Un crítico musical de cuyo nombre no puedo acordarme dijo una vez que, si no hubiesen existido los Guns ‘N’ Roses, a quienes les hubiera tocado interpretar el duro papel de última gran banda de rock habrían sido Jane’s Addiction. Además de … ser de Los Ángeles tenían en común muchas cosas, entre ellas el talento instrumental y el carisma de su front-man. Pero también la inclinación por el caos.

El grupo liderado por el volcánico Perry Farrell, que acaba de anunciar su separación «definitiva» tras cuarenta años de carrera, seguramente hubiera durado menos que Axl Rose y compañía si hubieran tenido tanto éxito. Pero vendieron lo suficiente (unos cinco millones de copias) como para tirarse a la piscina del sexo, drogas y rock’n’roll con los ojos cerrados.

Formados en 1985 en Los Ángeles, Jane’s Addiction fueron clave en la creación de lo que vino a llamarse rock alternativo con sus dos primeros álbumes de estudio, ‘Nothing’s Shocking’ (1988) y ‘Ritual de lo Habitual’ (1990), pero enseguida se autosabotearon con conflictos internos agravados por la adicción a la heroína.

En 1991 se disolvieron y los miembros continuaron con otros proyectos, para volver en una gira de reunión en 2001 que los llevó a su tercer álbum de estudio, ‘Strays’. En 2004 volvieron a separarse hasta 2009, cuando la formación cambió algunos componentes para grabar un último álbum titulado ‘The Great Escape Artist’. En 2024 se produjo la primera reunión con miembros originales de la banda desde 2010, pero entonces sucedió el desastre.

Durante su concierto en Boston a mediados de septiembre, Perry Farrell perdió los papales al no escuchar bien su voz por los monitores y agredió sin motivo aparente al guitarrista Dave Navarro. El músico, que inicialmente trató de detener al cantante, se queda paralizado tras el golpe mientras varios miembros del equipo de gira subieron al escenario para llevarse al vocalista.

Cuarenta años de trayectoria marcados por el caos y las adicciones terminan con la disolución del grupo

Aquello fue la gota que colmó el vaso, y los compañeros de Farrell pararon la gira con este comunicado: «Debido a un patrón de comportamiento persistente y a los problemas de salud mental de nuestro cantante Perry Farrell, hemos llegado a la conclusión de que no tenemos más remedio que suspender la gira actual por Estados Unidos. Nuestra preocupación por su salud y seguridad personal, así como por la nuestra, no nos ha dejado otra alternativa. Esperamos que encuentre la ayuda que necesita».

En ese momento el cantante pidió disculpas asegurando que su comportamiento no tenía excusas y que asumía toda la responsabilidad de lo ocurrido. Pero para sus compañeros ya había sido suficiente.

Demanda millonaria

De hecho, en julio de este año, Navarro, el bajista Eric Avery y el baterista Stephen Perkins presentaron una demanda de 10 millones de dólares contra Farrell, alegando que su ataque «repetido y no provocado» en el escenario contra Navarro había causado a la banda pérdidas sustanciales, debido a la cancelación de las fechas de la gira y un álbum planeado.

Seis meses después llega la noticia del fin de la banda. En un comunicado publicado en Instagram el miércoles, firmado por todos los miembros fundadores salvo Farrell, Jane’s Addiction anuncian: «Nos hemos reunido una última vez para resolver nuestras diferencias, para que el legado de Jane’s Addiction siga siendo el trabajo que creamos juntos. Ahora miramos hacia el futuro mientras emprendemos nuestros proyectos musicales y creativos por separado. Jane’s Addiction vivirá para siempre en nuestros corazones. Estamos orgullosos de la música que creamos juntos. Vosotros, los fans, sois nuestra razón de ser y siempre os estaremos agradecidos».

Y aludiendo al incidente de septiembre de 2024 dicen: «Después de ese espectáculo, sin notificar a Perry, determinamos unilateralmente que sería mejor no continuar la gira e hicimos declaraciones inexactas sobre la salud mental de Perry, lo cual lamentamos».

Tras este comunicado, Farrell ha vuelto a disculparse, aunque ya no hay vuelta atrás: «Lo he reflexionado y sé que no me comporté como debía. Pido disculpas a nuestros asistentes y a mis compañeros de banda por perder los estribos y por interrumpir el concierto. Jane’s Addiction ha sido el centro de mi vida durante décadas. La banda, las canciones, los asistentes y el impacto que hemos tenido en la música y la cultura significan más para mí que cualquier palabra que pueda escribir. Mi objetivo siempre ha sido ofrecer a nuestro público el mejor espectáculo posible, algo real, honesto y positivo. En Boston, no lo logramos, y lamento profundamente a todos los afectados».

De esta manera, a pesar de que su último concierto quedará en el recuerdo por la agresión de Farrell, parece que al menos han conseguido despedirse de forma mínimamente amistosa aunque queda por saber si la demanda judicial seguirá adelante, cosa que no aclaran en el comunicado de despedida. Si algún día volverán a juntarse de nuevo en el futuro, es algo que seguramente solo una oferta millonaria podrá determinar. Pero tal como asegura la prensa estadounidense, todo apunta a que esto es el fin de Jane’s Addiction.