Con una sonrisa en la cara, pese al intenso calor que se vivía ayer en el Manuel Camba, el Balonmano Caja Rural Zamora volvía a los entrenamientos cargado de ilusión. Una emoción nacida del amargo desenlace del pasado curso, un final transformado en principio para un grupo que sigue soñando con dar el salto de categoría y que con las fuerzas renovadas, impulsado también por caras nuevas, regresó a su particular campo de batalla, al 40×20.

Arriba, Félix Mojón; abajo, los jugadores durante el calentamiento. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Arriba, Félix Mojón; abajo, los jugadores durante el calentamiento. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Los «Guerreros de Viriato» volvieron a sudar la gota gorda en el Manuel Camba, como en los viejos tiempos, buscando «desperezarse y quitarse el óxido«, como bien apuntaba ayer su técnico Félix Mojón, quien aseguraba que «al haber estado tan cerca del ascenso el pasado año, eso ha dado impulso para volver y trabajar pensando que, con un poco más, se puede lograr». De ahí que, pese a que «los primeros días siempre son duros», los jugadores no dudaran en exprimirse en la primera de las muchas sesiones que tienen por delante en pretemporada.

Los "Guerreros de Viriato", de vuelta al campo de batalla

Los «Guerreros de Viriato», de vuelta al campo de batalla

La puesta en marcha del Balonmano Caja Rural Zamora durará «seis semanas y contará con seis encuentros amistosos», concretó ayer Mojón, destacando que, durante las primeras semanas de trabajo, «el equipo realizará sesiones triples, con trabajo de fuerza y pista por la mañana y un entrenamiento vespertino también en el pabellón». Una exigencia fruto tanto de la temprana vuelta de la liga como del interés por «cargar mucho en agosto y septiembre para ganar ventaja en volumen de trabajo al resto de rivales«.

Desde ayer y durante los próximos días, el cuadro de Viriato buscará ir ensamblando piezas y subir su nivel, probándose ante «rivales de la misma categoría» en varios ensayos, así como con un BM Burgos que «permitirá baremar lo lejos que se está de los equipos de División de Honor Plata», según apuntó Mojón. Un trabajo que tendrá su próxima parada en Sanabria y que el gallego espera «sea más sencillo a determinados niveles», ya que la plantilla cuenta con solo cuatro jugadores nuevos y el grupo conoce ya sus métodos y el estilo de juego a poner en práctica.

Precisamente, sobre esos cuatro fichajes, Mojón aseguró que llegan «para cubrir aquellos puntos en los que el equipo era más débil» y que permiten dar al grupo un salto respecto al del pasado curso. Desde Lucas en la portería, «un meta veterano que viene de una liga muy exigente», a los dos pivotes Néstor y Jorge, «cuyas características encajan en el estilo» pistacho y que trabajan «sin referencias previas» como Álvaro Fernández, «un todoterreno y una gran incorporación». Tres jugadores que tendrán que sufrir de un periodo de adaptación para dar su máximo potencial al Balonmano Caja Rural Zamora, aunque se espera mucho de ellos.

En ese periodo de acoplamiento, «todos los jugadores empujarán» para que las caras nuevas se adapten y entiendan la identidad del equipo, así como su búsqueda por volver a División de Honor Plata. Una ilusión que ayer reflejaba Fernando, recién renovado y dispuesto a darlo todo por los «Guerreros de Viriato» un curso más. En sus palabras, el último antes de retirarse. Un momento que sus compañeros intentarán que sea dulce, probando las mieles del deseado ascenso.