Con otras joyas como Alien, el octavo pasajero (1979), Gorilas en la niebla (1988) o Un monstruo viene a verme (2016), la irrepetible actriz Sigourney Weaver lleva casi medio siglo regalándonos películas. Sin embargo, sus últimos éxitos vienen de la mano de los na’vi y de la saga Avatar, en donde se ha convertido en piedra angular de los taquillazos de James Cameron.
Empezó siendo la Dra. Grace Augustine en Avatar (2009) y en la secuela, Avatar: El sentido del agua (2022), la vimos convertida en Kiri, la hija adoptiva de Jake Sully y Neytiri. Ahora en Avatar: Fuego y ceniza, la tercera entrega recién estrenada, regresa a Pandora recuperando a la na’vi adolescente y demostrando que aún tiene mucho qué ofrecernos.
En CINEMANÍA hemos podido hablar con la estadounidense sobre este papel y distintas reflexiones. ¡Larga vida a la Eywa de nuestro planeta!
Interpretas a Kiri, una adolescente, con todos los complicados sentimientos que eso conlleva. ¿Crees que nuestra manera de sentir cambia con la edad?
Recuerdo que, por aquel entonces, lo único que hacía era sobrevivir. Tu alegría, tu miedo, tu tristeza, tu esperanza… Todo está intensificado, vas de un sentimiento a otro como un bumerán y todos son completamente legítimos. Eso es lo que recuerdo de aquella época.
Y te garantizo que, cuando tengas mi edad, a veces seguirás sintiéndote así. Puede que tenga 76 años, pero no estoy tan lejos de la persona que sintió todas esas cosas con tanta intensidad. ¡Para bien o para mal! Supongo que eso es la vida
Tu personaje parece destinado a algo grande. ¿Crees en el destino o eso es algo reservado para las películas?
Esa es una pregunta interesante, porque realmente creo que hay cosas que nos pasan y que no podemos explicar. Decisiones que tomamos y que, cuando miramos atrás, pensamos: «¿Por qué lo hice?». Siento que hay mucho más ahí fuera de lo que percibimos en esta dimensión.
Creo que es porque tuve una infancia algo insegura que siempre deseé y recé porque hubiera ángeles guardianes que nos protegieran. No diría que soy profundamente religiosa, pero siento una conexión con lo divino y con el universo.
Como los habitantes de Pandora
¡Sí! No sé si empecé a sentirlo porque estaba trabajando en estas películas sobre Eywa, pero siento que probablemente existe una diosa que no interviene, pero está ahí; una benevolencia femenina en el universo, una que es solo para los niños y las mujeres, con la que podemos conectar. ¿Sueno completamente loca?
¡No! Creo que es bonito. Precisamente quería hablar de las mujeres de ‘Avatar’. Son personajes muy fuertes, pero Kiri todavía es pequeña. ¿En qué tipo de mujer crees que se está convirtiendo?
¡Buena pregunta! Creo que le pasan tantas cosas en este tercer capítulo que no entiende y que no sabe controlar que no estoy segura. Creo que está en el umbral de cambiar y crecer y no creo que sienta que sabe quién es o cuál es su propósito en la vida. Todas esas preguntas siguen dando vueltas en su cabeza. Quizá encuentre algunas respuestas en ‘Fuego y ceniza’, y quizá encuentre otras más adelante