La calidad de un museo se mide por las grandes exposiciones que acoge, ya que estas dejan una huella que se acrecienta con el paso de los años. Esto es lo que ocurre precisamente con el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que el … pasado mes de julio presentó ‘Arte y misericordia. La Santa Caridad de Sevilla’ y que acaba de inaugurar ‘Los Bécquer, un linaje de artistas’. Pero más allá de estos dos ejemplos recientes, en la última década la pinacoteca sevillana ha organizado una serie de muestras que permanecerán en el imaginario colectivo, como la del IV centenario del nacimiento de Murillo, que reunió un total de 55 cuadros del maestro, las dedicadas a Juan Martínez Montañés, Pedro Roldán y Valdés Leal, u otras que adquirieron un carácter muy especial por lo insólito de su propuesta, como la que tuvo como protagonista a Carmen Laffón, por citar sólo algunos ejemplos.

El Bellas Artes abrió esta última década en marzo de 2015 con la exposición ‘Paisajes’, que exploró la pintura de paisajes en el Renacimiento, Barroco y siglos posteriores a través de la colección del museo, publicando un catálogo y con estudios sobre la evolución del género y la representación de Sevilla. Ese mismo año inauguró en el mes de octubre ‘La mano con lápiz’, una recopilación de dibujos del siglo XX pertenecientes a la colecciones de la Fundación Mapfre. Para la ocasión se hizo una selección de 59 obras de artistas tan significativos como Gustav Klimt, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Eduardo Chillida, entre otros.

El antiguo convento de la Merced mostró en el año 2016 una de las exposiciones más importantes de la década, ‘Francisco Pacheco. Teórico, artista y maestro’, que contó con 58 obras, 24 de las cuales fueron aportadas por los propios fondos del museo hispalense, destacando así el gran valor de sus colecciones. «Queremos reivindicar la figura de alguien que trasciende mucho más de ser un pintor modesto o el suegro de Velázquez», comentó el día de su inauguración la directora del Bellas Artes, Valme Muñoz. Como curiosidad, en la exhibición se pudo ver el ‘Retrato de Cristóbal Suárez de Ribera’ (1620), que pintó el joven Velázquez y que pudo compararse con el dibujo que Pacheco realizó veinte años antes del mismo personaje, que había sido descubierto unos meses atrás en la biblioteca de la RAE.

El Museo de Bellas Artes vivió desde finales de 2017 una etapa de esplendor, ya que en noviembre de aquel año la pinacoteca comenzó a celebrar el Año Murillo -el artista nació el 1 de enero de 1618- con una primera exposición que conmemoraba el IV centenario del nacimiento del pintor sevillano y que preparó la gran muestra que vendría el año siguiente. Se trató de ‘Murillo y los Capuchinos de Sevilla’. En ella se reconstruyó el retablo que el artista realizó para el convento de los Capuchinos de la capital hispalense. Además, contó con la colaboración del Wallraf-Richartz Museum de Colonia, que prestó el que fuera el lienzo principal del retablo mayor, ‘El jubileo de la Porciúncula’, lienzo de gran formato que se conserva en sus colecciones y que salió de Sevilla a mediados del siglo XIX. Esta obra llegó al Bellas Artes en 2016, donde fue restaurada a la vista del público, y fue cedida por un total de diez años. La muestra se pudo ver hasta marzo de 2018 y logró un récord con un total de 267.767 visitantes.

