Las aguas bajan revueltas en el Casademont Zaragoza, tras las dos derrotas cosechadas en la FIBA Europe Cup con una evidente falta de actitud de sus jugadores en los últimos minutos. Las sensaciones no son buenas, pero el equipo tiene una oportunidad para redimirse este domingo, a partir de las 18.00, en el pabellón Príncipe Felipe contra el Morabanc Andorra.
Jesús Ramírez ha admitido que está preocupado, que el staff está mirando en el mercado la mejor forma de reforzar la plantilla y ha dicho que va con su cargo afrontar estas situaciones difíciles. «No puedo decir que no me preocupa mi situación. Es un desafío, pero lo que me quita el sueño es lo otro. Estoy tranquilo, trabajando para revertir esta situación que no le gusta a nadie. El más enfadado soy yo«, ha dicho Ramírez, cuyo rendimiento está en el punto de mira de buena parte de la marea roja.
El Casademont es último de su grupo en Europa y tontea con las plazas de descenso en la Liga Endesa. Con apenas tres victorias en nueve partidos, el domingo se juegan frente al Andorra de Joan Plaza la posibilidad de mirar hacia arriba o hacia abajo.
«El partido del domingo pasa por nosotros. Tenemos que ser verticales porque cuando corremos a mí me gusta lo que veo«, ha dicho Ramírez en el análisis previo al duelo. «La ejecución de cuando nos paramos tiene que tener mucho más nivel, más espacios, más bloqueos… Tengo la confianza de que vamos a volver a jugar a baloncesto siendo verticales y compartiendo el balón. Eso nos dará estado de ánimo».
El estado de ánimo y, sobre todo, la actitud de los jugadores es algo que preocupa al club y a los aficionados. Ramírez ha dicho que «a nivel físico estamos bien, pero anímicamente no estamos contentos». «Espero que se vean las ganas de volver a demostrar que somos un equipo diferente», ha dicho en referencia a la tal mentada ‘rasmia’.
También ha hecho referencia el entrenador a la salida de Erik Stevenson, que -a su juicio- se ha producido «por una cuestión de roles». «Hemos intentado que entendiera un rol de tirador, de salida de bloqueos, de no dudar porque es muy bueno haciendo eso. Y eso nos ha costado realmente inculcarlo. Han habido otras situaciones que no han ayudado después a reforzar a seguir luchando para que eso pasara. Él no estaba contento, no acababa de aceptar su rol«, ha afirmado.
El Casademont está en el mercado buscando cómo puede mejorar su plantilla (hay más jugadores señalados), pero Ramírez asegura que «antes de salidas y llegadas, me preocupa ser un equipo cuando no podemos correr y entendiendo el equipo que tenemos».