Sam Worthington es un nombre al que, ciertamente, no estábamos acostumbrarnos. Cuando una película protagonizada por él se convirtió en la más taquillera de la historia, todos los focos se concentraron sobre Sam Worthington.
¿De dónde había sacado James Cameron a aquel actor? La respuesta correcta es: de la cima de una montaña. Literalmente. Pero vayamos paso a paso con el protagonista de Avatar: Fuego y ceniza, que llega a los cines de España este 19 de diciembre.
Puede que, exceptuando Avatar y alguna franquicia comercial, como Terminator, Sam Worthington no haya tenido la carrera que debería garantizar liderar la primera y tercera película con más recaudación desde la invención del cine. Sin embargo, esto no hace menos acelerada la subida los altares del séptimo arte de un actor que, hasta 2009, apenas había salido de Australia.
Un nómada que rompió la taquilla
A James Cameron le había gustado la audición de aquel chico australiano de belleza militar, pero no tenía forma de hacérselo saber. Su teléfono no daba señal y una voz automática le repetía, infatigable, que aquel terminal estaba apagado o fuera de cobertura.
Con el tiempo, supo que el propietario del móvil, Sam Worthington, había acampado en la cima de una montaña y que, tan próximo a los cielos australes, no había cobertura. Pronto Worthington conocería otros cielos, los de Hollywood, más despejados, porque todas sus estrellas viven en la tierra.
Sam Worthington no tenía casa. Apenas tenía posesiones. Solo un coche con el que iba rebotando de un lugar a otro. Únicamente lo abandonaba para dormir y pasar la noche en alguna habitación de hotel que pudiera permitirse. Sus ahorros como actor comenzaban a escasear. Worthington se convirtió al nomadismo en cuanto se supo presencia habitual en un bar de Sídney. No quería ser como aquel parroquiano de la canción de Piano Man, que “estoy seguro de que podría ser una estrella de cine si consiguiera salir de este lugar”.
Hollywood, una vez transitada, le recordó al bar en el que todos te conocen, y aquella semejanza no le hizo demasiada ilusión. En una entrevista para Variety, Kevin Costner (que ha dirigido a Sam Worthington en Horizon) reveló que el protagonista de Avatar no disfruta de su condición de celebridad.
“En este negocio”, explicó Costner, “comienzas creyendo que nunca llegarás a trabajar. En algún momento, tienes una oportunidad y logras cierto éxito, pero lo que descubres al hacerlo es que la gente no quiere que hables de tus películas. Lo que anhelan es saber todo lo posible sobre tus ideas políticas, tu matrimonio, tu intimidad”. Y esto, Worthington prefería quedárselo para sí.