Justo un año después, en noviembre de 2018, el Museo de Bellas Artes inauguró la que ha sido su principal exposición de la década: ‘Murillo. IV centenario’. Con un presupuesto de algo más de un millón de euros, fue la primera antológica sobre el pintor que se organizó en su ciudad y reunió una selección de 55 cuadros procedentes de treintena de instituciones nacionales e internacionales. Esta gran exposición sirvió para dejar atrás el viejo tópico de pintor edulcorado de santos e inmaculadas y para mostrarlo como uno de los grandes maestros de la pintura, condición que tuvo entre sus contemporáneos -siendo un artista más cotizado que Velázquez y Zurbarán-, pero también hasta principios del siglo XX, como demuestra el expolio napoleónico de su obra en Sevilla. Fue una de las exposiciones más ambiciosas, tanto por el número de préstamos como por su arco temático, que se han organizado en España desde la que realizó el Museo del Prado, con un centenar de obras, en 1982. Asimismo, por primera vez en dos siglos se vieron una veintena de lienzos que salieron de España. La muestra reunió obras maestras como ‘La Virgen con Niño’, de la Galleria Corsini; ‘La Sagrada Familia (las dos Trinidades)’ , de la National Gallery; ‘Las bodas de Caná’, de la Universidad de Birmingham, o el ‘Retrato de Íñigo de Melchor Fernández de Velasco’, del Louvre. La exposición, que estuvo abierta hasta marzo de 2019, superó los 125.000 visitantes, mientras que el conjunto de actividades del Año Murillo atrajo a cerca de tres millones de personas.

La edad de oro del Bellas Artes continuó a partir de noviembre de 2019, cuando se inauguró la muestra ‘Montañés, maestro de maestros’. Esta fue la primera exposición monográfica dedicada a este gran escultor y reunió 48 esculturas y 10 pinturas. La muestra exhibía, a través del San Jerónimo de Torrigiano, el origen de esta iconografía en la obra del escultor de Alcalá la Real y cómo influyó en la representación de otros santos, como el Santo Domingo de Guzmán, que es propiedad del Bellas Artes. Asimismo se pudo ver la libertad creativa de Martínez Montañés en la iconografía de la Inmaculada, con detalles diferentes frente a la canónica representación de Pacheco, también incluida en la muestra, y donde destacaba ‘La Cieguecita’. Los visitantes se deleitaron igualmente con tres magníficos crucificados: el del retablo del convento de Santa Clara, el de la Clemencia de la Catedral y el de los Desamparados.

El 'Santo Cristo de la Caridad', obra maestra que no faltó en la exposición dedicada a Pedro Roldán

El ‘Santo Cristo de la Caridad’, obra maestra que no faltó en la exposición dedicada a Pedro Roldán

juan flores

En el año 2020 llegó la pandemia, pero a pesar de ello la Consejería de Cultura hizo un gran esfuerzo para celebrar el denominado ‘Semestre Laffón’. Además de las muestras que se le dedicaron a la pintora sevillana en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y en la Fundación Cajasol, el Bellas Artes inauguró en octubre de dicho año la exposición ‘Carmen Laffón. El estudio de la calle Bolsa de Sanlúcar de Barrameda’. Bajo el comisariado de Juan Bosco Díaz-Urmeneta, se exhibían una serie de piezas -pintura, dibujo y escultura- del estudio de Sanlúcar de la creadora sevillana con una fuerte unidad artística y sentimental. El diseño corrió a cargo del también artista Juan Suárez, viejo colaborador de Laffón en proyectos como la escenografía de ‘Las bodas de Fígaro’ del Teatro de la Maestranza. En esta se pudieron ver 21 obras en diferentes formatos, con interés por los paisajes urbanos, que Carmen Laffón pintó desde su estudio, y por los bodegones, estos últimos fijados tanto en escultura como a través de dibujos de gran formato y técnica mixta.

En el mes de diciembre de 2021 se inauguró otra de las grandes exposiciones de la última década del Bellas Artes: ‘Valdés Leal (1622-1690)’. Con ella se quiso celebrar el IV centenario del nacimiento de este maestro, yendo más allá de la etiqueta de ‘pintor de los muertos’ que se le asignó en el siglo XIX a raíz de sus dos pinturas de las ‘Postrimerías’. Además, se le redescubrió como el gran dramaturgo de la pintura barroca. La muestra ofrecía la gran versatilidad de la obra de Valdés Leal, con paradas que iban del dibujo -dominaba esta disciplina- y el grabado a la pintura de gran formato y la escultura. Se seleccionaron 88 piezas para la exposición, 65 de ellas préstamos de colecciones nacionales e internacionales, y 23 del propio museo.

