha revolucionado la nutrición de muchos futbolistas: la Fisiogenómica. En un esfuerzo por resumir una técnica con demasiadas aristas, se podría concluir que es la ciencia que estudia la alteración de la expresión de los genes a través de los nutrientes.
La llegada de la nutricionista al Real Madrid se remonta al año 2022. Florentino, conocedor de la mejora física de Carvajal a raíz de un cambio en su alimentación, solicita, al parecer, los servicios de Itziar. Ella confiesa sus dudas porque ya sufrió «malas experiencias en otros equipos» pero acepta «porque me dicen que lo pide el presidente». Esa temporada solo Carvajal y Rodrygo trabajan codo con codo con Itziar. Un año después se sumaría Arda Guller, pero desde el staff médico blanco las trabas fueron presumiblemente constantes. «Hay algún otro jugador que me dice que le gustaría empezar a trabajar conmigo, pero los médicos les dicen que ‘no se les ocurra’», denuncia.
Tras la última grave lesión de Carvajal, que le dejó fuera de los terrenos de juego prácticamente toda la temporada pasada, el capitán blanco solicitó de nuevo a Itziar en Valdebebas y el Real Madrid la contrató a tiempo completo. Ella, al principio, reconoce que se niega porque «no puedo estar allí a tiempo completo y tampoco quiero, porque no respetan mi trabajo», pero llega a un acuerdo con el club: «Accedo porque me dicen que es una petición personal del presidente y que él va a conseguir que los médicos me dejen trabajar y me respeten, y que, si muestro mi trabajo, mucha gente con lesiones crónicas puede tener esperanza».
Al parecer, nunca se cumplió aquella promesa, aunque no culpa de ello a Florentino Pérez: «He de decir que admiro enormemente la figura del presidente, le tengo un grandísimo respeto y muchísimo cariño, y llego con el único propósito de desvivirme por hacer bien mi trabajo y que Florentino pueda sentirse orgulloso de mí».
Según la versión de Itziar, «los Servicios Médicos crean un ambiente hostil desde el minuto uno y me dicen que estoy allí por un capricho del presidente». Entre el 10 de diciembre de 2024 y el 23 de febrero de 2025, la situación supuestamente se va de madre. Tras introducir en el vestuario la técnica de la fisiogenómica y ver los primeros resultados, el equipo médico «no lo soporta». «Me acusan el médico y la camarera del bufé de un hecho falso a la dirección; tengo coartada y demuestro que es una acusación falsa. Después de eso, me vuelven a hacer una acusación falsa, que vuelvo a demostrar que es mentira. Ante la situación hostil, la dirección me manda a casa», afirma.
En su regreso tuvo un encuentro con Florentino Pérez. «En el partido contra el Girona veo al Presidente y viene muy enfadado por unas mentiras que le han contado de mí», desvela. Ahí se acabó todo. Según su versión, volvió a ser apartada de la dinámica del primer equipo. «Me impiden tener contacto con los jugadores, no me dejan ir a los partidos. (…) Desde Dirección se me impide entrar en Valdebebas, según ellos, por mi seguridad física». El club le transmite calma y le informa de la apertura de una investigación interna para aclarar lo sucedido. Itziar, en cambio, pide romper su contrato pero el club no accede. En las siguientes semanas intenta hacer su trabajo desde casa, algo «imposible» según explica porque «no me puedo inventar las pautas sin saber nada de nada de los jugadores». Pero el club mantiene su postura.
«Trabajo con mucho miedo, sin descanso y muy frustrada, porque siento que lo que hago no vale para nada, pero sigo haciéndolo cada día sin descanso hasta el 4 de agosto», afirma. Ese día se le comunica su despido. «Me dicen que he hecho un trabajo excepcional, que lo he hecho todo bien y me pagan todo el contrato que me faltaba. Le digo que yo solo quiero que el presidente y los jugadores sepan la verdad, y que exijo que desmientan todas las mentiras que han dicho sobre mí en el club, y, de manera muy cortés, me dice que eso no va a ser posible». Itziar entonces les comunica que llevará el asunto a los tribunales y afirma que recibió una amenaza: «Me dicen que no tengo ninguna posibilidad de ganar, y que, además, me van a arruinar la vida».
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