Las puertas del restaurante de ‘First Dates’ continúan abiertas de par en par durante la época festiva. Además de dos programas especiales en Nochebuena y Navidad, el ‘dating show’ de Cuatro recibió la noche del lunes 22 a dos jóvenes con ganas de … enamorarse. Manuel (21), un estudiante de emprendimiento, llegaba desde Albacete y contaba sus principales aspiraciones en la vida y en el amor. Como DJ, su objetivo sería llegar a cobrar «10.000 euros por una noche». En cuanto a las relaciones, no sentía demasiado interés por entablar nada serio, aunque sí sentir «la magia del principio». Buscaba una chica «morena, de mi estatura y con buenas curvas».
A esa descripción se ajustaba Evelyn (19), una estudiante de psicología madrileña en pleno año sabático. Pero a diferencia de su cita, su intención al acudir al programa era encontrar algo que no fuese temporal. «Soy un poco más chapada a la antigua», reconocía.
Tras las presentaciones, la velada se presentaba bastante prometedora. La soltera no se esperaba así a su pretendiente, pero tampoco le disgustaba. «Él, por su parte, se declaraba encantado. Es una chica muy guapa. Me ha encantado su manera de hablar y de ser. Me gusta que sea echada para adelante y risueña».
Sin embargo, una vez llegaron a la mesa, Manuel perdía puntos a ojos de su cita. Al quitarse la chaqueta, dejaba ver una camiseta con labios estampados y le tiraba una directa a Evelyn. «Llevo una camiseta bastante sugerente y es para darte un mensaje. No me puedo ir esta noche sin un beso», le advertía a la joven. Le reía el comentario, pero en los totales apuntaba que «me ha parecido un poco flipado, no te conozco de nada».
Dos polos opuestos
Para romper el hielo los comensales hablaban de salir de fiesta, una afición que no iba mucho con los gustos de la soltera. En gustos musicales tampoco tenían nada que ver el uno con el otro: ella escucha «salsa, reggaetón, bachata», mientras que él no se considera muy latino, «soy DJ de techno». «No me gusta nada. Ni el techno, ni el rock ni el heavy metal…Nada», sentenciaba la madrileña.
Después se embarcaban en la conversación sobre las relaciones. Manuel desmentía que fuese un ligón solo por trabajar en la noche. No obstante, su cita no le creyó demasiado. «Yo creo que me quiere camelar, pero bueno», señalaba fuera de cámaras. Evelyn le dejaba claro que no le interesan las relaciones para un rato y Manuel reconocía que no buscaba nada serio, pero asegurando también que no le importaría llegado el caso embarcarse en un noviazgo más tradicional. Su cita desconfiaba de que estuviese siendo totalmente sincero. «Yo la verdad que para momentos…No. No voy a perder el tiempo», volvía a reiterar la estudiante de psicología.
Manuel percibió que ambos levaban un collar de cuarzo y desvió el tema hacia la espiritualidad. Una buena jugada, ya que consiguieron por fin acercar posturas y Evelyn se ablandaba un poco. «No me parece mal tío, aunque sí es verdad que me daba la razón todo el rato. Hace cosas muy diferentes a mí y creo que al final ser tan diferentes es bueno porque aprender cosas de cada uno», llegaba a comentar ante el equipo de ‘First Dates‘.
A él le había gustado mucho la actitud de Evelyn, señalando que «es educada, refinada y eso es guay». Y por eso, en el reservado luchó por conseguir el ansiado beso. Sin embargo, ella se mantuvo firme: necesita tres o cuatro citas para llegar a ese punto. Pero para Manuel no estaba todo perdido, pues pese al inicio poco prometedor, consiguió un ‘sí’ en la decisión final.