Por otra parte, el Bellas Artes mostró a partir de diciembre de 2022 un total de 34 obras maestras del Renacimiento hispalense en la exposición ‘Arte del Renacimiento de Sevilla’. En esta se reunieron destacadas pinturas, esculturas, cerámicas y otras piezas de grandes artistas como Roque de Balduque, Torrigiano, Alejo Fernández o Juan Bautista Vázquez el Viejo, entre otros. En ella también se exhibió por primera vez tras su restauración las pinturas realizadas para la decoración del salón de la Casa de Arguijo.

El puente de Triana fotografiado por Luis Masson

El puente de Triana fotografiado por Luis Masson

j. m. serrano

La fotografía de Luis Masson y la donación Luque Cabrera también fueron protagonistas

Aparte de las grandes exposiciones que ha organizado el Museo de Bellas Artes de Sevilla dedicadas a Murillo, Montañés, Valdés Leal y Pedro Roldán, ha habido en la última década otras muestras muy curiosas. Una de estas fue ‘Descubriendo a Luis Masson. Fotógrafo del siglo XIX’, que se inauguró en mayo del año 2021 a partir de los fondos de la Colección Fernández Rivero de Fotografía Antigua. En ella se exhibieron 88 fotografías, la mitad de ellas dedicadas a Sevilla, seleccionadas entre las 500 obras descubiertas de este autor, realizadas casi en su totalidad entre 1858 y 1875, además de dos álbumes que pertenecieron a los duques de Montpensier, para quien trabajó este fotógrafo francés, que se asentó y abrió estudio en la capital hispalense. Otra exposición sobresaliente fue ‘Sevilla en la mirada. Donación Luque Cabrera’, que se pudo ver el año pasado y que reunió parte de las obras que pertenecían a este coleccionista que murió en 2021 y que fueron donadas por sus hermanas. La muestra hacía un recorrido desde el siglo XVI al XX a través de 86 piezas. De las pinturas expuestas destacaba el conjunto de cuatro óleos de Diego López, así como una serie de cinco apuntes de dibujo del casino de Montecarlo del mismo autor. Entre las esculturas, cabe señalar la obra de Antonio Illanes y la de Antonio Susillo, artistas con los que Luque Cabrera tuvo una cercana relación de amistad. Igualmente se incluyeron 68 grabados.

El IV centenario del nacimiento de Pedro Roldán se celebró también como se merecía a partir de noviembre de 2023 con la inauguración de la exposición ‘Pedro Roldán, escultor (1624-1699)’, que reunió 44 obras, de las que 36 eran esculturas suyas. Uno de los principales atractivos de esta muestra fue que un noventa por ciento de las obras que se exhibieron fueron vistas por primera vez por el público. En la exposición convivían obras maestras como el ‘Santo Cristo de la Caridad’ (1673-74), procedente del Hospital de la Caridad, o el ‘Cristo de los Dolores’ (atribución, 1681), que venía de otra orden caritativa que sigue vigente en Sevilla, la del Pozo Santo. Otra de las imágenes más llamativas fue el ‘Cristo del Perdón’ (1672), que se trajo especialmente para esta muestra desde la parroquia de Santa María Coronada de la localidad gaditana de Medina Sidonia.

En diciembre de 2024 llegó al Bellas Artes otra gran exposición: ‘Del Greco a Zuloaga. Obras maestras del arte español en el Museo de Bellas Artes de Bilbao’. En esta se realizó una selección de 26 pinturas y dos esculturas representativas de la calidad del fondo de obras de escuela española que conserva el espacio museístico bilbaíno, que mantiene una excelente relación con el museo sevillano. El recorrido expositivo incluía a pintores tan notables como El Greco, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Luis Paret, Francisco de Goya o Ignacio Zuloaga.