Rafael Nadal y Alexandre Zverev entrenando juntos (Europa Press)
Alexander Zverev ha vuelto a encontrar su mejor versión sobre la pista. El tenista alemán se ha plantado en las semifinales del Masters 1000 de Toronto tras vencer al vigente campeón, Alexei Popyrin, en un partido donde sufrió, pero consiguió sacar adelante con solvencia. Este resurgir llega después de tomarse un breve descanso tras su prematura eliminación en Wimbledon y de haber pasado unos días entrenando en la Rafa Nadal Academy de Mallorca, donde trabajó codo a codo con Toni Nadal y recibió consejos directos del propio Rafael Nadal.
El paso por la academia del 22 veces campeón de Grand Slam, aunque ya hace unas semanas, parece haber tenido un efecto revitalizante tanto en el juego como en la mentalidad de Zverev, quien no ha ocultado su admiración por la dedicación y el conocimiento que recibió en ese periodo.
Durante una charla en el podcast `Nothing Major Show´, Zverev fue preguntado si elegiría a Nadal como entrenador de entre los miembros del Big Three. El alemán reconoció que antes de su estancia en Mallorca probablemente habría respondido otra cosa. “Antes de pasar la semana con Rafa y Toni en Mallorca, probablemente habría dicho Novak. Porque había tenido más conversaciones con él y me había dado bastantes consejos”, confesó.
Alexander Zverev en el Masters 1000 de Toronto(Dan Hamilton / REUTERS)
Sin embargo, su perspectiva cambió por completo tras la experiencia con Nadal: “Pero después de estar esa semana en Mallorca, la intensidad con la que Rafa entrena es la misma con la que jugaba. Fue increíble”. Zverev quedó impresionado por el nivel de implicación de Nadal, incluso fuera de las pistas. “Tuvimos cenas hasta la 1 de la madrugada, y en medio de la cena se levantaba para hacer el gesto del golpe de derecha y mostrarme qué técnica quería que mejorase. Fue alucinante lo implicado que estaba”, contó.
El alemán recalcó la simpatía de Rafa durante su estancia: “Estaba muy sorprendido. He jugado contra Rafa durante diez años, pensé que iba a tener una cena agradable, que simplemente sería amable conmigo, pero estaba completamente metido, incluso vino a la pista conmigo para enseñarme cómo mejorar el golpe de derecha”.
Zverev llegó a bromear con que los nervios le jugaron una mala pasada durante ese entrenamiento: “Ese día que vino a pista conmigo, la verdad es que jugué mi derecha como Ernest Gulbis, estaba tan nervioso…”. Aun así, valoró profundamente el gesto: “Fue algo fenomenal de ver. Estaba tan sorprendido y tan agradecido. Eso no es normal. No tenía por qué hacerlo. ¡Él es Rafa Nadal! ¿Quién soy yo para él? Estaba sorprendidísimo”.
Entre los muchos consejos que se llevó, uno quedó especialmente grabado en su mente: la importancia de asumir riesgos. “Rafa me dijo varias veces que necesito ser más valiente, asumir la responsabilidad cuando importa”, explicó.
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Zverev admitió que su actitud pasiva en ciertos momentos le ha impedido alcanzar su máximo potencial. “Cuando soy agresivo, es muy difícil hacerme daño, porque todavía puedo moverme bien y jugar con potencia incluso en situaciones complicadas. Cuando me contengo, me vuelvo unidimensional”, dijo.
El paso por Mallorca parece haberle servido como un impulso anímico y técnico. Con el buen nivel mostrado en Toronto, Zverev vuelve a presentarse como un contendiente serio de cara a los torneos más importantes del final de temporada. Y parte de ese mérito, al menos en sus propias palabras, se lo debe a una semana inolvidable con Rafa Nadal.