El Palmer Basket Mallorca ha despedido a Lucas Victoriano pocas horas después de la vergonzosa humillación sufrida el domingo ante el Obradoiro en Son Moix (45-115). Este lunes se ha hecho oficial una decisión que llega motivada por la incapacidad del preparador argentino por hacer reaccionar al equipo mallorquín desde su llegada, con un balance de una sola victoria y cinco derrotas en la Liga -más otra en la Copa de España-, que le mantienen como colista de la Primera FEB, con un nefasto balance de solo dos triunfos y diez decepciones.

La nefasta imagen ofrecido frente al conjunto gallego en el Palau, en la derrota más abultada de la historia de la segunda categoría del baloncesto español -70 puntos de diferencia-, ha colmado la paciencia de la directiva que preside Vicenç Palmer, que ahora debe decidir el sustituto. De momento, el entrenador ayudante, Juan Ignacio Díez de Acharán, se hará cargo del equipo de forma interina.

A las puertas del derbi ante el Fibwi Mallorca de este próximo domingo a las 12 horas, la entidad turquesa está obligada a una reacción para luchar por la salvación después de haber ascendido de forma brillante dos categorías en las tres últimas temporadas.

No obstante, este curso está lleno de contratiempos y malas decisiones que le dejan en una situación comprometida. La sorprendente dimisión del técnico Marco Justo, y el hecho de que ya hayan pasado la friolera de dieciocho jugadores en lo que se lleva de curso lo evidencia.

«Pido perdón a la directiva y a la afición, la imagen ha sido lamentable», dijo ante los periodistas el propio Lucas Victoriano tras la derrota ante el Obradoiro en un descalabro que ha tenido mucha repercusión a nivel nacional por la escandalosa diferencia en el marcador. Ahora el que fuera el prestigioso jugador internacional argentino y que militó en el Real Madrid y Lleida, entre otros, tiene que hacer las maletas y abandonar el banquillo de Son Moix.